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  • Del espanto a la poesía

    » Santafeactual

    Fecha: 10/03/2025 21:51

    La vertiginosa y afiebrada realidad argentina nos devuelve a cada instante, una sorpresa detrás de la otra. Como si de un interminable viaje en un tren fantasma se tratara, a cada paso y en cada curva nos atrapa un espanto nuevo, que no deja que podamos recuperarnos del desconcierto anterior, que ya enseguida nos asalta y entretiene un susto nuevo, y así, casi sin solución de continuidad. Está claro que quienes conducen el tren fantasma colocan los muñequitos encargados de asustarnos con meridiana precisión, justamente para que el aturdimiento sea tal, como si a uno lo agarrara el mismísimo Ray Sugar Leonard en el medio del ring, y descargara una enorme cantidad de piñas con esa velocidad que sólo él podía tener. Esta suerte de “mamushkas” de la distracción, cuidadosamente estudiada y diseñada por el inefable grupito de lúmpenes vírgenes de erudición que nos gobierna, funciona eficazmente como escudo protector ante cada nuevo escándalo provocado desde las entrañas de Balcarce 50. Así, nos encontramos de pronto con el incontenible bochorno de la estafa de las criptomonedas protagonizado nada menos que por el presidente Milei en persona como partícipe necesario, junto a su hermana tarotista y un reducido grupo de chetitos treintañeros de aquí y de allá, cuyas características son comunes e idénticas en todos ellos, esto es: la guita fácil, las manos sin callos y el convencimiento de que escrúpulos, seguramente será alguna isla griega. Ante este nuevo escándalo, el gobierno se apresura a encontrar un enemigo a quien pegarle, en este caso al gobernador de la provincia de Buenos Aires Axel Kicillof, a quien ataca vulgarmente y amenaza incluso con intervenir la provincia. Y como esto no alcanzó, el Capitán Papada a cargo del Ejecutivo designó jueces de la Corte Suprema por decreto, lo que está vedado por la Constitución Nacional. Como evidentemente esto tampoco alcanzó, al acuerdo con el FMI por un nuevo endeudamiento lo sacará por DNU, lo que también está vedado puesto que debe pasar sí o sí por el Congreso. Y si esto no alcanza, quizá la ligue nuevamente Lali Espósito. Todas maniobras distractivas, bombas de humo direccionadas que en honor a la verdad, no han logrado ni contener el malestar social cada vez más grande, ni las ganas de investigar del FBI. Como bien lo señala en su columna de opinión en este mismo medio, su Director General el Periodista Rubén Darío Faienza: "La Argentina Bisagra", nunca en la historia de nuestro país (al menos en la reciente) el panorama fue tan desolador: para decirlo en pocas palabras, en un increíble culto a la ignorancia y la ineptitud, el destino de casi cincuenta millones de personas está en manos de un grupito de lúmpenes carentes no sólo de estudios y preparación, sino de la mínima sensibilidad social necesaria para tomar decisiones que afectan la vida de la enorme mayoría de la población. A estos chetos sin estudios (la mayoría ni siquiera terminaron el secundario, como tampoco Milei es “Doctor” como inescrupulosamente se hace llamar), creídos, vagos, indolentes, que desprecian al país y a su gente, que nunca jamás se prepararon ni un guiso, ni un mate cocido, ni tomaron un bondi, ni hicieron nunca una cola en un rapipago, ni agarraron una pala en su vida, que se hacen los valientes con los débiles y se postran hasta el ridículo con los poderosos de verdad, tranquilamente se los puede calificar como la peor lacra que pueda parir una sociedad. Y ellos, con esas despreciables características, nos gobiernan, y deciden no sólo nuestro presente, sino también nuestro futuro y el de las próximas generaciones, y no contentos con ello, en su afán totalitario, hasta quieren modificar nuestra historia también. En uno de los más vergonzantes episodios provocados por el gobierno, como si no fuera suficiente el padecimiento diario de los millones de jubilados a los que la pandilla gobernante les ha robado parte de sus ya magros ingresos, les ha quitado los medicamentos y les ha multiplicado hasta lo impagable el costo de las tarifas, también los aporrea. En cada marcha de los miércoles reivindicatoria de los derechos de los jubilados, las fuerzas represivas agreden salvajemente con palos y gas pimienta a los abuelos que reclaman –pacíficamente- por sus derechos. Ante tanto estupor, cabe preguntarse: ¿Qué tan rota por dentro tiene que estar una persona para pegarle un garrotazo a un abuelo de cerca de 80 años? ¿Cómo puede una sociedad aceptar tan mansamente esa salvajada? Pero así como hasta en la “Zona Cero” crece la flor, de las más hediondas inmundicias de la realidad argentina, nace la belleza. Estamos asistiendo en estos días al nacimiento de una de las más hermosas manifestaciones de amor y solidaridad. Primero fue la hinchada de Chacarita la que se decidió a acompañar a los jubilados en las ya tradicionales marchas de los miércoles a la Plaza del Congreso. En un gesto de una profundidad humana sin precedentes cercanos, sobre todo porque proviene de tipos rudos, acostumbrados al garrotazo en el lomo y a respirar gas lacrimógeno, tipos duros, varios con frondoso prontuario, cancheros en el arte de la pelea con los “vigi”, las barras de fútbol pareciera que nos señalan y enseñan el camino. Ojalá algún día se conozca al verdadero héroe anónimo hincha de Chaca que, tal vez birra mediante en el bodegón del barrio junto a sus amigos dijo: -“Basta loco, hay que salir a bancar a los viejos, los están cagando a palos estos ratis apestosos. Esos viejos pueden ser nuestros padres, abuelos, tíos o lo que fuere, no lo podemos permitir.” Porque esa simple y desinteresada declaración de amor por “lo justo”, proveniente de personas que precisamente riñan a diario con la “justicia”, nos deja palmariamente demostrada la diferencia que con mucho énfasis allá por finales de los ochenta, un profesor que yo tenía en la Facultad de Derecho se esmeraba en hacernos ver entre “lo justo” y la “justicia”, ya que –decía-, aunque suenen parecido, no son lo mismo. Lo justo tiene una dimensión moral, superior. La justicia, es puramente humana y por lo tanto, falible. A la convocatoria de los hinchas de Chacarita se empezaron a sumar las otras barras bravas de nuestro fútbol: los hinchas de Chicago no se quisieron quedar atrás, tampoco los de Temperley, All Boys, Deportivo Morón, Almirante Brown, Almagro, Atlanta, entre los clubes del ascenso, y también se prendieron en la movida: La 12, Los Borrachos del Tablón, La Buteler, La Guardia Imperial y muchos más. Lo cierto es que la saña de este gobierno perverso, capaz de las crueldades más aberrantes como son, matar de hambre primero, y a palos después a nuestros jubilados, logró algo verdaderamente increíble e impensado: unir en un objetivo altruista a rivales que se odian. Encuentro a toda esta movida, tan inesperada como épica, como un canto a la resistencia, a la lucha por lo justo, a poner el cuerpo contra la opresión y la represión, a dar un claro ejemplo de belleza poética y de lucha colectiva ante un monstruo de mil cabezas. El próximo miércoles 12/03 habrá una nueva convocatoria de los jubilados y estarán acompañados por todas las hinchadas del fútbol argentino. Habrá que ver si los valientes robocops que reprimen ancianos se les animan a tipos que NO les tienen miedo. Habrá que ver qué tan “valientes” son esta vez. Por lo pronto la gesta, por un lado es un llamado de atención a toda la dirigencia política del país con conciencia social, a cierta dirigencia con exceso de tejido adiposo que nuclea a trabajadores mediante una organización cuya sigla empieza con “C”, sigue con “G” y termina con “T”, y a todos los demás colectivos y a la sociedad en su conjunto, que tienen la obligación ética de salir en defensa de los jubilados. Por el otro lado, la gesta en sí es de una belleza poética en estos tiempos tan oscuros, de una urgencia por el amor y el cuidado de nuestros abuelos, con tintes de una épica revolucionaria que ojalá, contagie del coraje necesario a todos los demás actores de la sociedad, para defender lo que es justo. Nuestros jubilados lo merecen. Mientras tanto, desde un imaginario cielo el Carpo entonará una vez más “Nadie se atreva, a tocar a mi vieja…” y nuestro eterno Dieguito dejará nuevamente inmortalizada su conocida frase: “Hay que ser muy cagón para no defender a los jubilados…” Y aquí abajo, todos repetiremos que mientras haya lucha, habrá esperanza.

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