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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 12/03/2025 20:32
Postales como la del viernes último en Bahía Blanca pueden repetirse en distintos sectores del AMBA debido al cambio climático Cada vez más son los informes, papers científicos y estudios privados y gubernamentales que advierten las severas consecuencias del aumento de la temperatura global y la repetición continua y cada vez más violenta de eventos climáticos severos que impactan en distintos países. En esta línea, un estudio publicado recientemente en la revista Earth’s Future encontró que, además de los impactos relacionados con lluvias intensas, el aumento del nivel del mar podría provocar un ascenso de las aguas subterráneas, reduciendo la capacidad del suelo para absorber precipitaciones, generando “inundaciones desde abajo” y aumentando los riesgos antes de que ocurra una inundación costera directa, un fenómeno que añade complejidad a los desafíos ya existentes. Así, el aumento del nivel del mar y la intensificación de tormentas generan un escenario preocupante para Buenos Aires y otras regiones de Argentina (y el mundo). Según estudios recientes de la organización científica Climate Central, la Ciudad de Buenos Aires y su conurbano podrían enfrentar inundaciones parciales o permanentes en el futuro. Esta situación se debe a la combinación del cambio climático, el ascenso del nivel del mar y la mayor frecuencia de lluvias intensas. Un informe de Climate Center anticipa qué sucede ante un escenario de incremento de 1,5 º C en el AMBA El calentamiento global ha provocado un aumento progresivo de la temperatura media, lo que, a su vez, acelera el ascenso del nivel del mar. En ese tono, el trabajo publicado en Earth’s Future, realizado mediante una red de monitoreo de piezómetros (instrumentos para medir los niveles de agua subterránea) y modelos geoespaciales (que representan datos en mapas), advirtió cómó el fenómeno denominado “inundaciones desde abajo” (agua subterránea emergiendo por saturación del suelo) presenta riesgos que se extienden tierra adentro, sin depender estrictamente de la cercanía al mar. El estudio destaca que las aguas subterráneas son un factor crítico, especialmente en zonas urbanas costeras, pues amplifican riesgos de salud pública (como enfermedades por humedad y moho), daños a estructuras (inestabilidad en cimientos y edificios) y desafíos a sistemas de drenaje (colapsos o sobrecargas en desagües urbanos). Además, señalaron que estos efectos serán persistentes y difíciles de mitigar si no se implementan redes de monitoreo y estrategias de adaptación tempranas. Lo cierto es que, en la última medición de la NASA, se registraron 427 partes por millón de dióxido de carbono en la atmósfera, lo que generó un incremento de 1,5°C respecto de la era preindustrial, un aspecto que impulsa estos fenómenos. Ya en 2018, miles de científicos y revisores gubernamentales del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), publicaron un informe en el que acordaron limitar el aumento de la temperatura global a no más de 1,5 °C desde la era preindustrial (1850 - 1900). Esta ayudaría a evitar los peores efectos del cambio climático que se puedan desatar en la Tierra y a mantener un clima habitable para las hoy 8000 millones de personas que lo habitamos. El escenario cambio radicalmente ante el doble de temperatura esperada para fines de 2100 (Climate Center) Pero el incremento actual de las emisiones de dióxido de carbono que hoy tenemos, y su proyección en ascenso para fin de este siglo, podría generar un aumento de la temperatura global hasta en 4,4 °C en 2100, ya que los gases de efecto invernadero (GEI) actúan como un manto que envuelve la Tierra, atrapan el calor del Sol y hacen que se elevan las temperaturas. Como un llamado de advertencia concreto, sabemos que el planeta experimentó en 2024 una temperatura media en la superficie de 1,55 ºC por encima de la media registrada en el periodo preindustrial, según los datos difundidos en enero por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y que consolidan los resultados de las seis mayores bases de datos del mundo. “El cambio climático es un calentamiento de todo el sistema, atmósfera – océano. Es decir, de todo el sistema Tierra. Ya aumentó la temperatura global, o sea de todo el mundo, de la atmósfera y de las aguas de los océanos. Eso hace concentrar más la energía en la atmósfera en general”, explicó a Infobae Matilde Rusticucci, doctora en ciencias de la Atmósfera, investigadora del Conicet y profesora emérita de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires (UBA). El nivel del mar aumentó 17 cm en el último siglo, se prevé que el Río de la Plata suba hasta un metro para 2050 afectando zonas costeras. (Gsutavo Gavotti) “Al alterarse los sistemas de circulación, entonces se concentra la humedad en algunos lugares produciendo más precipitaciones y por otro lado, en algunos lugares hay más sequías. El aumento de temperatura lo que genera es que se produzcan más frecuentemente y más intensamente estos eventos. Es más, hay mayores posibilidades de que aumente la temperatura de golpe y en días sucesivos produciendo olas de calor intensa”, agregó la coautora de informes del IPCC y fuente de la Tercera Comunicacion Nacional Cambio Climatico. Y completó: “En general, la principal característica del cambio climático es que aumentan los eventos climáticos extremos que no llamamos desastres naturales, porque el desastre se produce por la combinación de todo lo que sucede. El cambio climático es un fenómeno natural producido por el hombre. Eso significa hoy más frecuencia y más intensidad de eventos climáticos extremos”. Barrios y localidades del AMBA en peligro El Área Metropolitana de Buenos Aires está formada por la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano (con 40 municipios) y está dentro del ranking de los 20 grandes centros urbanos del mundo con riesgo de sufrir inundaciones, si ocurriera un calentamiento de 3° en la temperatura promedio del planeta Tierra en el futuro, según un estudio de científicos de Climate Central de los Estados Unidos. Más de la mitad de la población de algunos municipios del conurbano bonaerense está en riesgo de inundaciones por falta de infraestructura adecuada. Además del AMBA de la Argentina, Nueva York y Tokio, otras 17 grandes áreas urbanas más afectadas (con poblaciones de más de 10 millones) se encuentran en el ranking por vulnerabilidad ante el riesgo de aumento del nivel del mar después de un calentamiento de 3°C. Si la temperatura global subiera entre 3 y 4º C, el agua del Río de la Plata avanzaría sobre zonas costeras de la Ciudad de Buenos Aires, incluyendo partes de Palermo, Belgrano, Núñez, Puerto Madero y la Reserva Ecológica Costanera Sur. En el conurbano, los municipios más afectados serían Berazategui y Avellaneda, según proyecciones del estudio de Climate Central. Según proyecciones de la ONG EARTH, se estima que el nivel medio del mar a nivel mundial aumente 2 metros a finales de este siglo. Sin embargo, para determinar el aumento del nivel del mar a nivel de Buenos Aires, hay que tener en cuenta los niveles de inundaciones costeras locales, que podrían ser 2,8 m superiores al nivel medio de las aguas más altas en pronósticos extremos. Vehículos estacionados en una calle inundada después de una tormenta, el viernes 7 de marzo de 2025, en Bahía Blanca, Argentina. (AP Foto/Juan Sebastian Lobos) Informes de expertos del clima en Argentina indican que la lluvia ha aumentado un 3,2% por década en la Ciudad de Buenos Aires y un 0,9% en Ezeiza, lo que evidencia que las áreas urbanas están recibiendo precipitaciones más intensas. En cuanto al nivel del mar, se estima que el Río de la Plata subió 17 centímetros en el último siglo y que para 2050 podría aumentar entre 50 centímetros y un metro. Esto se debe no solo al calentamiento global, sino también a fenómenos como El Niño y las sudestadas, cuya frecuencia ha ido en aumento en los últimos años. Según un reporte para la elaboración del Plan de Acción Climática 2050 (PAC) del Gobierno de la Ciudad, entre 1943 y 1952 hubo menos sudestadas que entre 2004 y 2013, lo que evidencia un cambio en los patrones climáticos. Los modelos climáticos indican que las tormentas seguirán intensificándose. En marzo de 2023, el Servicio Meteorológico Nacional registró entre 200 y 400 milímetros de lluvia en el AMBA en menos de dos semanas. En Bahía Blanca, el temporal del último viernes dejó 290 milímetros en solo 12 horas, generando inundaciones masivas y daños estructurales. Además, las intensas lluvias registradas ayer en la ciudad de Córdoba provocaron anegamientos en calles por inundaciones, cortes de luz y complicaciones en el tránsito. En menos de una hora, se registraron hasta 67 milímetros de agua, según informó el secretario de Seguridad y Prevención Comunitaria de la Municipalidad, Claudio Vignetta. En Buenos Aires la lluvia crece un 3,2 por ciento por década mientras que en Ezeiza el incremento es del 0,9 por ciento según datos científicos. (REUTERS/Juan Sebastian Lobos) “Frente al calentamiento no es lo mismo que aumente la temperatura un grado, un grado y medio o dos grados con respecto a la era preindustrial. Porque con cada décima de grado que aumenta, sube la frecuencia e intensidad de los eventos extremos. Si la temperatura aumentara tres grados, la cantidad de eventos extremos que tenemos que esperar son muy superiores a los que tenemos hoy en día. Ahora estamos en un promedio de un grado y medio, que en realidad, ya superamos esa marca y un ejemplo de ello es que el año pasado fue el año más cálido observado, o sea, vamos batiendo récords y estamos en un grado y medio ya. Si aumentara tres grados estaríamos al doble y se esperarían muchos más desastres y más intensos”, precisó la doctora Rusticucci. Y agregó: “Hay muchos estudios a nivel nacional y papers científicos sobre esta problemática. También el estudio de la Comunicación Nacional de Cambio Climático, que es el informe del Gobierno sobre el estado de situación del cambio climático en la Argentina y lo que puede suceder. Ya se menciona hace como 20 años datos mostrando a Bahía Blanca como una zona de riesgo”. Las sudestadas han aumentado su frecuencia entre 1943 y 2013 generando un mayor impacto en las costas del Río de la Plata según estudios climáticos. “Entonces, lo que hay que hacer es planificar primero, no negar el cambio climático, porque si estamos negando el cambio climático, claramente estamos negando la realidad. Los ingenieros que planifican, o los planificadores urbanos, no pueden trabajar con lo que pasó en el pasado. Tienen que planificar con lo que va a suceder en el futuro que sabemos que va a suceder. La comunidad mundial de científicos que trabajan en temas de cambio climático puede dar respuestas como la construcción de diques, obras hidráulicas y otros items importantes. Por ejemplo, un hospital no puede estar en una zona inundable o a la que no se puede acceder si hay un evento climático extremo. Hay muchas cosas para planificar, pero eso no se puede hacer pensando con los números del pasado, de cada cuánto llueve o cuánto puede llover o cuánto calor puede hacer. Eso hay que hacerlo con los números del futuro”, concluyó la experta en cambio climático. Obras y medidas de prevención Frente a este panorama, el gobierno porteño ha implementado diversas obras hidráulicas para mitigar el impacto de las lluvias intensas. Desde los años 90, la Ciudad de Buenos Aires ha avanzado con el Plan Hidráulico, que incluye infraestructura para canalizar el agua acumulada hacia el Río de la Plata. Entre los proyectos más destacados se encuentran las obras de alivio del arroyo Maldonado, que permitieron reducir las inundaciones en barrios como Palermo y Villa Crespo. Los gases de efecto invernadero (GEI) no paran de crecer desde 1990 Si bien la Ciudad de Buenos Aires cuenta con obras que han reducido el impacto de las lluvias, la situación en el conurbano es diferente. Municipios como La Matanza, Merlo, Moreno, Malvinas Argentinas, Tigre, Almirante Brown y Florencio Varela presentan mayor vulnerabilidad en algunas regiones. En tanto, informes nacionales advierten que en algunas zonas más de la mitad de la población está en riesgo de sufrir inundaciones, debido a la falta de infraestructura y a la alta densidad urbana. El último informe de la ONU Cambio Climático alertó que los planes de acción climática de los países siguen siendo insuficientes para limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados centígrados y cumplir los objetivos del Acuerdo de París, un tratado internacional legalmente vinculante que incluye compromisos de todos las naciones para reducir sus emisiones y colaborar para adaptarse a los impactos del cambio climático. El acuerdo entró en vigor en 2016 y dio a los países desarrollados una ruta para que ayuden a las naciones en desarrollo a mitigar y adaptarse al cambio climático.
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