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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 15/03/2025 02:41
La inundación en Bahía Blanca afectó a miles de personas, muchas de las cuales perdieron sus hogares y pertenencias, generando un impacto psicológico significativo (Foto: Gustavo Gavotti) El agua retrocede, pero el impacto emocional persiste. En Bahía Blanca, la inundación del viernes 7 dejó miles de personas sin hogar, sin pertenencias y, en muchos casos, sin rumbo. Más allá de los daños materiales, el golpe psicológico puede ser profundo y duradero. Los especialistas en salud mental advierten que el sufrimiento de los damnificados no termina con el descenso del agua: sin un adecuado apoyo psicosocial, los efectos de la catástrofe pueden prolongarse y derivar en cuadros graves como estrés postraumático o depresión. “Frente a situaciones extremas, en las que sentimos amenazada nuestra vida o la de nuestros seres queridos, se dispara la respuesta fisiológica del estrés”, comenzó a explicar a Infobae la médica psiquiatra, sanitarista y especialista en emergencias y desastres Silvia Bentolila (MP 59647). “Se activa la hiperalerta, que se manifiesta como miedo, ansiedad extrema, irritabilidad, angustia, dificultad para concentrarse y dormir”. Bentolila advirtió que la respuesta fisiológica del estrés se activa ante la amenaza de perder la vida o el hogar, afectando el bienestar emocional de los damnificados (Freepik) Con ella coincidió la licenciada en Psicología Delfina Ailán (MN 75.326), miembro del Departamento de Psicoterapia Cognitiva de INECO: “Cuando la vida cambia de un momento a otro, el cuerpo y la mente reaccionan con una respuesta de alerta. Muchas personas pueden experimentar insomnio, tristeza profunda o incluso síntomas físicos como fatiga y tensión muscular”. El impacto de una catástrofe no es uniforme para todos. Según Ailán, varios factores influyen en la intensidad del sufrimiento: “Las experiencias previas, la red de apoyo, los recursos psicológicos personales y el nivel de exposición determinan cómo cada persona procesa lo sucedido”. Para Bentolila, la clave está en el acompañamiento: “Es imprescindible el apoyo y cuidado de la salud mental, porque va a marcar una enorme diferencia en cómo se elabora y transita la situación”. El apoyo psicológico, una necesidad urgente Para prevenir el estrés postraumático, las expertas recomiendan evitar la sobreexposición a noticias, retomar rutinas diarias y apoyarse en redes de contención social (Imagen Ilustrativa Infobae) Desde el primer día, las campañas de donación se multiplicaron: cientos de personas enviaron comida, ropa, colchones, artículos de limpieza e higiene. Sin embargo, las expertas insisten en que la ayuda debe ir más allá de lo material. Bentolila mencionó que “se ha escrito un protocolo de ONU que se llama ‘Saber donar’, que existe en decenas de idiomas, sobre lo importante que es reconocer y escuchar lo que la gente necesita”. La experta recordó, además, una lección fundamental de su experiencia en la inundación de La Plata en 2013, cuando coordinó parte del dispositivo de apoyo en salud mental: “El esfuerzo y la pérdida de horas de trabajo de los voluntarios organizando donaciones absolutamente innecesarias y desajustadas a lo que la comunidad necesitaba fue enorme. Siempre, siempre, es necesario el apoyo emocional”. Para Ailán, la reconstrucción emocional también requiere recuperar hábitos y estabilidad: “Es fundamental brindar espacios de contención y apoyo psicológico. Para quienes perdieron todo, es necesario un espacio donde puedan hablar y procesar lo vivido, sin sentir que deben ‘ser fuertes’”. Además, advirtió sobre el impacto de la sobreexposición a noticias: “El consumo excesivo de información puede aumentar la angustia y la sensación de vulnerabilidad”. El duelo por lo perdido: más que una cuestión material El duelo por la pérdida de bienes materiales es un proceso real y debe ser validado: recuerdos, fotografías y espacios representan seguridad emocional para muchas personas (Foto: Gustavo Gavotti) Perder una casa, fotografías, recuerdos de una vida. La sensación de desarraigo es profunda y muchas veces minimizada por quienes no lo experimentaron. “Aunque se trate de bienes materiales, la pérdida de una casa o de objetos personales puede generar un duelo emocional”, resaltó Ailán, para quien “más allá del valor económico, esos espacios y pertenencias representan recuerdos, esfuerzo y seguridad. Verlos destruidos puede generar una fuerte sensación de vacío”. Bentolila coincidió y enfatizó que la dimensión emocional de lo perdido es única para cada persona: “Lo material tiene connotaciones personales y subjetivas. No se puede subestimar lo que para alguien es importante, tanto sea la casa, recuerdos o bien las mascotas”. Y en este punto añadió que los animales de compañía pueden jugar un papel crucial en el bienestar emocional: “Para muchísimas personas, los animales de compañía son parte de su familia. Jamás debemos minimizar lo que sienten”. Estrés postraumático: cómo evitar sus consecuencias El estrés postraumático es una de las principales secuelas psicológicas de una catástrofe. Sin apoyo adecuado, puede derivar en ansiedad crónica, insomnio y problemas emocionales persistentes (Imagen Ilustrativa Infobae) El impacto psicológico de una catástrofe puede extenderse en el tiempo si no se brinda el apoyo adecuado. “Este tipo de situaciones, sin apoyo y muchas veces con situaciones previas, pueden ser disparadores o cimientos para el desarrollo de trastornos de ansiedad, depresión, abuso de sustancias o alcohol y estrés postraumático”, advirtió Bentolila. Ailán, en tanto, explicó que la duración del evento, el nivel de destrucción y la percepción de peligro influyen en la aparición del trastorno de estrés postraumático. “Algunos síntomas incluyen flashbacks y recuerdos intrusivos del momento del desastre, pesadillas, problemas para dormir, evitación de lugares relacionados con lo sucedido y sensación de peligro constante”. Para prevenir estos cuadros, ambas especialistas recomendaron buscar apoyo social y profesional, evitar el aislamiento y retomar actividades que brinden una sensación de normalidad. El estrés postraumático puede manifestarse a través de pesadillas recurrentes y recuerdos intrusivos del desastre, generando insomnio y una sensación constante de peligro, según las especialistas (Imagen Ilustrativa Infobae) Ante esta realidad, el Gobierno de la provincia de Buenos Aires desplegó un operativo de asistencia psicológica para contener a la población afectada. Según pudo averiguar Infobae, se activó la Red PROSAMIC, un grupo de psicólogos especializados en emergencias y catástrofes que depende de la Dirección de Emergencias. “Suelen hacer un trabajo muy emergente y focalizado, pero en esta oportunidad están instalados en el lugar desde el mismo viernes”, informaron fuentes oficiales. Además, se reforzaron los recursos humanos para coordinar los servicios de psicología existentes en Bahía Blanca. Los equipos del Hospital Municipal, el Hospital Provincial, los CPA y la Región Sanitaria, que tiene base en la ciudad, fueron organizados y conducidos por profesionales que fueron enviados especialmente para esta tarea. Finalmente, se puso en marcha nuevamente el programa “Cuidar a los que cuidan”, una iniciativa que tuvo un rol clave durante la pandemia y que ahora se orienta a brindar contención emocional a los profesionales de la salud que trabajan con los damnificados. Volver a empezar: estrategias para la recuperación emocional Las estrategias para la recuperación emocional incluyen aceptar ayuda, establecer nuevas rutinas y mantener contacto con familiares y amigos para evitar el aislamiento (Freepik) Para muchos, el regreso a casa tras la inundación es tan abrumador como el desastre en sí. “Nunca se empieza de cero, menos si estamos acompañados y construyendo lazos solidarios -señaló Bentolila-. Buscar compañía con quien hablar hace más fácil atravesar estos momentos. Escuchar y ayudar sin hacer juicios de valor es clave”. A esto, Ailán sumó la importancia de comprender el verdadero significado de la resiliencia: “La resiliencia no es olvidar lo sucedido, sino aprender a vivir con ello de la manera más saludable posible”. Entre sus recomendaciones para sobrellevar la crisis, las expertas destacaron: Ir paso a paso: la reconstrucción es tanto material como emocional, y lleva tiempo Pedir y aceptar ayuda: no se trata solo de recursos materiales, sino también de apoyo emocional. La comunidad es clave en la recuperación Evitar comparaciones: cada persona enfrenta el proceso a su ritmo Crear nuevas rutinas: ayuda a recuperar la estabilidad y la sensación de control Realizar actividad física y cuidar la alimentación: ayuda a metabolizar las hormonas del estrés y mejora el estado emocional Dormir bien y conectarse con seres queridos: la cercanía con familiares, amigos o incluso mascotas es un gran soporte emocional Buscar apoyo profesional si la angustia se vuelve inmanejable La resiliencia no es olvidar lo sucedido , sino aprender a vivir con la experiencia de la manera más saludable posible, enfatizó Ailán (Freepik) En última instancia, Bentolila enfatizó la posibilidad de transformación tras la tragedia. “Otro texto internacional, ‘Reconstruir mejor’, resalta esto: aprender de lo vivido para salir adelante, fortalecido y no dañado”. Cuando el agua termine de bajar en Bahía Blanca, la verdadera reconstrucción apenas estará comenzando. Y es ahí cuando más ayuda y compromiso hará falta.
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