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» Diario Cordoba
Fecha: 11/03/2025 15:39
Labrar o no labrar, esa es la cuestión. La agricultura sin labranza ha sido ampliamente promovida como una estrategia de gestión sostenible para reducir la degradación del suelo, mejorar su capacidad de almacenamiento de carbono y, por extensión, luchar contra el cambio climático. Pero, ¿qué hay de cierto en esta afirmación? Un grupo de investigadores chinos ha querido responder a esa pregunta. El estudio, publicado en ‘Ecological Processes’ analizó los efectos de la agricultura sin labranza en el contenido total de carbono del suelo en un ecosistema agrícola semiárido con suelos arenosos, similar al que existe zonas del levante y el sur de España. Los resultados muestran un impacto positivo en la captación de carbono del suelo en comparación con la labranza convencional. La investigación, realizada en la región semidesértica de Horqin, en China, comparó la agricultura sin labranza con la convencional en campos de Cyperus esculentus, llamada comúnmente juncia avellanada, una planta resistente a la sequía y de rápido crecimiento conocida por su sistema de raíces profundas que produce el tubérculo comestible conocido como chufa. Durante el período de estudio, los suelos bajo agricultura sin labranza mostraron un incremento significativo en el contenido de carbono total, lo que sugiere una mayor capacidad de ‘secuestro’ de carbono en estos sistemas. Campo de chufa en la huerta de Alboraya / Echiner Los autores identificaron tres mecanismos principales que explican este fenómeno. En primer lugar, la agricultura sin labranza promueve una mayor fotosíntesis y crecimiento de biomasa en las plantas, lo que propicia una mayor cantidad de carbono disuelto orgánico derivado de las raíces. En segundo lugar, la agricultura sin labranza favorece la inmovilización del carbono en la biomasa microbiana del suelo al aumentar la eficiencia del uso del carbono por parte de los microorganismos. Finalmente, la agricultura sin labranza propicia un cambio en la comunidad bacteriana del suelo, favoreciendo la presencia de especies oligotróficas, lo que mejora la estabilidad y recalcitrancia (permanencia) del carbono orgánico del suelo. Beneficios agronómicos importantes Uno de los hallazgos más relevantes del estudio fue la alteración en la composición de la comunidad bacteriana del suelo. Se observó un aumento en la proporción de bacterias oligotróficas, como las Acidobacteria y Actinobacteria, mientras que disminuyeron las copiotróficas, como las Proteobacteria y Firmicutes. Este cambio sugiere que la agricultura sin labranza reduce la disponibilidad de nutrientes en el suelo, favoreciendo bacterias adaptadas a ambientes con menor concentración de carbono disponible, lo que contribuye a una mayor estabilidad del carbono orgánico. Además, se detectó un aumento en la eficiencia del uso del carbono por parte de la biomasa microbiana bajo agricultura sin labranza. Esto implica que una mayor proporción del carbono absorbido por los microorganismos se convierte en biomasa estable en lugar de ser liberado como CO2, lo que contribuye a la conservación del carbono en el suelo. Más allá del secuestro de carbono, la agricultura sin labranza ofrece otros beneficios agronómicos importantes. La mejora en la estructura del suelo y en su capacidad de retención de humedad favorece el crecimiento de las raíces, lo que a su vez incrementa la productividad de los cultivos. En el estudio, los cultivos bajo agricultura sin labranza mostraron un aumento en la biomasa aérea y en la longitud y densidad radicular en comparación con los suelos manejados con labranza convencional. Mecanismos de aumento del carbono total del suelo en condiciones de siembra directa en suelos arenosos. / Wang Cong A pesar de estos beneficios, los investigadores advirtieron que la adopción de la agricultura sin labranza podría requerir ajustes en la fertilización y en el manejo de nutrientes, dado que la menor disponibilidad de nitrógeno y fósforo puede afectar la productividad a largo plazo. Sin embargo, consideran que esta práctica es una herramienta prometedora para mitigar la degradación del suelo y mejorar el almacenamiento de carbono en sistemas agrícolas con suelos arenosos. Su conclusión es que la agricultura sin labranza emerge como una estrategia dual: protege los suelos vulnerables y los convierte en sumideros de carbono. Prácticas agrícolas sostenibles El estudio aporta evidencia clave sobre el potencial de la agricultura sin labranza para mejorar la capacidad de los suelos arenosos en la captura de carbono, lo que podría jugar un papel importante en estrategias globales de mitigación del cambio climático. Si bien los beneficios de la agricultura sin labranza habían sido documentados anteriormente en suelos de textura media y fina, esta investigación demuestra que también puede ser eficaz en ecosistemas de suelos arenosos, donde la estabilidad del carbono es más difícil de mantener. Los autores concluyen que el estudio proporciona una base sólida para la optimización de las prácticas de labranza, permitiendo diseñar estrategias que no solo mejoren la productividad agrícola, sino que también contribuyan a la mitigación de emisiones de carbono a la atmósfera. La aplicación de la agricultura sin labranza, según las conclusiones de la investigación, podría ser clave en regiones semiáridas y desérticas propensas a la desertificación y pérdida de fertilidad del suelo. Chufas de Horchata de Alboraya a granel para la venta en Valencia. / Wikijanieo El trabajo se suma a la creciente evidencia de que las prácticas agrícolas sostenibles pueden desempeñar un papel fundamental en la lucha contra el cambio climático, destacando la importancia de seguir explorando formas de mejorar el almacenamiento de carbono en los suelos y promover una agricultura más resiliente y ambientalmente responsable." En ecosistemas donde la agregación del suelo es pobre, la agricultura sin labranza ofrece una ventaja única al mejorar la fotosíntesis, la biomasa vegetal y la estabilidad del carbono orgánico", señalan los autores. Además, "la reducción de nutrientes disponibles bajo agricultura sin labranza no compromete la productividad, ya que Cyperus esculentus es altamente resistente a condiciones áridas", añaden.
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