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Concordia » Despertar Entrerriano
Fecha: 12/03/2025 20:21
En el ambiente cultural de Concordia, el debate en torno a los cobros de SADAIC (Sociedad Argentina de Autores y Compositores) se ha intensificado. La actualización de los parámetros para medir el impuesto en eventos masivos –con especial atención al emblemático Carnaval de Concordia– ha generado reacciones encontradas entre organizadores, artistas y el público en general. Para desentrañar este complejo entramado, Despertar Entrerriano habló con Carlos Enríquez, responsable zonal de SADAIC, quien nos explicó en detalle cómo se determinan estos aranceles y qué cambios recientes se han implementado. Contexto regulatorio y cambios recientes En 2024, el Gobierno Nacional introdujo importantes modificaciones a la Ley de Propiedad Intelectual mediante el Decreto 765/2024. Esta normativa redefine la manera en que se calculan los derechos de autor en eventos públicos. El decreto establece una diferenciación crucial: mientras que los eventos de carácter privado y sin fines de lucro (como reuniones familiares o fiestas en domicilios particulares) quedan exentos del pago de aranceles, los eventos públicos o aquellos que generan lucro –como festivales, conciertos y el Carnaval de Concordia– deben cumplir con las obligaciones correspondientes. El nuevo marco busca equilibrar la promoción cultural con el justo reconocimiento a los creadores de obras musicales, en un contexto donde la industria del entretenimiento se reinventa frente a desafíos económicos y de acceso. Parámetros para la medición del impuesto Según Carlos Enríquez, la medición del impuesto de SADAIC se fundamenta en múltiples criterios que permiten ajustar el arancel de acuerdo con la envergadura y características de cada evento. Entre los factores clave se destacan: Tipo de evento y finalidad: Se diferencia entre eventos públicos y privados. Los organizados con fines comerciales –donde se generan ingresos por entradas, patrocinios o merchandising– están sujetos a la totalidad del impuesto. ”El propósito principal es asegurar que la música, al ser un patrimonio cultural, genere una compensación justa para sus creadores cuando se utiliza en contextos de alto impacto comercial”, afirma Enríquez. Capacidad y aforo del recinto: El tamaño del público presente influye directamente en el cálculo del arancel. Eventos que reciben a decenas de miles de asistentes, como el carnaval, pueden experimentar un porcentaje de cobro que varía aproximadamente entre el 3% y el 10% de la recaudación total, según la normativa vigente. Precio de las entradas y recaudación total: Un mayor costo de entrada o una recaudación significativa implican una mayor exposición de la obra, lo que se traduce en un arancel proporcionalmente más elevado. Modalidad de uso musical: La diferencia entre presentaciones en vivo y música grabada es otro factor. Las actuaciones en vivo, al requerir una puesta en escena integral y generar mayor interacción con el público, pueden tener parámetros de cálculo distintos. Duración y alcance mediático: Eventos con amplia difusión en medios y redes sociales se evalúan considerando el alcance potencial, lo que busca incentivar la transparencia y evitar la evasión fiscal en actividades de gran visibilidad. Estos criterios se ajustan de manera progresiva, permitiendo a SADAIC adaptarse a las diversas realidades del sector y promover una remuneración equitativa para autores y compositores. ”La actualización de estos parámetros responde a una necesidad de modernización y adecuación al contexto actual, donde la cultura se vive en múltiples formatos y plataformas”, explica Enríquez. El Carnaval de Concordia: un caso paradigmático El Carnaval de Concordia, símbolo de la identidad cultural de la ciudad, es uno de los eventos que más refleja la aplicación de la normativa actual. Con una asistencia que supera los 50.000 espectadores y una recaudación proveniente de la venta de entradas y patrocinios, este evento se encuentra en el centro de la discusión. Organizadores y promotores han destacado que, si bien la medida de SADAIC asegura la protección de los derechos de los creadores, existe la preocupación de que una aplicación estricta del arancel pueda afectar la planificación y viabilidad económica de eventos culturales de gran magnitud. Algunos críticos sostienen que, en ciertos casos, la estructura impositiva podría resultar desproporcionada para festivales que operan con presupuestos ajustados, mientras que otros defienden la necesidad de garantizar un retorno justo para los artistas. Durante nuestra entrevista, Carlos Enríquez ofreció una visión detallada sobre el funcionamiento interno de SADAIC y la lógica detrás del cálculo del impuesto. “La reestructuración de los parámetros no solo busca adaptarse a las nuevas realidades económicas, sino que también pretende incentivar una cultura de cumplimiento y transparencia. Cada evento se evalúa de manera individual, considerando su impacto, audiencia y modalidad de uso musical. Entendemos que la música es un bien común y que su difusión en eventos de gran envergadura debe traducirse en una compensación justa para los creadores.” Enríquez también subrayó que la normativa fue diseñada para ser flexible y que SADAIC trabaja de la mano con los organizadores para evitar interpretaciones erróneas. ”Por ello, ofrecemos asesoramiento y capacitaciones periódicas para que los promotores conozcan en detalle cómo aplicar cada criterio de manera correcta”, puntualizó. Reacciones y controversias en el ámbito cultural La implementación de los nuevos requisitos ha generado un debate candente en el ambiente cultural de Concordia. Por un lado, artistas y compositores celebran la actualización como un reconocimiento a la importancia de su trabajo en un mercado que se diversifica constantemente. Por otro, algunos organizadores temen que el incremento en los costos pueda desincentivar la realización de eventos culturales de gran escala, poniendo en riesgo la continuidad de festividades tradicionales. Expertos en economía cultural sugieren que un diálogo constante entre SADAIC, los organizadores y el sector público es fundamental para ajustar la normativa y asegurar que la promoción cultural no se vea comprometida por cargas impositivas excesivas. ”El reto está en encontrar un balance que proteja los derechos de autor sin sofocar la creatividad y la economía de los eventos culturales”, concluyen desde distintos sectores artísticos. La revisión y actualización de los parámetros para medir el impuesto de SADAIC representa un paso decisivo en la protección de los derechos de autor en un entorno cultural en constante cambio. En Concordia, donde la música y la cultura son elementos vitales de la identidad local, el debate se centra en lograr un equilibrio justo entre el reconocimiento a los creadores y la viabilidad económica de eventos masivos como el Carnaval. Fuente: Despertar Entrerriano
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