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» El Ciudadano
Fecha: 12/03/2025 15:50
El presidente republicano estadounidense, Donald Trump, anunció recientemente que prevé aplicar en lo inmediato aranceles aduaneros recíprocos, con lo cual busca imponer a todos sus socios comerciales el mismo nivel de tarifas aduaneras que las que estos establecen a los productos estadounidenses. En base a este anuncio, los aranceles de exportación hacia Argentina podrían elevarse a 16,7% en promedio. El mercado norteamericano resulta central para muchos productos locales y las nuevas medidas no están exentas de costos económicos y dificultades políticas. Por otro lado, el magnate estadounidense estableció tarifas del 25% a sus importaciones de acero y aluminio, lo que afectaría exportaciones argentinas en unos USD 600 millones. El año pasado Argentina quedó en el séptimo lugar de los mayores exportadores de aluminio a Estados Unidos y este tema ya comenzó a generar problemas en la principal empresa del país, el grupo Techint, que lidera la producción de acero, y tuvo que empezar a aplicar recortes a sus trabajadores ante la pérdida de mercado en Estados Unidos. Acindar, otra de las empresas importantes en este rubro, empezó directamente a suspender trabajadores. Frente a este panorama, la Dra. Laura María Valle, reconocida especialista en materia tributaria y docente de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, fue convocada para analizar el impacto económico de esta política comercial. Sobre este tema, la experta señaló que «por lo que sabemos de estas políticas hasta el momento, deberíamos entender que podrían presentar algunos problemas a los exportadores argentinos como, por ejemplo, la pérdida de competitividad y reducción de las exportaciones, los aranceles encarecerían los productos argentinos en el mercado estadounidense, dificultando su inserción frente a competidores de otros países con los que Estados Unidos tenga tratados comerciales». La Dra. Valle agregó que «una caída en las exportaciones afectaría directamente en nuestra economía impactando en el empleo y la industria. Esta situación, además, podría tener efectos negativos en la producción y, en consecuencia, en la generación de empleo en los sectores afectados. Por otro lado, si todo esto sucede, conllevaría a un incremento en la inflación. Su consecuencia directa, altas tasas de interés y aumento del dólar». Asimismo, la contadora advirtió que una escalada en “la guerra comercial” con Estados Unidos podría provocar que Argentina imponga contramedidas como, por ejemplo, barreras no arancelarias. Aunque en principio el presidente Javier Milei expresó estar de acuerdo con los aranceles recíprocos, aún no conocemos con certeza cómo esto podría afectar en el futuro a los exportadores y cómo estos reaccionarían contra el actual Gobierno, ante posibles perjuicios para sus negocios. Por otra parte, la autora de artículos de referencia publicados en editoriales de prestigio como Editorial La Ley – consultada regularmente para evaluar el impacto de cambios regulatorios en el comercio exterior- alertó sobre la incertidumbre que estas medidas pueden generar en el comercio internacional: “La adopción de políticas proteccionistas por parte de Estados Unidos incrementa la volatilidad en las relaciones comerciales, lo que puede desalentar inversiones y generar un clima de inseguridad económica”. No obstante, la especialista también identificó posibles oportunidades en este contexto: A pesar de que las medidas podrían traer impactos negativos a corto plazo, también cabría la posibilidad de que acarreen algunos beneficios a mediano o largo plazo para Argentina. Entre ellos se destacan: – Modernización y competitividad: La presión de enfrentar aranceles podría impulsar a la industria local a modernizar sus procesos productivos, mejorar la calidad de sus productos y adoptar tecnologías innovadoras para mantenerse competitiva en mercados internacionales. – Fomento de la producción interna: Ante la reducción de las exportaciones, podría haber un incentivo para fortalecer el mercado interno, lo que a su vez puede generar dinamismo en la economía local y fomentar la creación de empleo. – Revisión de políticas económicas: La situación podría servir como un llamado para replantear estrategias comerciales y económicas, promoviendo reformas que hagan a la economía argentina más resiliente ante shocks externos y proteccionismo internacional. En resumen, concluyó la Dra. Valle, “aunque las medidas proteccionistas de Trump generen desafíos, también podrían ser el catalizador para que Argentina diversifique sus mercados, modernice sus sectores productivos y refuerce su economía ante futuros escenarios globales». ” Impacto en las importaciones desde EE.UU. Respecto a las importaciones desde Estados Unidos, la Dra. Valle analizó el impacto de posibles represalias comerciales: “Si el presidente Milei no llega a un acuerdo con Trump para quedar fuera de estos aranceles o al menos, buscar un arancel menor para Argentina, el país debería reducir en un 60% los impuestos a las importaciones de bienes provenientes de Estados Unidos. En caso contrario, enfrentaría un incremento del 148% en los aranceles que el presidente Trump impone a los productos argentinos». “Esto sucede porque actualmente, Argentina aplica un arancel promedio del 6,2% a productos estadounidenses, mientras que EE.UU. impone un 2,5% a bienes argentinos. Si finalmente Milei adhiere a esas políticas, esta situación resultaría en desafíos muy grandes para las empresas que dependen de importaciones desde Estados Unidos. Esto podría provocar una gran incertidumbre en el comercio internacional por las fluctuaciones de precios que deberían enfrentar los importadores argentinos y en la disponibilidad de productos”, detalló. Con respecto al tratado de libre comercio con Estados Unidos, en los últimos días el presidente Trump expuso la posibilidad de llegar a un acuerdo con Argentina, pero aún no se ha expedido sobre este tema. Argentina tiene actualmente primero que resolver la traba del Mercosur que establece un arancel común para la política comercial de todos los países del bloque. La Dra. Valle estimó que «aunque las políticas arancelarias de Trump están diseñadas para proteger la economía estadounidense, sus efectos se extienden globalmente, impactando tanto a exportadores como a importadores argentinos. Es crucial que las empresas argentinas se mantengan informadas y consideren estrategias para adaptarse a este entorno comercial en constante cambio”. Posibles beneficios internos de los aranceles recíprocos La Dra. Valle advierte que si finalmente Argentina impusiera aranceles recíprocos a los productos estadounidenses en respuesta a las medidas de Trump, podrían generarse algunos beneficios internos, tales como: – Protección de la industria nacional: los aranceles encarecerían los productos importados desde EE.UU., lo que haría que los consumidores y empresas locales prefieran bienes nacionales. Esto podría incentivar el crecimiento de sectores como la industria manufacturera, la tecnología, el agro y otros que compitan con productos estadounidenses, ayudándolas a fortalecerse y expandirse, generando empleo y aumentando la producción interna. – Posible fortalecimiento de la balanza comercial: Si las importaciones desde EE.UU. disminuyen y la producción local cubre esa demanda, la balanza comercial podría mejorar, reduciendo la salida de divisas y fortaleciendo la economía nacional”. Posicionamiento estratégico de Argentina Sobre el posicionamiento estratégico del país en este nuevo contexto global, la Dra. Valle señaló que “Argentina deberá evaluar si mantiene a Estados Unidos como su tercer socio comercial o si diversifica sus mercados”. Finalmente, concluyó: “Ante el aumento de los costos y la incertidumbre comercial, los empresarios argentinos podrían verse obligados a buscar proveedores y clientes en otros mercados para mitigar los riesgos asociados con las políticas comerciales de Estados Unidos. Desde mi punto de vista, Argentina debería priorizar la consolidación y ampliación de los mercados existentes para negociar nuevos accesos y a la vez atraer inversiones al país, lo cual lo beneficiaria tanto impositiva como comercialmente, aunque el presidente Milei deje leer entre líneas el poco interés en seguir esta estrategia, por el contrario, privilegia el fortalecimiento de las relaciones comerciales con Estados Unidos, confirmando esto a través de su búsqueda de un tratado de libre comercio, pero su discurso se contradice con la política proteccionista de Trump, que prioriza la producción local sobre cualquier acuerdo de apertura comercial”.
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