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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 10/03/2025 12:46
La abundancia de soja obedece fundamentalmente a buenas cosechas en Estados Unidos y Brasil, una detrás de la otra (Revista Chacra) Al mundo no le faltará soja. El Consejo Internacional de Cereales (IGC, por su sigla en inglés) calcula una producción récord para esta oleaginosa en la campaña comercial 2024/25, de 418 millones de toneladas, un 5% más que en la temporada previa (396 millones de toneladas en 2023/24). Los especialistas indican que los mayores progresos en términos de aporte de volumen provendrán de Estados Unidos y Brasil. Paralelamente se espera un procesamiento récord y las existencias finales alcanzarán un nuevo máximo de 82 millones de toneladas, un 11% más que en el mismo período del ciclo anterior. Obviamente esto pesa sobre los precios. A la hora de analizar los cambios en el comercio de soja, Thomson Reuters pone de relieve que Brasil y Estados Unidos explican el 85% de los envíos totales cada año. En cuanto a la demanda, el predominio de China es abrumador, porque es el país que representa más del 60% de las importaciones anuales. Oficialmente Brasil espera unos 166 millones de toneladas de soja. Los privados están arriba de ese número (Revista Chacra) La disposición de Donald Trump de aplicar aranceles a México y Canadá, pero sobre todo a China, obliga a preguntarse qué pasa con el 40% de las importaciones restantes, quiénes son los compradores y cómo han cambiado estas tendencias en los últimos años. Y no hay que olvidar que el presidente de Estados Unidos tiene en la mira también a la Unión Europea. La embestida de la Casa Blanca llega en un momento en que los exportadores estadounidenses siguen perdiendo la batalla con sus pares brasileños, situación que se supone se profundizará ahora. Hace rato que Beijing redujo significativamente su dependencia de la soja norteamericana, en especial a partir de la primera guerra comercial con Trump en 2018, para colmo en medio de la crisis de la Peste Porcina Africana, que de por sí recortó la demanda de forrajeras debido a la mortandad de cerdos. La agencia de noticias destaca que para los exportadores estadounidenses nunca se recuperaron los niveles previos a la guerra comercial, y los envíos de soja de este país a China durante los últimos tres años calendario han caído un 12% con respecto al promedio de 2015-2017. China es responsable del 60% de las importaciones mundiales de soja, y privilegia a Brasil como su proveedor (Revista Chacra) En el mismo periodo, China aumentó sus importaciones en un 13%, y Brasil vio crecer sus despachos en un 51% al gigante asiático y en un 61% para sus ventas a todo destino. Por el contrario, las exportaciones de soja de Estados Unidos disminuyeron un 2%. En promedio, durante los últimos tres años, alrededor del 72% de las exportaciones de soja de Brasil se dirigieron a China, en comparación con el 76% entre 2015 y 2017. Esta enorme dependencia de un solo cliente es quizás la mayor vulnerabilidad del programa de exportación de Brasil. En la otra vereda, alrededor del 53% de las exportaciones de soja de Estados Unidos se destinaron a China durante los últimos tres años calendario, en comparación con un promedio del 59% antes de la primera guerra comercial de Trump. Estados Unidos es el gran perdedor en materia de exportaciones de soja en años recientes (Revista Chacra) Después de China como importador excluyente hay que citar a la Unión Europea, con el 8% del total mundial. Es el segundo destino para ambos contendores, Brasil y Estados Unidos. Hacia el año 2000, este era el principal comprador de la soja verde-amarilla, hasta que apareció China. Del 66% de los despachos brasileños en aquel entonces ha pasado al 7% en los últimos años, si bien recientemente sus compras han mejorado algo. Para el país de las barras y las estrellas las compras de la UE representan aproximadamente el 11%. Europa conlleva un riesgo adicional si es que Bruselas decide en firme restringir las importaciones agrícolas tratadas con productos químicos prohibidos dentro del bloque. Thomson Reuters estima que tal escenario podría obligar a los exportadores estadounidenses a explorar nuevos mercados, suponiendo que las relaciones comerciales lo permitan. México es asimismo un destino importante para la soja de Estados Unidos, y representa alrededor del 10% del total anual, aunque también ha entrado en conflicto con Trump. Hay que tener en cuenta que las exportaciones totales de soja brasileña son casi un 80% mayores en volumen que las de su contraparte estadounidense, pero ambos países en los últimos tres años exportaron volúmenes similares a destinos distintos de China y la UE. La gran diferencia, entonces, está en el gigante asiático. Las exportaciones destinadas a la Unión Europea ocupan el segundo lugar, aunque muy lejos de las compras chinas. (Revista Chacra) Esta diversidad relativamente mayor entre los clientes de Estados Unidos podría ser su única ventaja actual sobre el floreciente negocio de Brasil. El futuro de las exportaciones de soja de este país podría volverse menos preocupante si la demanda interna aumentara de la manera que sugieren los agresivos mandatos de biocombustibles lanzados hace unos años. Pero esos planes, al igual que las discusiones sobre los aranceles, están en un patrón de espera por ahora. Trump no es muy afecto a potenciar este tipo de actividades enfrentadas a las grandes refinerías de petróleo. Eso significa que si la próxima cosecha de soja de Estados Unidos es muy importante en volumen, los problemas con la oleaginosa pueden potenciarse.
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