12/03/2025 02:40
12/03/2025 02:40
12/03/2025 02:40
12/03/2025 02:40
12/03/2025 02:40
12/03/2025 02:39
12/03/2025 02:38
12/03/2025 02:37
12/03/2025 02:36
12/03/2025 02:36
» El Ciudadano
Fecha: 11/03/2025 13:43
Daniel Zecca Germán Martínez se transformó en los últimos años en un actor importante de la política nacional. Tras la derrota de 2023, supo mantener su rol como jefe de bloque del peronismo en Diputados. Desde ese lugar, caracteriza al gobierno de Javier Milei como «el más corrupto de la historia», con «rasgos claramente autoritarios y fascistas», y con una política económica «contra la producción». También alerta que el asesor presidencial Santiago Caputo «va a terminar condicionando el presidente». Puesto ya en su rol de candidato a convencional constituyente por el departamento Rosario, el referente del rossismo en la coalición del llamado PJ oficial con Santa Fe Sin Miedo advierte sobre las similitudes entre las propuestas del gobierno provincial y las de LLA, y muestra al peronismo como el único opositor a la aprobación de una Constitución que puede llegar a ser «peor que la de 1962». También critica con fuerza la intención de llevar a rango constitucional el «déficit cero» y la «ficha limpia». —Queremos dialogar sobre la reforma constitucional santafesina, pero por tu rol y la importancia que tenés a nivel nacional en el Congreso de la Nación hay una agenda que no podemos dejar de tocar sobre tu mirada del gobierno de Javier Milei y tu rol como diputado y jefe del bloque peronista. —Me parece que hay tres elementos que, a mi criterio, caracterizan al gobierno de Javier Milei, algo que venimos diciendo hace mucho tiempo y que está muy sobre la mesa ahora. En primer lugar, este es un gobierno que tiene una política económica claramente en contra de la producción, del trabajo, de la industria y de los derechos de los argentinos. Nosotros lo venimos diciendo desde el día uno, en el momento en que se decidió una devaluación abrupta del tipo de cambio, con los perjuicios que eso tuvo en todos los precios relativos, pero principalmente en el ingreso de los argentinos y las argentinas. Fue una decisión durísima, porque impactó en los precios, en las tarifas, en los alquileres, en el poder adquisitivo en general, en los combustibles. Fue una decisión muy grave que muchos justificaron por esta idea de que no podíamos tener la brecha entre el tipo de cambio oficial y los paralelos, pero lo cierto es que fue un mazazo en los ingresos de los trabajadores, de los de ingresos fijos y también de aquellos trabajadores que, sin contar con plenos derechos, viven de lo que laburan todos los días. Desde el punto de vista industrial y productivo, es un desastre. Salvando la recuperación del sector agropecuario, que veníamos de un año 2023 muy duro por la sequía, todos los indicadores están a la baja. Dos sectores muy importantes, como la industria y la construcción, muestran bajas muy significativas y un impacto enorme en la mano de obra y en los puestos de trabajo. A nivel nacional, ya estamos en más de 12.000 empresas que cerraron, mayoritariamente pymes. Estamos en 230.000 puestos de trabajo perdidos, eso incluye los 40.000 aproximadamente del sector público. Y eso es lo que tenemos a nivel de registrado. Imagínate el compañero o la compañera que changuea, que pierde esa changa y que no vuelve a tener una situación estable desde el punto de vista laboral. En segundo lugar, este es un gobierno con características y rasgos claramente autoritarios y fascistas. Nosotros esto lo veníamos diciendo hace mucho tiempo. Quizás el discurso de Davos lo puso en una escena distinta, generó el impacto que generó con esa hermosa y masiva marcha que hubo en toda la Argentina. A mí me tocó vivir la de Rosario, pero que fue muy importante su convocatoria, al igual que en la ciudad de Buenos Aires y en otros puntos del país. Eso que antes parecía lejano, hoy todo el mundo lo visualiza como algo muy concreto. Estamos frente a un gobierno autoritario y con rasgos fascistas. Tercer elemento, estamos en un gobierno que, como yo vengo diciendo desde diciembre, se encamina a ser el gobierno más corrupto de la historia argentina. Yo lo había dicho por lo de (Sandra) Pettovello y todo lo que pasa en Desarrollo Humano. Lo había dicho por lo que pasa en el Ministerio de Defensa, con la obra social y con las obras complementarias vinculadas a la adquisición de los F-16. Lo había dicho en aquel momento respecto a la hidrovía, que ahora se está debatiendo también en Rosario después de la caída de la licitación, pero esa licitación era un escándalo por donde se la mire, un nido de ratas corruptas. Pero ahora ha aparecido la criptoestafa, y después de la criptoestafa que tiene como protagonista al presidente, aparecieron estos rumores y comentarios, informaciones y versiones de coimas para poder ser entrevistado por el presidente, para tomar una foto con el presidente, para acercarle proyectos al presidente. Tenían tarifada la secretaría privada. —¿Cómo se generó esa idea de no asistir al inicio de sesiones y cómo calificás el impacto de esa medida? —Nosotros teníamos que tomar una decisión respecto al primero de marzo, en qué lugar iba a estar parado nuestro bloque, en la Asamblea donde se abren las sesiones ordinarias. Y nosotros veníamos de un presidente involucrado hasta las manos en la estafa cripto. Además, había nombrado jueces de la Corte Suprema por decreto y había hecho jurar a uno de ellos en una oscura ceremonia en el Palacio Tribunales a menos de 24 horas de haber sacado el decreto. Tres, había pedido la renuncia y la intervención de la provincia de Buenos Aires, que fue contra Axel Kicillof, pero es contra todos los gobernadores que osan ponerse en el rol de oposición al gobierno nacional. Y veníamos de dos años consecutivos sin ley de presupuesto. Entonces, nosotros decidimos dar un mensaje político con nuestra ausencia. Y se notó. El recinto estaba vacío. No estaba solamente vacío el recinto, estaba vacío el palco de los gobernadores, donde fueron 6 de 24. Estaba vacía la conversación en las redes, que disminuyó notablemente respecto al año anterior. Estaba vacía la conversación en los sistemas de comunicación más tradicionales, audiovisuales, en los canales de televisión, el encendido del rating, todo bajó. Y estaba vacía la calle. Hasta tal punto de que se escuchaban las cacerolas cuando venía el presidente, cacerolas que estaban protestando contra el presidente. Entonces, el mensaje del recinto vacío fue muy importante. —¿Cómo analizás el choque y las amenazas contra el diputado Facundo Manes? —Siempre el presidente trata de buscar un punto de confrontación en el recinto. Lo hizo conmigo el 15 de septiembre, cuando presentó el presupuesto. Ahora le eligió a Facundo. Después, lo que sucedió afuera con Santiago Caputo. Nosotros venimos diciendo, y yo en particular vengo diciendo hace tiempo, que Santiago Caputo es el eje vertebrador de un dispositivo que tiene cuatro puntos: los Servicios de Inteligencia, la Unidad de Información Financiera, la ex Afip, hoy Arca, y los vínculos con la Justicia Federal de Comodoro Py. Ese cuadrado mágico tiene a Santiago Caputo en el medio. Y desde allí, Santiago Caputo le ofrece al presidente: «Vos quédate tranquilo, que yo me encargo de acallar todas las voces opositoras». Vertebrando carpetazos tributarios, carpetazos de los Servicios de Inteligencia, situaciones vinculadas a la UIF, causas en Comodoro Py. «Vos quedate tranquilo, yo me encargo de tus opositores». Pero el problema es que ese diseño lo está perjudicando al propio presidente de la Nación. Y el presidente de la Nación va a terminar entrampado, atrapado por ese dispositivo creado por Santiago Caputo. Lo vengo diciendo siempre, es como la fábula de la ranita y el escorpión, donde te dicen: «Llevanos hasta el otro lado». Vos, con buena leche, subís al escorpión arriba, y en el medio te va a picar. Y Santiago Caputo lo va a picar al presidente. Por eso hoy yo creo que el triángulo famoso de hierro es un desastre. Tenemos al presidente de la Nación con un discurso absolutamente perdido, todo el tiempo temblando, sin consignas claras de su gobierno, sin dar una discusión política a fondo, insultando y agraviando a todo el que piensa distinto. Tenemos una secretaria general de la Presidencia, que nadie sabe por qué tiene tanto rol en el entorno del presidente. Podés decir: «Sí, es la hermana». Pero no alcanza con ser la hermana de alguien para tener tanto poder, y encima ahora en el medio de todas las acusaciones de pedido de retorno, de pedido de plata para acceder al presidente de la Nación, y muchos indican que ella y los dirigentes políticos cercanos a ella son los que más tienen que ver con la estafa cripto. Y después está Santiago Caputo, que deja este dispositivo para condicionar a la política, pero que en realidad va a terminar condicionando al propio presidente de la Nación y no le hace ningún favor al presidente cada vez que aparece. —Me quedo con lo que dijiste sobre Santiago Caputo. ¿Por qué vos decís que él va a terminar condicionando al presidente? —Porque hay una tendencia en la historia argentina de que estos personajes oscuros que crecen a la sombra de determinados liderazgos políticos después terminan siendo coptados por otros intereses, y las primeras víctimas son los propios liderazgos a los que dicen responder. Para mí Santiago Caputo están construyendo su plan de impunidad, su plan de permanecer en el tiempo, su plan de que si termina Milei a él no le pase nada, no está pensando en Milei, está pensando en él. Y cuando uno en política la acumulación política de tu trabajo no la tenés en tu jefatura, sino que la tenés en vos mismo, estás en el horno. A mí me parece que, lejos de lo que se piensa, Santiago Caputo no está trabajando para el presidente, está trabajando para sí mismo. ¿Sabe cómo va a terminar? Va a terminar inflado de poder, con causas de corrupción e hipermillonario. En pesos, en dólares, en cripto, en guita oscura, en lo que sea, pero así va a terminar Santiago Caputo. No te quepa la menor duda. —Vamos ahora a la política provincial y al proceso que derivó en la conformación y en la presentación de las listas. Ese debate que fue hacia adentro del peronismo, donde se intentó alcanzar una unidad y finalmente no fue posible. Quiero que me des tu visión de todo este proceso. —Ese proceso tuvo etapas. En todas las etapas, podés hablar con cualquier compañero del peronismo y te va a decir que, al menos nuestro espacio político, La Corriente, yo en particular, en todas las etapas jugué para la unidad del Partido Justicialista. En todas. Primera etapa, cuando se decía que los diputados que respondían a Omar Perotti le iban a dar la ley de necesidad de la reforma. Bueno, ahí nosotros hicimos lo imposible, lo imposible desde el Partido Justicialista provincial y con ideas en las cuales me tocó aportar ideas al respecto para que eso no sucediese. Primero, por una cuestión de análisis político. Estábamos trabajando en (sesiones) extraordinarias, sin debate, de espalda a la sociedad, cuando la sociedad estaba mirando más Navidad y Año Nuevo que otra cosa. Sin convocar a la sociedad civil, era, a mi criterio, un grave error apuntalar un proceso de reforma que tenía al gobernador de la provincia, Maximiliano Pullaro, buscando, nada más y nada menos, no de la reelección, sino el objetivo de su reelección. Entonces, no había que ser funcionarios a eso. Hubo dirigentes políticos de la provincia de Santa Fe que decidieron darle la reforma constitucional a Pullaro. Con un elemento agravante: lo hicieron sin primarias y con poco tiempo. Entonces, le dejaron el plato servido a Pullaro para que haga lo que quiera. A mi criterio, un gravísimo error de esos compañeros y compañeras que responden a un sector, el del ex gobernador Omar Perotti. Segundo elemento, segundo momento. Nosotros buscamos que el Congreso provincial del Partido Justicialista sea el eje ordenador de la estrategia electoral. Bueno, había algunos compañeros y compañeras que ya desde ese momento empezaban a decir: «Che, me conviene ir por afuera, me conviene ir aliado a otro, no quiero estar en el Partido Justicialista». Y muchos estuvieron cerca de una actitud casi de sabotaje del Congreso del Partido Justicialista. Que tomó las decisiones que tenía que tomar: que íbamos a tener lista, que íbamos a participar y que iba a ser el ámbito ejecutivo del partido el que iba a llevar adelante las negociaciones para, primero, conformar el frente electoral, y después conformar las listas. Nosotros hicimos lo imposible para que ese Congreso tenga todos los sectores adentro. Ahora, cuando vos no querés estar adentro y ponés condiciones imposibles de cumplir para estar adentro, es porque querés estar fuera. Tercero: nosotros, antes de terminar en la negociación que terminó llevando a Juan Monteverde como cabeza de nuestra lista provincial, hicimos lo imposible para que el senador Marcelo Lewandowski encabezara la nómina del Partido Justicialista. Algunos lo hicieron por pleno convencimiento porque creen en su referencia, en su liderazgo. Otros, por un dato muy objetivo: era el peronista que había sacado más votos en la elección anterior. Te aseguro que la propuesta fue muy generosa. Más generosa de lo que yo había escuchado en mi vida en una negociación política. Sin embargo, dijo que no. Y me parece que es un error. Lo digo con mucho respeto, es un error porque, en un momento donde claramente el gobernador y los libertarios se disputan un mismo electorado, la posibilidad de tener junto a todo el Partido Justicialista nos hubiera dado una potencia cercana a los 30 puntos, con posibilidad de ganar la elección. Si vos te vas por afuera, estás impidiendo que se junte en un mismo continente todos los votos peronistas. Y yo creo que, una vez que no se pudo porque no quiso el senador encabezar nuestra lista, vino un elemento adicional: fuimos a buscar al marco de alianza más potente, con quien veníamos trabajando en la ciudad de Rosario ya en el año 2023 en la conformación de nuestro frente electoral, que le permitió a Juan (Monteverde), que es un compañero que yo valoro muchísimo, aunque venga de otro recorrido político, pero con quien compartimos valores y miradas en un montón de casos, yo soy peronista justicialista, él no, pero eso no nos impide la posibilidad de articular juntos. Veníamos con ese recorrido, bueno, dijimos reforcemos eso, miremos el 2027 y vayamos dando paso para la provincialización de un marco de alianza que contenga a Ciudad Futura, al Partido Justicialista, al Frente Renovador, al Partido Solidario, al Frente Grande, a otras expresiones partidarias que conforman hoy Más para Santa Fe». Bueno, este fue el objetivo. Y yo creo que lo logramos. Es una muy buena lista la que encabeza Juan Monteverde. Porque él acompaña a Alejandra Rodenas, con todo su trabajo y su experiencia alrededor de los temas vinculados a los aspectos constitucionales, a los aspectos del Derecho. Porque lo acompaña Diego Giuliano, que además es alguien con mucha trayectoria también en el campo del Derecho y el Derecho Constitucional, viene con experiencia de gestión muy importante. Porque también está Pablo Corsalini, que es un dirigente muy importante del sur de la provincia de Santa Fe, intendente de la ciudad de Pérez, con un trabajo territorial fenomenal desde la gestión, pero con una gran capacidad de articulación con otros espacios políticos. Porque está Lucila De Ponti, del Movimiento Evita, que ya venía trabajando con Juan Monteverde en «Rosario Sin Miedo» y se suma a esta construcción de unidad mucho más amplia. Yo creo que es una muy buena lista que, a mí, desde el departamento Rosario, me llena de orgullo y de responsabilidad representar. Es una lista a reivindicar y a militar. Es una lista que contiene unidad y contiene futuro. El presente nos reclama una fuerte unidad, y el futuro nos reclama una fuerte renovación. Bueno, estos dos elementos creo que están presentes en la propuesta de Juan Monteverde. —Hubo otro referente del peronismo que tampoco forma parte de la propuesta oficial y que va a llevar su lista aparte, que es Roberto Sukerman, que ha estado compartiendo incluso el espacio político en el que vos estás. —Y yo trato de hacer siempre consideraciones políticas. Con Roberto tengo un problema adicional, que le tengo un gran cariño personal. Durante mucho tiempo, hasta en el trabajo compartido, compartíamos la habitación del hotel durante años, cuando íbamos a Buenos Aires juntos desde el 2005, del primer equipo de Agustín Rossi como diputado nacional, y que nosotros estábamos juntos. Mi valoración es que tomó la decisión equivocada. Y que si él tenía una mirada para aportar de lo constitucional, que yo creo que tiene aporte para hacer, lo debería haber hecho y debería haber buscado la manera de estar dentro de la lista del Partido Justicialista. Yo tengo un problema con estas cosas. Creo en las construcciones colectivas, no creo en los llaneros solitarios, no creo en los liderazgos individuales. Creo que cada uno hace un aporte, pero ese aporte lo hace siempre al conjunto. A veces ese conjunto me puede motivar y gustar más, a veces me puede motivar un poquito menos, pero es el conjunto en el cual yo siento que mis valores y mis principios están contenidos. Y no porque sea autoridad del Partido Justicialista de Rosario. Yo creo en el Partido Justicialista. Yo creo que tiene algo para aportar, no solamente en el municipio, en la provincia y en la Nación. Yo creo que los valores del justicialismo son imprescindibles de que impregnen el debate constitucional en la provincia de Santa Fe. Yo creo que el peronismo tiene que pararse muy fuerte para que esa Constitución hable de la justicia social, hable de la soberanía política, hable de la independencia económica. Entonces, si yo creo en todo eso, tengo que apostar a que el conjunto sea mucho más importante que cualquiera de las partes, porque cuando la parte es más importante que el conjunto, estás haciendo todo lo contrario a lo que dice el general Perón. Y después reivindican al general Perón. Entonces, si reivindicás al general Perón, no pongas la parte por encima del todo. Y si no te gusta el general Perón, hacele caso al Papa, que dice exactamente lo mismo: que siempre el todo es más que las partes. No lo inventó ni Perón ni el Papa, lo inventó en algún momento Aristóteles. Y después Santo Tomás continuó esa tradición. No hay nada nuevo, y la Doctrina Social de la Iglesia tuvo que ver mucho en todo eso, en el pensamiento de Perón y en el pensamiento del Papa, sin lugar a dudas. Entonces digo, me parece que hay que terminar con los personalismos. Me parece que hay momentos donde hay que aportar al conjunto, donde hay que trabajar colectivamente, donde no se puede seguir pensando en mí, en mí, en mí, en mí. Esto no vale solamente para una persona en particular, vale para mí también. —Vamos a tu pelea por el departamento Rosario. Va a ser una de las elecciones, dentro del marco de toda la elección de convencionales reformadores o constituyentes, tal vez más picante: evidentemente es un lugar donde hay varios peso pesados. —Yo creo que, cuando nosotros decidimos avanzar en este acuerdo que reivindico y que me parece muy importante por Santa Fe, que es incorporar la presencia de Juan Monteverde en nuestra lista, con todo el perfil que Juan le aporta, también nosotros teníamos que ver en el departamento Rosario cómo complementábamos ese perfil de Juan Monteverde para poder introducir otros ingredientes a la torta. Si solamente estuviera Juan Monteverde y no estuvieran los otros compañeros y compañeras, quizás esa composición tendría menos ingredientes de lo que tiene que tener. Y yo creí, y lo conversé con los compañeros y compañeras, que nosotros, el peronismo, necesitaba reforzar el perfil justicialista claramente en el departamento Rosario. Y creo que la combinación de Juan Monteverde y Germán Martínez, uno con un perfil dentro del campo nacional popular más progresista, más abierto hacia las expresiones de izquierda, y alguien que pueda tener un perfil más tradicionalmente peronista, como puedo ser yo, creo que hacemos una buena combinación de perfiles. Segundo, decidí ser candidato porque, cuando uno intenta construir la unidad, después no podés balconearla, mirar de afuera. Quedarte como un espectador. Bueno, a ver, ¿qué hacen ustedes? A ver cómo les va. No, hay que embarrarse. Hay que meterse en esa situación. Y si nosotros queremos construir la unidad del Campo Nacional y Popular, del peronismo con otros sectores, hay que aportar a eso, y para eso hay que arriesgar. Algunos me decían: «En un momento de tanto laburo en lo nacional, ¿para qué?» Yo lo vivo, no le quito un minuto de tiempo a mi tarea como presidente del bloque y como diputado nacional. Le agrego horas al día para militar por esto. Y lo hago con una enorme alegría, porque estoy convencido de lo que estamos construyendo. Ahora, en el análisis comparativo, yo no tengo problema en competir con personajes mediáticos. Mi problema es que da la sensación de que la propuesta de Ciro Seisas y de Juan Pedro Aleart representan lo mismo. Uno representa a Milei y el otro representa al principal aliado de Milei. Entonces, casi que la propuesta provincial de los libertarios y la propuesta provincial de Pullaro da la idea de que es una pelea entre Milei y Macri. Porque Pullaro se parece bastante a Juntos por el Cambio. Vos mirás el gobierno y es casi Juntos por el Cambio. Entonces, la pregunta es: los que no estamos de acuerdo ni con Milei ni con Pullaro, ¿dónde estamos? ¿Quién va a decir claramente que el principal condicionamiento que tiene la provincia de Santa Fe para su desarrollo se llama Javier Milei? ¿Quién lo va a decir? ¿Quién va a decir que es un error pensar esta convención constituyente sin una mirada de la producción y del trabajo, a la cual Milei ataca? ¿Quién va a decir que es un error pensar la provincia de Santa Fe sin la infraestructura, sin la obra pública, por la importancia en términos económicos, pero por la capacidad de creación de puestos de trabajo que Milei ataca? ¿Quién va a defender la educación, la salud, la ciencia y la tecnología que Milei ataca? ¿Quién va a defender los derechos y las garantías? Porque yo escucho decir que algunos quieren una Constitución sin garantías. Una Constitución sin garantías no es una Constitución. Una Constitución básicamente son deberes, sí, pero son derechos y garantías. Sin derechos y sin garantías, porque los libertarios quieren un mundo sin derechos. Lo dicen: es una aberración la justicia social, dice Milei. Que figuran en el preámbulo de la vieja Constitución. Pero además el gobernador dice que no va a haber ningún rastro de garantías. Entonces, ¿en qué mundo estamos viviendo? —¿Cuál es el objetivo de la campaña del peronismo? —Yo creo que nuestro gran objetivo en el principal distrito de la provincia de Santa Fe es visibilizar otra agenda. Y yo creo que nos va a ir muy bien, porque tenemos que hablarle a cada rosarina y rosarino, y tienen que percibir que su agenda de la vida cotidiana está presente en el debate de la Constituyente, y que esa agenda de la vida cotidiana tiene el condicionante del gobernador de la provincia, de su mirada, pero el principal condicionante es tener a Javier Milei como presidente. Bueno, yo voy a ir a buscar eso. Hablar con cada uno de los rosarinos y rosarinas, y con todos los habitantes del departamento Rosario, diciéndoles que hay una alternativa a lo que proponen Milei y Pullaro. Y estoy convencido de que va a haber muchos que nos van a acompañar. —Hace un tiempo hablaba con Oscar Blando, que fue encargado de motorizar la reforma durante el gobierno de Miguel Lifschitz. Y me decía algo que es interesante, que puede pasar que un debate de fondo como la reforma de la Constitución termine muy atravesada por la coyuntura. ¿Qué opinás sobre eso? —Bueno, yo te agrego a esto y te voy a poner un ejemplo, más allá del respeto a Oscar como docente, yo estudié Ciencia Política y era una de las referencias del derecho constitucional en la Universidad de Rosario. Cuando (el gobernador) lanzó los créditos Nido en la ciudad de Rosario, junto con el Banco Municipal, yo me quedé charlando con él y con varios dirigentes más. Y le dije: «Vos estás seguro de lo que estás haciendo, impulsando la reforma de la Constitución. Porque puede llegar a ser la Constitución más progresista de los 60 y se puede transformar en la primera Constitución anarco-libertaria en 2025». Me miró el gobernador, no me dijo nada, quizás muy creído en que su performance electoral lo iba a evitar. Cuando vi la ley de necesidad de la reforma, me dio la razón, porque ya tiene esa pátina. ¿Cómo el gobernador va a permitir que una cuestión como el déficit cero esté en la Constitución? ¿Te toca la pandemia de nuevo o una situación parecida? ¿Qué vamos a hacer? ¿Vamos a reformar la Constitución? ¿Cómo la Constitución provincial quiere meter la ley de ficha limpia que aprobaron a nivel nacional? Para que en la provincia de Santa Fe se persiga políticamente y se excluya políticamente, como están tratando de hacer. Entonces, a mí me parece que tiene un grave riesgo lo que está haciendo. Por eso yo era de la idea de que no era el momento para una reforma constitucional, porque corríamos el riesgo, y corremos el riesgo, de que esta Constitución, dependiendo de su conformación, sea peor que la Constitución del 62. Y no nos podemos permitir eso, porque uno no genera siempre las posibilidades políticas de avanzar con dos tercios en cada cámara en una reforma de la Constitución. Acá se dio esa posibilidad. Laburemos para que la Constitución sea mejor que la del 62, no peor que la del 62. Por eso yo digo que los que quieren una Constitución que sea mejor que la de 1962 tienen que votar a Más para Santa Fe. —Hay legisladores que están pensando en que la reforma, una vez que se forme la Convención, podría abarcar temas por fuera de lo que marca la ley de necesidad. —Yo creo que, más allá de mi opinión, es un debate que se va a dar adentro de la Convención. Que aquel que sienta que tiene capacidad de generar una mayoría para inclinar la reforma en un sentido o en otro, va a buscar que la Convención Reformadora se aleje del corsé que te impone la ley de necesidad de la reforma. Lo digo de otra manera: si el gobernador de la provincia tiene muchos votos, tiene la mitad más uno, va a decir: «Chau, la ley de la reforma, ahora el que mando soy yo». Si los libertarios, en alianza con el gobernador, sienten que tienen la mitad más uno, van a decir: «Llevemos esta Constitución a donde nosotros queremos, no importa lo que haya dicho la ley de la reforma». Por eso es tan importante votar alternativa. Por eso es tan importante votar a Más para Santa Fe, al Partido Justicialista y a sus partidos aliados, porque somos los únicos que podemos garantizar que Pullaro y que Milei no hagan lo que quieran con la Constitución de la provincia de Santa Fe. Y lo digo con preocupación, todo esto, porque el gobernador, de a ratos, insinúa cierta proyección nacional. Bueno, esa proyección nacional, ¿qué tan distinta o qué tan parecida es a la mirada de Javier Milei? Porque yo los veo en el Congreso, votan siempre juntos. Siempre juntos. El primero de marzo, el gobernador fue a escucharlo al presidente en la apertura de sesiones ordinarias. Dijo: «Vengo con expectativa. Punto uno, sería bueno que incorpore más obra pública. Y dijo: ‘Bueno, venimos trabajando muy bien con Bullrich en la cuestión de la seguridad en Santa Fe». El presidente de la Nación fue lapidario con la obra pública. Dijo que era una chantada, que era robarle a la gente, que no generaba empleo, que era todo mentira. Y en segundo lugar, cuando habla de la inseguridad en Santa Fe, reivindica a Bullrich y ni siquiera nombra al gobernador Pullaro. Verlo en esa situación me hizo acordar a la entrevista de Zelensky con Trump. Lo estaba agrediendo sin nombrarlo, y él, sentadito, convalidando. Se necesita otro perfil de la dirigencia política de la provincia de Santa Fe. Pareciera una dirigencia, la que hoy gobierna la provincia de Santa Fe, sin fibra, diría Passarella. Que no pone lo que hay que poner. Que le preocupa hacer una operación en los medios. Va el ministro de Obras Públicas, «cuántas veces ya me dijeron que no con la ruta». Señores, hay que pedir lo que hay que pedir, y la forma de hacerlo no es pidiendo permiso, es imponiendo mayorías. Y para eso está la Cámara de Diputados. Y nunca lo sentí al gobernador, excepto por temas muy puntuales, retenciones, biocombustible y alguna cosita más, nunca lo vi defendiendo otros intereses. Nunca lo vi en Buenos Aires defendiendo la industria y la tecnología. Nunca lo vi en Buenos Aires defendiendo el fondo de incentivo docente. Nunca lo vi en Buenos Aires defendiendo los fondos para los programas de salud y de educación. Nunca lo vi en Buenos Aires defendiendo la Caja de Jubilación en la provincia, a la cual Milei no le manda guita por no haber sido transferida a la Nación. Entonces, vamos a poner las cosas sobre la mesa. ¿Qué tipo de liderazgo y qué tipo de personalidad necesita esta etapa en la provincia de Santa Fe cuando tenemos un presidente de la Nación que agrede permanentemente a nuestra provincia?
Ver noticia original