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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 12/03/2025 18:53
Un día para sobrevivir (The Grey, 2011) Náufrago (Cast Away, 2000) 127 Horas (127 Hours, 2010) Muerte en la montaña (Frozen, 2010) Un día para sobrevivir (The Grey, 2011) Miedo profundo (The Shallows, 2016) El instinto de supervivencia es una de las fuerzas más poderosas del ser humano. Ya sea en medio del océano, atrapado en una montaña o enfrentando temperaturas extremas, hay historias que nos demuestran hasta dónde podemos llegar para seguir con vida. El cine ha logrado retratar esa lucha con historias que capturan toda nuestra atención, haciéndonos sentir la desesperación, el miedo y la desesperanza de sus protagonistas. Desde relatos basados en hechos reales como 127 horas hasta historias de ficción que exploran los límites de la resistencia humana como Miedo profundo, el género de la supervivencia nos ha regalado películas intensas y emocionantes. Hoy en Malditos Nerds, repasamos cinco propuestas que nos muestran lo frágil que puede ser la vida cuando la naturaleza, la mala suerte o las circunstancias conspiran en nuestra contra. Náufrago (Cast Away, 2000) En 'Náufrago' Tom Hanks da vida a un ingeniero que intenta sobrevivir durante años en una isla completamente desierta Cuando hablamos de películas de supervivencia, Náufrago emerge como un clásico instantáneo. Dirigida por Robert Zemeckis y protagonizada por Tom Hanks, esta cinta nos presenta la historia de Chuck Noland, un ejecutivo de FedEx que, tras un accidente aéreo, queda varado en una isla desierta. Sin más compañía que una pelota de vóley (Wilson, ícono pop por derecho propio), su lucha por adaptarse y sobrevivir es tan física como emocional. Rodada en la isla de Monuriki, en Fiji, la producción costó 90 millones de dólares y se filmó en dos etapas, con un año de pausa para que Hanks perdiera 25 kilos y dejara crecer su barba, reflejando el deterioro de su personaje. Zemeckis evitó el uso de música en gran parte del filme para aumentar la sensación de aislamiento y se dice que la icónica pelota Wilson apareció en la playa por casualidad y terminó convirtiéndose en parte clave del guion. 127 Horas (127 Hours, 2010) '127 horas' de Danny Boyle se inspira en la historia real del montañista Aron Ralston Si alguna vez dudaste de tu capacidad para sobrevivir en condiciones extremas, la historia real de Aron Ralston te hará replantearlo. Dirigida por Danny Boyle y protagonizada por James Franco, 127 Horas narra la odisea de este montañista que quedó atrapado en un cañón de Utah con el brazo aprisionado por una roca. Sin posibilidad de pedir ayuda y con el tiempo en su contra, Ralston tuvo tomar una decisión extrema para salvar su vida. Intensa, claustrofóbica y emocionalmente demoledora, esta cinta es un testimonio de la resiliencia humana. Filmada en Utah, cerca del sitio real del incidente, Boyle optó por cámaras digitales ligeras para capturar la angustia y el aislamiento de su protagonista. James Franco pasó largas horas en una posición incómoda para hacer aún más creíble su actuación. La película fue un éxito de crítica, recibiendo seis nominaciones al Oscar, incluyendo Mejor Película y Mejor Actor. Muerte en la montaña (Frozen, 2010) En 'Muerte en la montaña' tres jóvenes quedan atrapados en una aerosilla cuando la estación de esquí cierra por la noche Otra propuesta capaz de ponernos la piel de gallina es Muerte en la montaña. En este thriller dirigido por Adam Green tres amigos quedan atrapados en un telesilla en una estación de esquí cerrada durante una tormenta. A medida que la temperatura desciende y el pánico se apodera de ellos, se ven obligados a tomar decisiones aterradoras para intentar sobrevivir. Con el frío, la altura y una manada de lobos al acecho, la película se convierte en una pesadilla minimalista que juega con la impotencia y el miedo a lo inevitable. Filmada en Snowbasin, Utah, en un telesilla real, la producción tuvo un presupuesto de apenas 2 millones de dólares, apostando por efectos prácticos y temperaturas bajo cero para mayor realismo. El director se inspiró en su propio miedo a las alturas para crear la historia y los actores improvisaron buena parte del diálogo para hacer más creíbles las escenas de terror y desesperación. Aunque no es tan conocida como otras propuestas de esta lista, Miedo en la montaña se ha ganado un status de culto por su simplicidad efectiva. Un día para sobrevivir (The Grey, 2011) En 'Un día para sobrevivir' un grupo de trabajadores petroleros quedan varados en Alaska después de un accidente aéreo y son acechados por una manada de lobos El hielo y los lobos vuelven a hacerse presente en la cuarta recomendación pero con un plus: Liam Neeson. En Un día para sobrevivir un grupo de trabajadores petroleros sobrevive a un accidente aéreo solo para encontrarse con manada de lobos implacables que los acecha en el corazón de Alaska. Rodada en Canadá bajo temperaturas que llegaron a -30°C, la producción enfrentó condiciones extremas que hicieron el rodaje casi tan desafiante como la historia misma. Neeson, conocido por su intensidad, afirmó que llegó a comer carne de lobo real para preparar su papel, lo que generó controversia entre grupos proteccionistas. Entre el frío extremo y la lucha constante por seguir adelante, Un día para sobrevivir no solo es un thriller de supervivencia, sino también una reflexión sobre la muerte y el instinto de lucha. Miedo profundo (The Shallows, 2016) En 'Miedo profundo' una joven queda atrapada en un islote a solo cien metros de la costa Las películas de tiburones han recorrido un largo camino desde el clásico de Steven Spielberg de 1975, y Miedo profundo es prueba de ello. Dirigida por Jaume Collet-Serra y protagonizada por Blake Lively, sigue a Nancy, una surfista atrapada en una pequeña roca a pocos metros de la costa después de ser atacada por un tiburón blanco. Lo que parece una distancia mínima se convierte en un abismo imposible mientras el depredador acecha, convirtiendo la historia en una angustiante carrera contra el tiempo. Filmada en Australia, la película recaudó 119 millones de dólares y fue un éxito de taquilla gracias a su ritmo imparable y su enfoque minimalista. Aunque el desenlace generó opiniones divididas, Miedo profundo se convirtió en un referente moderno del cine de supervivencia acuática.
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