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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 14/03/2025 12:37
Tesla advierte sobre la vulnerabilidad de sus exportaciones ante las políticas tarifarias de Trump (Reuters) La guerra comercial desatada por las políticas tarifarias impulsadas por el Gobierno de los Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump afectó a varios sectores de la economía estadounidense. En este contexto, Tesla, el principal fabricante de vehículos eléctricos del país, expresó su preocupación por las posibles consecuencias de las tarifas impuestas por los EEUU y cómo estas pueden dañar las exportaciones e incluso poner en riesgo su producción. El 13 de marzo, Tesla envió una carta a la Oficina del Representante Comercial de los Estados Unidos (USTR), donde hizo hincapié en la vulnerabilidad de los exportadores estadounidenses, en particular las empresas automotrices como Tesla, ante la posibilidad de enfrentar tarifas retaliatorias de otros países. La carta, aunque no firmada, lleva el membrete de la compañía y refleja las inquietudes de muchos empresarios estadounidenses respecto de las políticas comerciales implementadas por el gobierno de Trump. El impacto de las políticas tarifarias de EEUU La carta de Tesla destaca cómo los exportadores estadounidenses se encuentran expuestos a “impactos desproporcionados” cuando otros países responden con tarifas en represalia a las políticas comerciales de Estados Unidos. Tesla se refiere específicamente a las tarifas impuestas a los vehículos eléctricos importados a países sujetos a las sanciones estadounidenses. Estas tarifas, según Tesla, ya afectaron a la compañía en ocasiones anteriores y, si se repiten, podrían tener un impacto negativo en la competitividad de la automotriz, que depende de las exportaciones de sus autos eléctricos a mercados internacionales. La empresa de Elon Musk menciona que las políticas comerciales de Estados Unidos pueden generar una reacción rápida de los países afectados, y que el hecho de que Tesla sea una de las principales exportadoras de autos eléctricos podría hacerla aún más vulnerable. La compañía señaló que, aunque ha tratado de mejorar la localización de su cadena de suministro dentro de los Estados Unidos, existen ciertos componentes y partes de los vehículos eléctricos que son “difíciles o imposibles de obtener dentro de las fronteras del país”. Este factor podría complicar aún más la situación para Tesla si las tarifas son incrementadas. La defensa de la industria automotriz estadounidense Junto con Tesla, otras organizaciones de la industria automotriz también han expresado su preocupación por las tarifas. Autos Drive America, un grupo comercial que representa a fabricantes de automóviles extranjeros en Estados Unidos como Toyota, Volkswagen, BMW, Honda y Hyundai, advirtió que las tarifas generalizadas podrían interrumpir la producción en las plantas de ensamblaje de vehículos en el país. El grupo señaló que las automotrices no pueden reconfigurar sus cadenas de suministro de manera inmediata, lo que generaría un aumento en los costos de producción. Esto, a su vez, podría resultar en una subida de los precios para los consumidores, una reducción en la variedad de modelos ofrecidos en el mercado y, en el peor de los casos, el cierre de líneas de producción en Estados Unidos, lo que causaría pérdida de empleos en toda la cadena de suministro. Tesla enfrenta desafíos tanto en el mercado estadounidense como en los internacionales (Reuters) El entorno económico para Tesla Las advertencias de Tesla sobre las consecuencias de la guerra comercial se dan en un momento crítico para la compañía. A principios de este mes, Tesla ya estaba enfrentando dificultades, ya que las acciones de la empresa sufrieron la mayor caída de los últimos cuatro años, con una pérdida del 15% en un solo día, debido a una serie de revisiones a la baja en las proyecciones de entrega de vehículos, según los analistas de UBS. La caída de las acciones se sumó a la creciente desconfianza de los inversionistas en la capacidad de Tesla para mantener el ritmo de crecimiento en un mercado global altamente competitivo. No es la primera vez que el presidente Trump y Elon Musk se encuentran en el centro de la escena. Aunque Musk ha sido un aliado cercano de Trump, incluso desempeñándose como parte del Departamento de Eficiencia del Gobierno creado por el expresidente, las políticas comerciales implementadas durante su administración han puesto a empresas como Tesla en una posición incómoda, especialmente cuando se enfrentan a represalias por parte de otros gobiernos. A pesar de la relación cercana, Tesla ha expresado su deseo de evitar consecuencias negativas de las políticas comerciales de Estados Unidos, subrayando la importancia de que estas acciones no dañen a las empresas estadounidenses en el proceso de tratar de abordar las prácticas comerciales desleales de otros países. Los desafíos de Tesla en mercados internacionales Tesla también enfrenta dificultades en algunos de los mercados más grandes para los autos eléctricos, como China y Alemania, donde su competitividad se ha visto afectada por las políticas internas y la competencia local. En China, la compañía no solo debe competir con gigantes locales como BYD, sino también lidiar con la caída de las exportaciones desde su planta en Shanghái. En febrero, las ventas de Tesla en China cayeron un 49%, con solo 30,688 vehículos entregados, la cifra más baja desde julio de 2022. En Alemania, Tesla también ha visto una caída significativa en las matriculaciones de sus vehículos, que disminuyeron un 70% durante los primeros dos meses del año. Esta caída se ha asociado en parte con las críticas a Elon Musk por su apoyo a la Alternativa para Alemania (AfD), un partido de extrema derecha, durante las elecciones del 23 de febrero en ese país. El mercado estadounidense, entre la incertidumbre y el apoyo político En medio de estas dificultades internacionales, Tesla también recibió un gesto de apoyo por parte de Trump. El 11 de marzo, el expresidente de Estados Unidos anunció que compraría un vehículo Tesla para tenerlo en la Casa Blanca y que estaría disponible para su uso por parte de su personal. Trump destacó la importancia de Elon Musk como un patriota, alabando sus esfuerzos para reducir el tamaño del gobierno y su lucha contra el despilfarro de fondos. A pesar de las dificultades en el mercado, el presidente defendió la idea de que Musk no debería ser penalizado por sus posiciones políticas y reiteró que él mismo nunca había solicitado nada de parte de Musk. Esta compra de Tesla, que ocurrió poco después de la caída de las acciones de la automotriz, fue vista como una muestra de apoyo en medio de las dificultades que enfrenta la empresa. Sin embargo, el gesto no consiguió mitigar por completo la creciente presión sobre Tesla y sus perspectivas de crecimiento.
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