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Parana » El Once Digital
Fecha: 14/03/2025 14:30
La Capilla Norte de San Miguel cumple 203 años desde su fundación, un emblema arquitectónico y cultural que ha sido clave en la historia de la comunidad afrodescendiente de Paraná. Su construcción en 1822 respondió a la necesidad de brindar un espacio de culto a los habitantes del Barrio del Tambor, donde residía una numerosa población afro. Una capilla para una comunidad La piedra fundamental de la capilla fue colocada el 14 de marzo de 1822, gracias a la iniciativa del sacerdote Antolín Gil y Obligado, con el apoyo del jefe político Lucio Mansilla. En aquel momento, el crecimiento urbano de Paraná generaba dificultades de comunicación entre los habitantes del centro y los del Barrio del Tambor, una comunidad afrodescendiente que no contaba con un espacio propio de oración. La construcción del templo surgió como respuesta a esta necesidad, con la colaboración de la feligresía y del gobierno local. Ubicada en un sector periférico a la iglesia matriz, pero en un punto clave del camino al puerto de la Villa, la capilla pronto se convirtió en el corazón religioso del barrio. En este sector, habitado mayoritariamente por afrodescendientes, se formó una comunidad caracterizada por lazos de solidaridad y una fuerte identidad cultural. Conocida como Barrio del Tambor o Barrio del Candombe, esta zona comprendía lo que hoy es el sector delimitado por las calles Buenos Aires y Gardel, donde numerosos negros libertos se asentaron a lo largo del siglo XIX. Su diseño arquitectónico es una de las primeras expresiones del neoclasicismo en el Litoral argentino, con una nave central cuadrada, una cúpula hemisférica con linterna y estructuras de ladrillos de barro cocido y cal extraída de las barrancas del río Paraná. Un espacio de fe y cultura afrodescendiente Desde su fundación, la Capilla Norte de San Miguel ha sido más que un sitio de culto; ha funcionado como un centro de integración y preservación cultural para la comunidad afrodescendiente. En el Barrio del Tambor, también conocido como Barrio del Candombe, las expresiones artísticas y religiosas se fusionaban en celebraciones donde los tambores eran protagonistas, simbolizando la resistencia y la identidad cultural de sus habitantes. La iglesia poseía terrenos en la zona, lo que permitió el establecimiento de numerosas familias afrodescendientes en sus alrededores. Con el paso del tiempo, la capilla se consolidó como un punto de referencia para los devotos de San Miguel Arcángel y como un bastión de la historia y la identidad afro en Paraná. Reconocimiento y restauración El 2000 marcó un hito en la historia de la capilla, cuando fue declarada Monumento Histórico Nacional, reafirmando su valor patrimonial y cultural. En 2019, el Gobierno Provincial llevó a cabo una restauración integral del edificio, recuperando su esplendor original y reforzando su estructura. Entre las intervenciones destacadas, se restauraron las molduras interiores y la fachada exterior, preservando su identidad histórica. Hoy en día, la Capilla Norte de San Miguel no solo mantiene su función religiosa, sino que también se ha convertido en un importante centro cultural. Se realizan actividades que permiten el conocimiento y la valoración de su historia, promoviendo su significado en la identidad entrerriana y su profundo vínculo con la comunidad afrodescendiente. En este nuevo aniversario, Paraná no solo celebra la permanencia de un hito arquitectónico y religioso, sino también la memoria viva de una comunidad que ha dejado una huella imborrable en la historia local.
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