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» La Capital
Fecha: 12/03/2025 20:52
Está acusado de acompañar a un colombiano, ya condenado, que le disparó la víctima por un incidente menor cuando realizaban cobranzas por el barrio Un cobrador de créditos informales afronta un pedido de 14 años de prisión por el homicidio de Claudio Román, un cartonero que en noviembre de 2020 mantuvo una discusión con prestamistas en el barrio Empalme Graneros y minutos más tarde fue baleado de muerte . Por el crimen hay otras dos personas condenadas: un colombiano que cumple 14 años de prisión y una hermana del acusado, sentenciada hace dos años por amenazas previas a la víctima. El pedido de pena se formalizó este martes en una audiencia previa al juicio realizada en el Centro de Justicia Penal. La fiscal Gisela Paolicelli acusó a Jorge Emanuel Benítez como un partícipe necesario del crimen cometido la tarde del 27 de noviembre de 2020. El ataque fue el corolario de una serie de roces que mantuvo la víctima con cobradores que recorrían la zona cercana a su humilde casa de Olavarría al 1500 bis , que compartía con su pareja y su pequeño hijo. La jueza Eleonora Verón aceptó el encuadre de amenazas calificadas y homicidio agravado por el uso de arma con el que el Benítez se encamina a la etapa de juicio. Es el tercer y último acusado por el caso. En octubre de 2023 había sido condenado en un juicio Cristian Camilo Ghiraldo Ramírez, un colombiano de 29 años afincado en Rosario, como quien realizó los disparos. Un tribunal lo sentenció a 14 años de prisión. En tanto que Damaris Daiana Benítez fue condenada en el mismo juicio a 2 años de cárcel por el delito de amenazas simples. Es la hermana del ahora acusado, quien al realizarse el debate oral permanecía prófugo y por eso su situación procesal se tramitó de manera diferida. >>Leer más: Dictan condenas por el crimen de un cartonero que increpó a prestamistas informales De origen chaqueño, padre de un niño de 1 año y conocido por su sobrenombre de “Cabito”, Román vivía en un pasillo de Olavarrría al 1500 bis que se abre como prolongación de la calle María de Los Angeles, a unos 200 metros del asentamiento Los Pumitas. En esa zona, los pasillos son anchos y funcionan como calles que permiten el paso de un auto. Como la gran mayoría de los vecinos del barrio, Román trabajaba cartoneando y según quienes lo conocían era ajeno a disputas violentas. Una broma, antesala del crimen El conflicto que desembocó en el crimen del cartonero inició con una broma. Entre las 18.30 y las 19 de ese día, Damaris Benítez llegó en moto y acompañada por su hermano hasta un quiosco de la cuadra para realizar una cobranza. Román estaba en la vereda y, a modo de chiste, les pidió dinero a los recién llegados, a los que reconoció como usureros barriales. “Eh, amigo. ¿Me prestás 10 mil pesos?”, preguntó. La mujer le contestó de mala gana: “No, no te conozco”. Román insistió y se generó un entredicho entre ambos que Daiana cerró diciendo: “Ahora viene mi marido y te va a cagar a tiros”. Cabito se fue a su casa y al rato salió para comprar una cerveza en un quiosco a la vuelta. En el comercio Román se cruzó con el ahora acusado y se generó una nueva discusión: Benítez le arrojó una piedra y lo lastimó en la cabeza. Luego el cartonero se quedó charlando en la boca del pasillo con vecinos y conocidos mientras Aylén, su pareja, cambiaba en la casa al pequeño hijo de ambos porque tenían previsto salir. >>Leer más: Dos cobradores colombianos asesinaron a balazos a un hombre en Empalme Graneros En ese momento llegaron Jorge Benítez y su cuñado Ghiraldo Ramírez en una Tornado blanca. Se detuvieron frente al portón de su casa y comenzaron a disparar. Al escuchar los disparos Román corrió hasta el lugar, comprobó que estaban dirigidos a su domicilio y les recriminó a los tiradores lo que estaban haciendo. La réplica fue un disparo en la cabeza y otro al pecho. Mientras los atacantes escapaban en la moto, un vecino llevó a Cabito hasta el Hospital Alberdi, donde murió a poco de llegar. El acusado por los disparos se entregó cuatro días después. “No sé qué les pasó a estos tipos. Nosotros no tenemos problemas ni deudas con nadie. Y vinieron y nos balearon el portón”, contó entonces a este diario Aylén. “Yo iba detrás de él, pero me olvidé algo y volví para la casa. Si me quedaba un minuto más en el portón de entrada me matan a mí y al nene. Porque yo lo tenía en brazos”, agregó la pareja de la víctima, que al salir vio cuando un vecino se llevaba en auto a Cabito rumbo al hospital donde falleció por una hemorragia masiva de tórax.
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