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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 13/03/2025 02:31
El pliego que propone a Manuel García-Mansilla como juez de la Corte Suprema busca ser dictaminado hoy en el Senado. El Ejecutivo lo designó por decreto en "comisión" y días atrás juró en el máximo tribunal de justicia del país (Fotos: Jaime Olivos) La comisión de Acuerdos del Senado, que comanda la legisladora Guadalupe Tagliaferri (Ciudad de Buenos Aires-Pro), se reunirá desde las 11 de hoy para intentar dictaminar el pliego que el Gobierno envió el año pasado a la Cámara alta y que propone, como juez de la Corte Suprema, a Manuel García-Mansilla. El académico fue designado “en comisión” días atrás por el Ejecutivo y ya juró en el máximo tribunal de justicia del país, situación que dejó a los legisladores ante un complejo panorama. En concreto, lo que buscará en las próximas horas el kirchnerismo y una porción menor de la oposición dialoguista es igualar a García-Mansilla con el magistrado federal Ariel Lijo, el otro candidato de la Casa Rosada designado “en comisión”, pero aún sin jura. En caso de obtener un despacho sobre el académico, no hará falta habilitarlo sobre tablas -dos tercios- en una potencial sesión y ambos podrían ser votados. La jugada es empujada, en principio, por todos los senadores kirchneristas que integran la comisión de Acuerdos. Son siete, entre los que se incluye al jefe del interbloque, José Mayans. El formoseño no estuvo en la audiencia pública de agosto del año pasado, cuando García-Mansilla asistió a defender su postulación. Con la reunión de hoy, quedaría habilitado para firmar y, con ello, apuntarán a las nueve rúbricas. Nada dice el reglamento sobre esto. Si Tagliaferri se suma a algún dictamen, la novena firma quedará en manos del titular de la UCR, Martín Lousteau (Capital Federal), que volvería a mostrarse en la misma sintonía que el Frente de Todos, como en varias ocasiones de 2024. Y no hará falta que las rúbricas aparezcan en un mismo documento. En tanto, el oficialismo y los otros dialoguistas -entre los que se encuentra un puñado de radicales que no comparte los movimientos de los últimos meses del porteño junto al kirchnerismo- tiene decidido no participar del convite. Y si tuvieran alguna jugada pensada, se conocerá recién en las próximas horas. Lo que importa, a fin de cuentas, es el número, ya sea a favor o en contra. Por eso será trascendental la presencia del Frente de Todos. Si uno de ellos se ausentara, entraría en riesgo el quorum. Hasta anoche, el propio oficialismo calificaba eso de muy improbable. Previo a esta discusión, la comisión deberá ratificar a sus autoridades, lo que agrega tensión al encuentro. La senadora por la Ciudad de Buenos Aires y presidenta de la comisión de Acuerdos de la Cámara alta, Guadalupe Tagliaferri El embrollo actual enfrenta a senadores que consideran que el Ejecutivo excedió los límites al aprovechar la ventana entre el final de las sesiones extraordinarias -21 de febrero último- y el inicio del período ordinario -1 de marzo- para activar a Lijo y García-Mansilla “en comisión”. Y que la Casa Rosada sobrepasó en lo institucional a la Cámara alta, que estaba trabada con la discusión de los candidatos. Hoy cuentan con estabilidad hasta el final de la próxima Legislatura. Lo que ningún funcionario con responsabilidad institucional explica con claridad es qué pasará si se rechaza el pliego del académico en el recinto -el caso de Lijo por ahora es diferente, ya que aún no juró-, que es el lugar natural de discusión. Lo plantea la Constitución, en su artículo 99. Una decisión en este sentido significaría un punto final, aunque allí también reflotarían diversas bibliotecas. En cuanto a la oposición, uno de los puntos que más conflicto genera en el Senado es la realidad de una descontrolada UCR que vira entre oficialista, dialoguista, oposición descremada y férrea. Si existiera una categoría más, el centenario partido haría lo imposible para incorporarse. Un presente más que delicado. El jefe oficial de la bancada en la Cámara alta es el correntino Eduardo Vischi, usual aliado de La Libertad Avanza. De hecho, en las últimas horas fueron curiosos los llamativos cruces ninja entre los equipos de los legisladores, con envío de declaraciones cruzadas para remarcar y criticar la posición de sus rivales en esta compulsa. Si la reunión de hoy finalizara con algún dictamen o despacho, quienes pretenden impulsar el debate de ambos pliegos en el recinto tendrán que preparar un pedido para sesionar y presentarlo -cinco firmas, mínimo- a la vicepresidenta y titular de la Cámara alta, Victoria Villarruel. Como Villarruel es la única con potestad para hacerlo -así lo entiende el Gobierno, por el mismo artículo 99 de la Constitución- y lo valora a García-Mansilla, podría demorar la luz verde un par de semanas, en medio de una convivencia alterada a esta altura de la gestión. Sería el último bache de tiempo para negociar. Es el sueño del kirchnerismo, y por ello la desconfianza de la Casa Rosada y de bloques que no se sumarán a la reunión de este jueves. Entienden que sentarse con el Frente de Todos se convertiría en una puerta que, de abrirse, lesionará cualquier debate futuro.
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