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» Diario Cordoba
Fecha: 14/03/2025 04:22
Pedro Sánchez sigue suavizando el impacto del plan de rearme en las arcas públicas al asegurar que no implicará recortes sociales y que se buscará financiar a través de instrumentos como transferencias de la UE. Después de su ronda de contactos con los grupos parlamentarios, infructuosa a la hora de atraer su apoyo, ha añadió un nuevo elemento para defender su plan al presentarlo como una "oportunidad" para el impulso "tecnológico e industrial" de España. Al modo de los fondos europeos de recuperación tras el covid, por lo que citó la transformación energética, y el escenario que ahora se abriría para una transformación digital. Para materializarlo, ha pedido no mirar tanto al aumento del gasto en defensa, que ha comprometido con el 2% del PIB aun sin concretar fechas, sino a una concepción amplia de la seguridad. Un enfoque que peleará en el marco de la UE para que España, por su situación geográfica, pueda computar en gasto en defensa la ciberseguridad o la IA y no solo la compra de armamento. "Lo importante es invertir bien" y "hacerlo a escala europea". "Seguro que para cualquier país báltico la amenaza exija respuestas de disuasión con inversión en defensa, pero en el caso de España no es así. La amenaza nuestra no es que Rusia lleve a sus tropas por los Pirineos, sino más híbrida, con ciberataques", ejemplificó para concluir que "tenemos que invertir no solo en defensa, sino fundamentalmente en seguridad". A modo de respuesta a las críticas desde el arco progresista, Sánchez ha asegurado que "no vamos a entrar en una carrera armamentística ni participar de un discurso belicista, pero sí tenemos que contribuir" con la seguridad de la frontera este ante la amenaza del "neoimperialismo de la Rusia de Putin" y "aprovechar este momento para que España pueda dar un salto tecnológico e industrial". Como desconfían la mayoría de los grupos parlamentarios, Sánchez no ha negado que esquivará el Congreso a la hora de sacar adelante su plan. "Las cuestiones que tengan que ver con la acción legislativa" pasarán por las Cortes Generales, dijo para reservarse "otras" que tiene que ver con el "poder ejecutivo". Para el aumento del gasto en Defensa, el Gobierno tiene la posibilidad de realizar transferencias de crédito desde otros departamentos o hacerlo a cargo del Fondo de Contingencia a través del Consejo de Ministros. Solo un eventual envío de tropas a Ucrania en misión de paz, precisaría de autorización del Congreso según la ley de seguridad. "Todas las cosas que tengan que pasar por el Parlamento, pasarán, y otras gestionadas por el Gobierno, se acelerarán", añadió. Por las cuestiones que se podrán impulsar solo en el Consejo de Ministros, Sánchez anticipó el agradecimiento al socio minoritario de la coalición por compartir el respeto "a los compromisos que tiene España con la UE". Todo ello, garantizando, como reclaman desde Sumar, que su compromiso es "seguir con la agenda social". "No va a haber ningún ajuste a la baja con nuestras políticas sociales", garantizó. Desde el afán por hacer pedagogía, no solo por el rechazo político, sino también por las reticencias tradicionales del electorado progresista a aumentar el gasto en defensa, el jefe del Ejecutivo ha subrayado que "la paz en Ucrania y la seguridad europea son dos caras de la misma moneda". Asimismo, el presidente del Gobierno ha señalado como una posibilidad real que la Rusia de Vladímir Putin emprenda aventuras "neoimperialistas" más allá de Ucrania. Choque con Feijóo El encuentro entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez no solo no ha servido para acercar posiciones respecto al plan de rearme consensuado en la UE, sino que parece haber generado un nuevo choque. Si el líder del PP acusó al jefe del Ejecutivo de no tener plan y de tener la “tentación” de "ocultar o ignorar la verdad y ocultarla por interés partidista", Sánchez evitó entrar a responder para limitar a decir que prefería quedarse con lo "postivo de estos encuentros". Desde Moncloa ya habían respondido tajantes unas horas antes: “No está a la altura de las circunstancias”, dijeron en referencia a Feijóo. Fue el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, el encargado de acusar al líder de la oposición, durante una comparecencia previa en Moncloa, en medio de la ronda de contactos de Sánchez con los grupos, de “no ser parte de la solución” por no “sumarse a la unidad que necesitamos ahora todos los europeos”. En estos momentos, conminó, “España necesita una oposición de Estado”, en lugar de una oposición de “desgaste al Gobierno". Incidiendo en el discurso que viene desplegando el Gobierno durante los últimos días, Albares ha recalcado la necesidad de “asumir con más determinación nuestra propia seguridad”. Un mensaje, ante los cambios en el orden multilateral tras el giro de EEUU, por el que dijo que “necesitamos unidad, aquí y en la UE”. Sánchez no está consiguiendo acercar posturas en su ronda de contactos con los líderes de los partidos, a excepción de con el portavoz del PNV, Aitor Esteban. En línea con lo trasladado por el jefe del Ejecutivo de puertas adentro a sus interlocutores, el titular de Exteriores ha defendido que la seguridad, sin mencionar el aumento del gasto, es “compatible con el Estado de bienestar”. Sobre el envío de tropas a Ucrania, en el que no entró Sánchez, el titular de Exteriores ha alejado este debate, aun sin cerrar la puerta a ello, porque “primero tiene que haber paz y, desgraciadamente, en estos momentos no la hay”. Otras fuentes parlamentarias que han participado en los encuentros con el jefe del Ejecutivo coinciden en que este debate todavía “está verde”, pero consideran que si otros países como Francia promueven el envío de tropas, sin importar bajo qué bandera, España deberá participar también en esta eventual misión de paz. Acuerdos en la UE, desencuentros en España Desde el Ejecutivo defienden que, más allá del acuerdo para el aumento del gasto ante la amenaza expansionista de Rusia y el giro geopolítico de EEUU, el plan de rearme todavía no está definido. Sobre todo en cuestiones clave sobre en qué se materializará este gasto y su financiación. De ahí que eviten por el momento anticipar si se llevará al Congreso. Otras fuentes aseguran que el aumento del gasto puede llevarse a cabo mediante la aprobación de partidas en el Consejo de Ministros sin necesitar el voto de los grupos parlamentarios. Aunque las familias europeas de socialistas y populares tienen una posición común, a nivel de la política doméstica se evita visibilizar esta coincidencia. De ahí que en el Gobierno señalen que Feijóo parece de acuerdo en el planteamiento, “pero quieren desgastar en un momento tan grave como en el que estamos”. “Ahora es momento para una oposición de Estado, hay muchos otros momentos en los que hacer oposición de desgaste”, añaden las mismas fuentes. Al mismo tiempo, ponen en entredicho que Sánchez pueda llegar a acuerdos con países gobernados por primeros ministros de la misma familia política que Feijóo, además de con la presidenta de la Comisión Europea, y Feijóo “se extraiga de eso”. Financiación Además de la financiación, con instrumentos que sorteen en la medida de los posible la afectación presupuestaria nacional, el jefe del Ejecutivo apuesta por computar como gasto en defensa otras partidas con un enfoque securitario. Más allá de la mera inversión armamentística. El cómputo de estas partidas, como la cooperación, la ciberseguridad y la IA como inversión en defensa, es otra de las propuestas por las que Sánchez batallará en el seno de la UE y buscan adecuar los compromisos de España a su realidad y a las dificultades parlamentarias del Gobierno. Otra de las bazas del Gobierno para aplacar los costes del pacto en Defensa pasa por apelar a que se mire el gasto en defensa en "términos absolutos". Esto es, el cómputo general, en lugar del porcentaje de PIB. Como vienen insistiendo desde Moncloa, España es el décimo contribuyente en presupuesto de la OTAN y desde 2018, cuando Pedro Sánchez llegó a la Moncloa, se ha incrementado en un 10%. Todo ello, teniendo en cuenta que por el crecimiento económico del país en los últimos años, cada décima de incremento ha pasado de suponer algo más de 1.000 millones, cuando se ratificó este compromiso en la cumbre de la OTAN de 2014 en Gales, a unos 1.500 millones. En el espacio de Sumar son menos optimistas respecto a que se logre un consenso de los Veintisiete. No solo para implementar estos mecanismos de financiación que suavicen el impacto económico en las arcas públicas, sino para incluir dentro del cómputo del gasto en defensa cuestiones más transversales. Dentro de un foco amplio de la seguridad, como serían la ciberseguridad, pero también la cooperación, la lucha antiterrorista o la IA. Por ello se insiste en que la amenaza no viene solo del flanco este, por la amenaza expansionista de Rusia, sino del flanco sur, por la situación en el Sahel. Y es que desde Sumar reconocen que partidos de su misma familia en Europa, como los polacos, tienen una visión más convencional, centrada más en el armamento para defender sus fronteras.
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