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  • Proyecto Dragón 8X8: el modelo de inversión militar que gusta a Defensa

    » Diario Cordoba

    Fecha: 11/03/2025 16:27

    Aún no han podido desplegarlo los militares en ninguna misión, ni ocupa lugar en los garajes de Infantería, pero sí lleva diez años siendo el centro del trabajo de un numeroso grupo de mecánicos, armeros e ingenieros de norte a sur de España. El blindado de combate Dragón 8X8 “tiene que ser el vehículo terrestre más completo, moderno, digital y tecnológico del parque del Ejército de Tierra”, ha pedido la secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcarce. Para Defensa es un proyecto emblema. Pese a una fuerte polémica política, una derrama de 420 millones de euros, serios problemas técnicos aún pendientes de solución y el reiterado retraso en la entrega de unidades, el ministerio tiene tres razones para considerarlo programa modelo: conlleva un elevado porcentaje de producción española; obliga a pactos entre empresas para retos de innovación que afronte la industria; y tres, riega inversión y empleo a lo largo de un eje norte-sur de España, en torno al cual son “traccionados” -palabra muy de moda en la industria de defensa- 400 proveedores españoles. Córdoba, en el centro del proyecto El proyecto, además, tiene en Córdoba un nudo esencial, puesto que aquí se desarrolla un centro de mantenimiento, en El Higuerón, en el que funciona la Oficina de apoyo al ciclo de vida del VCR 8x8 Dragón (Otacv), en concreto, en el Parque y Centro de Mantenimiento de Vehículos Ruedas Nº 2. El Gobierno mantiene una consigna en cada adquisición para las Fuerzas Armadas, del mismo modo que la UE tiene también la suya a nivel continental: evitar que el tremendo esfuerzo de los contribuyentes que representa el gasto en armas acabe yéndose en su totalidad a los bolsillos de empresarios y trabajadores en EEUU, Israel u otras potencias industriales competidoras. La línea roja pasa por que cada programa de armamento -cifras no expuestas oficialmente-, si no hay más remedio que comprar en el exterior, al menos deje aquí un 45% de la inversión generando empleo y conocimiento. El proyecto de Vehículo de Combate de Infantería (VCI) Dragón 8X8 corre riesgo de naufragar si este año no entrega sus primeros lotes, pero, como estrategia de inversión, es el patrón al que Defensa quiere que se ajuste, en lo posible, el torrente de gasto militar que se aproxima. Eje español Los parámetros del programa son: 2.520 millones de euros de inversión total; un objetivo de producción de 1.000 vehículos en tres fases para infantería, zapadores, puestos de mando y soldados en misión de observación avanzada; 348 vehículos en una primera tanda con un pago de 1.740 millones; una alianza de empresas, Tess Defence, liderada por Indra y en la que participan además la armera Escribano, la tanquista Santa Bárbara y la motorista Sapa; una red de proveedores de 400 empresas españolas, lo que supone la nacionalización de un 70% de la fase de desarrollo. Un ejecutivo de Tess Defence que quisiera recorrer los puntos principales de fabricación del Dragón 8X8 debería hacer una ruta de 15 horas en coche y 1.424 kilómetros de longitud desde la provincia de Guipúzcoa hasta la de Sevilla. En el ministerio que dirige Margarita Robles, donde acuñaron el plan de corredores industriales de la defensa, lo consideran un "efecto de vertebración territorial". En sus plantas guipuzcoanas de Andoain y Placencia, la firma vasca especialista en movilidad SAPA fabrica el grupo motopropulsor del vehículo -para un motor de la sueca Scania- y también sus sistemas de generación de energía. En Trubia, cerca de Oviedo, en una planta de la empresa Santa Bárbara–General Dynamics se hace la arquitectura eléctrica del vehículo y la estructura blindada de su barcaza, en el empeño dificil de cuadrar un círculo: que el Dragón no pese tanto como para hundirse en terrenos enfangados o atascarse en dunas arenosas (sus dos posibles teatros de despliegue) pero resista cañonazos y cohetes. Y ese es uno de los desafíos mayores del proyecto. Saliendo del área norte, en Madrid Indra ha desarrollado la integración del VCI Dragón en el Sistema de Gestión del Campo de Batalla (BMS o Battlefield Management System). También ha contribuido a la construcción de un gemelo digital que sirva para adiestrar a conductores y planificar el arreglo de averías. También en Madrid está Escribano, la armera que dota al Dragón de una torre manejada por manos humanas que hace disparos del calibre 12,70 y del Guardián, un robot con un cañón de 30 mm. En la localidad sevillana de Alcalá de Guadaíra, en la misma planta en la que han sido rehabilitados los carros de combate Leopard enviados a Ucrania, Santa Bárbara integra los distintos sistemas del 8X8 y pone a prueba los vehículos. Este eje supone, según fuentes de Defensa, más de 1.500 empleos directos en las empresas de la alianza Tess Defence, con activos superiores a los 650 millones de euros, de la que Indra ha tomado el control. No se cuentan en esa estimación los trabajadores implicados en pedidos a más de 400 proveedores nacionales. Entre ellos están Telefónica y la ingeniería AICOX, especializada en entornos hostiles y combates de alta intensidad. Son las desarrolladoras del software E-Lynx para la radio digital del vehiculo de combate. El proyecto, además, tiene otros impactos geográficos. En Córdoba se creará un centro de mantenimiento, un gran taller para apoyar en el ciclo de vida de los dragones. Precisamente, en el parque militar de El Higuerón ya se puede observar la colaboración militar-industrial que se trasladará a la base con un potencial de crecimiento evidente. Allí, en el Parque y Centro de Mantenimiento de Vehículos Ruedas Nº 2 ya funciona la Oficina de apoyo al ciclo de vida del VCR 8x8 Dragón (Otacv). Y en el polígono industrial Nuevo Jaén, cerca de las instalaciones del Centro Tecnológico de Desarrollo y Experimentación CETEDEX de Defensa, la firma SAPA instalará una planta nueva para 60 operarios. En plena expansión al sur, la firma vasca ha creado también una cátedra universitaria específica de ingeniería mecánica en la Universidad de Jaén. Zapatero, Rajoy, Sánchez El origen del proyecto es una matanza. El 24 de julio de 2007, un coche bomba estalló al paso de dos blindados medios de ruedas (BMR) del Ejército en el Líbano. Seis paracaidistas en misión de cascos azules fueron asesinados en aquel ataque: Jefferson Vargas, Jason Alejandro Castaño, Juan Eriksson, Jonathan Galea, David Puerta y Juan Vidoria. El más mayor tenía 21 años. El BMR, vetusto vehículo que aún sigue en servicio en el Ejército, demostró trágicamente su vulnerabilidad: no había sido un ataque sofisticado de artillería, ni un misil, sino un explosivo artesanal el que había destruido los vehículos. Se confirmó el temor que venían manifestando los militares al Gobierno. Tras la tensión de los sepelios, el ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero decidió que las Fuerzas Armadas no podían seguir tan mal pertrechadas. De un consejo de ministros de noviembre sale el primer encargo para renovar la flota de vehículos de combate. El primer contrato del proyecto Dragón, para el programa tecnológico, se firma en 2015, gobernando Mariano Rajoy. Concluida esa fase, el segundo contrato, para el programa de producción, se firma en agosto de 2020, gobernando Pedro Sánchez Defensa buscaba con el proyecto Dragón no solo esparcir la inversión entre pymes y campeones españoles. También que, cuando Tess Defence solvente los problemas de producción que ha encontrado, eluda la amenaza de una multa ministerial por retrasos y entregue finalmente los vehículos, podrá erigirse en autoridad de diseño para blindados. Eso supone pasar a otra fase: mirar el mercado para exportar algún día. Es todo lo contrario de lo que habría ocurrido con una decisión más rápida, si España hubiera decidido importar los blindados Jaguar o Griffon de Francia, los Stryker de ocho ruedas norteamericanos o los Eitan que Israel ha estrenado en Gaza y Cisjordania. Suscríbete para seguir leyendo

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