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Concordia » 7paginas
Fecha: 13/03/2025 02:49
Desregulación y desprotección En Federación y Concordia, noroeste de Entre Ríos, cerca de 10 mil personas trabajan de manera continua en la cosecha de mandarina, naranja, limón y pomelo. Sin embargo, la citricultura, que representa la principal fuente de empleo en la región y el abastecimiento de cítricos dulces tanto para el mercado interno como externo, se encuentra en alerta ante la pérdida de controles sanitarios. La ingeniera agrónoma Melania Zorzi, presidenta de la Federación del Citrus de Entre Ríos (FECIER), expresó su preocupación: “La mayor inquietud del sector es la postura del gobierno de que el mercado soluciona todo. Necesitamos vender una fruta en óptimas condiciones, con buena calidad y presentación. El SENASA cumplía un rol clave en esos controles, pero ahora todo quedó librado al azar y eso es un riesgo enorme para el negocio cítrico”, enfatizó. Ajuste presupuestario: una amenaza para la producción La polémica se intensificó a partir de la publicación de la Resolución 21/2025 de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, que plantea la necesidad de unificar criterios normativos para garantizar la inocuidad de frutas y otros productos agroalimentarios. No obstante, la medida también ratifica que el sistema regulatorio del SENASA necesita “actualización y adaptación”, lo que muchos interpretan como un recorte encubierto de competencias y recursos. Federico Sturzenegger, ministro de Desregulación y Transformación del Estado, celebró la medida en redes sociales, destacando que el SENASA estará disponible solo para certificar lo que exijan las autoridades sanitarias de otros países, eliminando restricciones a la exportación y permitiendo el libre comercio según la demanda del mercado. Sin embargo, Zorzi manifestó su desacuerdo: “La libertad tiene que servir para construir un negocio rentable para todos, no para autodestruirnos. Si el consumidor recibe una naranja seca o de mala calidad, dejará de comprarla, y eso es un problema para el productor y para el país entero”, advirtió. Riesgo sanitario y económico El impacto de estos ajustes también pone en riesgo el combate contra el HLB (Huanglongbing), una enfermedad mortal para los cítricos que no tiene cura y que amenaza con devastar las plantaciones. La reducción presupuestaria del SENASA implica que los productores tendrán que costear los análisis sanitarios por su cuenta, lo que aumenta significativamente los costos operativos. El malestar no se limita al sector citrícola: otros rubros agropecuarios, como el lechero y el ganadero, también manifiestan preocupación ante el avance de la desregulación. Además, el achicamiento de la coparticipación federal está llevando a muchas provincias y municipios a implementar impuestos encubiertos bajo el nombre de tasas, lo que suma presión sobre los productores. “Cada vez es más difícil sostener una producción rentable con una mochila de cargas impositivas tan pesada. No podemos competir si además tenemos que financiar controles que antes estaban garantizados por el Estado”, concluyó Zorzi. La incertidumbre se extiende en el sector, mientras los productores aguardan respuestas concretas que garanticen la protección sanitaria y la sostenibilidad de la industria citrícola en la región. Por Gaston Rodriguez Fecier Redacción de 7Paginas
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