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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 15/03/2025 04:36
El cuerpo de Johana Ramallo fue encontrado un año después de su desaparición A siete años del hallazgo de parte del cuerpo de Johana Ramallo, ocho sospechosos serán juzgados la próxima semana por delitos paralelos al crimen de la joven, que se desprendieron de la causa por femicidio. El proceso judicial comenzará el próximo miércoles por los delitos de explotación sexual, comercio de estupefacientes, promoción y facilitación de prostitución ajena y encubrimiento agravado. Todos tenían un vínculo con la “zona roja” donde trabajaba la víctima. Se trata de Carlos “Cabezón” Rodríguez, Hernán D’ Uva Razzari, Hernán Rubén García, Carlos Alberto Espinosa Linares, Mirko Alejandro Galarza Senio, Celia “La Negra” Benítez; Paola Erika Barraza, alias “Tormenta”; y Celia Giménez. Rodríguez enfrenta acusaciones por varios delitos, entre ellos falso testimonio, encubrimiento agravado, promoción y facilitación de la prostitución ajena, explotación sexual de varias mujeres y comercio de estupefacientes. Él mantenía una relación sexoafectiva con Ramallo y acordaba encuentros a través de redes sociales. Las tres mujeres procesadas enfrentan cargos por explotación económica de la prostitución ajena, el mismo delito por el que serán juzgados García, Espinosa Linares y Galarza Senio, quienes también están acusados de comercio de estupefacientes. Por su parte, D’ Uva Razzari está imputado por explotación sexual de su expareja, encubrimiento agravado y falso testimonio. Carlos “Cabezón” Rodríguez tenía una relación sexo afectiva con la víctima En agosto de 2018, la policía halló restos mutilados en las costas de la ciudad de Berisso, pero la confirmación de que pertenecían a Johanna Ramallo no llegó hasta 2019. La última imagen registrada de ella proviene de una cámara de seguridad de una estación de servicio en La Plata, en las calles 1 y 63, donde fue captada ingresando a un baño el mismo 26 de julio de 2017, día en que desapareció. Sin embargo, a casi ocho años, las pericias no pudieron determinar cómo fue que el hecho que concluyó en su muerte. Ese día, Johanna salió de la casa donde vivía con su madre y su hija pequeña, asegurando que regresaría a las 20:30, pero nunca volvió. Dos meses antes, se había separado del padre de la niña, había vuelto a vivir con su madre y, debido a dificultades económicas, había comenzado a ejercer la prostitución. “Cabezón” Rodríguez y “El Ruso” D’Uva Razzari son los dos imputados más comprometidos en la causa, ya que ambos explotaban sexualmente a sus parejas. Rodríguez lo hacía con Johana, mientras que D’Uva Razzari hacía lo mismo con quien era su pareja en ese momento. Además, ambos proporcionaron información falsa durante la búsqueda de la joven y presionaron a terceros para desviar la investigación. De hecho, la causa estuvo plagada de inconsistencias e información errónea. Incluso, se llegó a pensar que Johana estaba enterrada en la casa del “Cabezón” y también indicaron que desde una ventana vieron cómo dos sujetos la metían por la fuerza en una camioneta o que la había mandado a matar una menor por “problemas de prostitución”. “Yo le dije a Johana que no la quería en esa esquina, no me hizo caso, les mandé a unos tipos y ahora está muerta”, decían que había dicho la joven en un almacén de la zona. Aún se desconocen los motivos detrás del crimen de Johana Sobre los demás detenidos, la ruta de la venta de cocaína que trazó la pesquisa determinó que Linares enviaba a Galarza para distribuir las raciones a las mujeres y personas trans que recorrían la zona. Asimismo, el distribuidor no solo fue procesado por el delito de la comercialización de estupefacientes, sino que también por ser catalogado como el proxeneta de su pareja Sayuri Valentina León —una de las mujeres que fueron procesadas por la causa de Johana Ramallo en diciembre de 2022—. Si bien no se logró identificar al autor material del crimen de Johana, la investigación determinó que los acusados desempeñaban distintos roles dentro de una organización criminal que operaba en la “zona roja” de La Plata. El caso quedó bajo la jurisdicción del Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional N° 1 de La Plata, y detectives federales llevaron a cabo vigilancias y seguimientos encubiertos para localizar a los sospechosos. Como resultado, lograron ubicarlos en Berisso, La Plata, Santa Clara del Mar y Oberá, Misiones.
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