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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 10/03/2025 12:31
Estados Unidos y Ucrania se preparan para unas negociaciones brutales (EFE/ARCHIVO) Durante 10 días, desde la pelea a gritos en el Despacho Oval, Ucrania ha sido abrasada por la ira de Donald Trump. Ahora llega un momento de catarsis—o una nueva ronda de castigo brutal. El 11 de marzo, las delegaciones de Estados Unidos y Ucrania tienen previsto reunirse en Yeda, Arabia Saudí. El lado estadounidense afirma que el objetivo es crear “un marco para un acuerdo de paz y un alto el fuego inicial”. Sin embargo, en el lado ucraniano, entre la esperanza, existe el temor de que la reunión pueda ser una táctica dilatoria, un chantaje o un intento de Trump para lograr concesiones que beneficien a Rusia. La cumbre se produce mientras Rusia intensifica su presión militar sobre Ucrania. Ataques con drones y misiles están golpeando Kiev y otras ciudades. Soldados rusos y norcoreanos están realizando un nuevo esfuerzo por expulsar a Ucrania de Kursk, el enclave dentro de Rusia que capturó el año pasado. Trump amenaza con nuevas sanciones a Rusia, mientras algunos informes sugieren que Putin podría considerar una tregua bajo ciertas condiciones (REUTERS/ARCHIVO) Las conversaciones involucran equipos poderosos en ambos lados. La delegación estadounidense incluirá a Marco Rubio, el secretario de Estado, y Mike Waltz, el asesor de seguridad nacional. Pero probablemente la negociación estará liderada por Steve Witkoff, confidente y enviado itinerante de Trump, quien recientemente se reunió con Vladímir Putin y también está negociando para el presidente en Medio Oriente. El lado ucraniano estará liderado por Andriy Yermak, el asesor más cercano de Volodimir Zelensky y una figura poderosa tras el trono. Lo acompañarán el ministro de Asuntos Exteriores, Andriy Sibiha, el ministro de Defensa, Rustem Umerov, y Pavlo Palisa, un asesor militar. Todos fueron técnicamente nombrados por Zelensky, pero también se considera ampliamente que son leales a Yermak. Sin embargo, un problema es que Yermak no es popular con el equipo de Trump. Y, en una situación peculiar que Ucrania insiste es una coincidencia, el propio Zelensky estará en Riad, la capital saudí, el lunes, para conversaciones con el Reino. El tenso intercambio entre Trump y Zelensky en la Casa Blanca Ucrania tiene varios objetivos y ha estado definiendo su estrategia con Francia y el Reino Unido, que se han convertido en intermediarios entre la Casa Blanca y Kiev. Como mínimo, quiere firmar un marco para el desarrollo conjunto de minerales entre Estados Unidos y Ucrania. El 7 de marzo, Zelensky también propuso un alto el fuego aéreo y naval: la idea, según un funcionario occidental, es devolver la pelota a la cancha de Rusia al hacerle demandas. “Los funcionarios occidentales esperan que ambos desarrollos generen una sensación de que Ucrania está lista para comprometerse con Trump”. Si Rusia dice no a un marco aceptado por Estados Unidos y Ucrania, corresponderá a Trump presionar a Putin para que acepte sus términos. Sin embargo, todavía no está del todo claro qué términos llevará Estados Unidos a Arabia Saudí. Es probable que Ucrania deje claro que cualquier acuerdo de paz que limite su capacidad para rearmarse, lo obligue a reconocer legalmente territorios ocupados como rusos, o interfiera en la política interna ucraniana—forzando, por ejemplo, elecciones que actualmente son imposibles porque el país está bajo ley marcial—es inaceptable. Por último, Ucrania puede seguir exigiendo garantías de seguridad por parte de Estados Unidos. Parece poco probable que logre avances en este punto. Reino Unido y Francia están pidiendo que Estados Unidos proporcione una fuerza de “respaldo” para los pacificadores europeos, en caso de que se acuerde un alto el fuego completo. Pero hasta ahora, no ha habido ningún compromiso por parte de Washington. La semana pasada, Estados Unidos redujo su intercambio de inteligencia con Ucrania. Zelensky viajó a Arabia Saudita en la previa del inicio de las reuniones con Estados Unidos para negociar la paz con Rusia (EUROPA PRESS/ARCHIVO) ¿Qué quiere Rusia? Algunos informes recientes sugieren que Putin podría estar abierto a una tregua bajo ciertas condiciones. Pero el juego que se desarrolla puede ser más sofisticado y cínico que eso. “Putin es lo suficientemente inteligente como para no simplemente decir no”, citó Kurt Volker, quien fungió como representante especial para Ucrania en la primera administración de Trump. Una fuente de alto nivel cercana al Kremlin sugiere que Rusia pretende exigir una declaración de neutralidad por parte de Ucrania, y que los pacificadores extranjeros sean descartados. Probablemente sea imposible que Ucrania considere siquiera tales condiciones, al menos no antes de que comiencen negociaciones reales. Cualquier acuerdo de paz exitoso y duradero requeriría que Estados Unidos presionara al Kremlin para cumplirlo y luego continuara haciéndolo. El 7 de marzo, Trump amenazó con imponer sanciones importantes a Rusia. Pero la mayoría de las pruebas sugieren que simpatiza con Putin. Horas después, Trump declaró: “Me resulta más difícil, francamente, tratar con Ucrania... En cuanto a conseguir un acuerdo final, quizás sea más fácil tratar con Rusia”. Kurt Volker señala que “Trump está intentando mantener a Ucrania bajo control porque quiere que acepten cualquier paz que pueda lograr... Los ucranianos son el obstáculo porque no están rindiéndose”. Ataques con drones y misiles golpean Kiev y otras ciudades, mientras Rusia intensifica su ofensiva antes de la reunión en Yeda (REUTERS/ARCHIVO) Un alto funcionario de seguridad ucraniano dice que no ha visto pruebas de que los estadounidenses estén considerando una salida completa de Ucrania por ahora, ni mucho menos de Europa. “La esperanza es que en cuanto tengamos una tregua, volvamos a un camino más racional”, dice. Otros son menos optimistas. Existe la peligrosa perspectiva para Ucrania de que unas negociaciones fracasadas podrían desencadenar aún más presión por parte de Estados Unidos. Otro funcionario ucraniano advierte que el enfoque de Estados Unidos, si continúa, podría dejar a Ucrania en una “zona gris”. Eso forzaría al país a usar tácticas militares más agresivas para su supervivencia. “Ya, dice, personalidades fuertes dominan las negociaciones, añadiendo un proverbio ucraniano: ‘Yake yikhalo, take y zdybalo’ (cada cual encuentra lo que le corresponde).” Las apuestas de las conversaciones del martes no podrían ser más altas. Si colapsan, es improbable que Ucrania obtenga otra oportunidad: “Los estadounidenses duplicarán su estrategia instructiva e impondrán lo que ellos y Rusia decidan sobre nosotros”. © 2025, The Economist Newspaper Limited. All rights reserved.
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