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» Diario Cordoba
Fecha: 10/03/2025 10:00
Las explicaciones dadas por empresarios que se han visto implicados en la investigación de la trama Koldo, como es el dueño de la Constructora Levantina, José Ruz, para justificar el modo de abonar a Víctor de Aldama determinados servicios -- utilizando rocambolescas operaciones inmobiliarias para esconder presuntas dádivas o comisiones--, dan veracidad a la versión que el propio comisionista ha dado ante el Tribunal Supremo en relación con el piso de la Castellana con el que, según éste, se pretendía compensar al exministro José Luis Ábalos por facilitar adjudicaciones a dedo de obra pública. En su declaración ante el Supremo del pasado 27 de febrero, a cuyo acta oficial ha tenido acceso este periódico, Ruz explicó que en el año 2019, y tras ponerse en contacto con el que fuera el asesor de Ábalos en el Ministerio, Koldo García, éste le recomendó a Aldama como el hombre perfecto para que pudiera recuperar una deuda millonaria que tenía en Panamá. Aldama cobraría el 20 por ciento --un millón de dólares-- si lograba recuperarla. En este contexto, y como al parecer Aldama pasaba por "un mal momento económico", Ruz le realizó una transferencia de 50.000 euros que se investiga por ser sospechosa de ser en realidad una comisión. La explicación que dio en el Supremo, sin embargo, reveló una curiosa operación inmobiliaria para la compra por parte del constructor de una compra a Aldama de un apartamento en Oropesa del Mar, en la provincia de Castellón. Aunque Ruz reconoció que hubiera preferido realizar a Aldama un simple préstamo, el comisionista lo que le propuso fue un contrato de arras. Un poco más tarde, se decidió convertir dicho acuerdo en un préstamo y por eso Ruz entregó a Aldama 20.000 más de su cuenta personal", tal y como explicó ante el magistrado, añadiendo que se trataba todo el rato del mismo concepto, el contrato de arras porque en realidad él no tenía interés en el inmueble. "A mí me convenía apoyar al señor Aldama porque el camino que estaba cogiendo la solución en Panamá era el adecuado", afirmó en otro momento de su declaración. "Mire don José lo que le pregunto es si usted hace un contrato de arras para adquirir un apartamento en donde sea, con cualquier persona, adelanta usted una cantidad, 50.000 en este caso, con el compromiso de que va a comprar ese apartamento. Si luego, por decisión de usted no se compra, ha perdido las arras", le respondió el juez Puente ante dicha explicación. Seguidamente, Ruz insistió en la idea del préstamo que le venía bien porque el asunto de Panamá "iba por buen camino", y que todo el asunto de Oropesa se pactó por WhatsApp. El ex ministro de Transportes José Luis Ábalos en el Congreso de los Diputados. / Alejandro Martínez Vélez - Europa Press - Archivo Posible cohecho Esta forma de operar de Aldama parece repetirse en el caso del piso de lujo en el Paseo de la Castellana que, según las manifestaciones de Aldama en sede judicial, le fue reclamado por el hoy diputado del grupo mixto a cambio de adjudicaciones de contratos de obras a sus socios. El instructor de la causa en el Supremo Leopoldo Puente, incluye en sus autos este capítulo entre los indicios contra el exministro Ábalos que apuntan a un posible delito de cohecho, junto con el alquiler del piso en la Plaza de España de la capital que disfrutó durante casi tres años su expareja Jésica R. y el disfrute por parte de su familia del chalet en La Alcaidesa (Cádiz). Según el escrito aportado por Aldama al Supremo a principios del pasado mes de diciembre, Aldama habría proyectado junto a Ábalos una operación por la cual adquiriría, sin contraprestación, un inmueble en el Paseo de la Castellana número 164 de Madrid que era propiedad del empresario. Se trataba de una "garantía" en favor del exministro en cumplimiento del compromiso por parte de determinadas constructoras de abonar comisiones si resultaban adjudicatarias de determinados contratos públicos. Una vez abonadas, el contrato quedaba sin eficacia, no llegando a ejecutarse una vez el compromiso se había hecho efectivo. Para este fin, según Aldama, el 24 de abril de 2019 se firmó un contrato de arrendamiento con opción de compra, que define como "una especie de fiducia de garantía", que expiraba febrero de 2024, un sistema muy similar al que se utilizó con el chalé de La Alcaidesa que compró la empresa que quería lograr una licencia de operadora de hidrocarburos, Have Got Time. El inmueble nunca fue ocupado por Ábalos, y de hecho, en ese momento se estaban realizando obras de reforma que impedían su ocupación por Aldama y no se pagó renta alguna, al tratarse de un mero contrato de fiducia siempre según la versión del comisionista. También apuntaba a Aldama en su confesión ante el Supremo a mensajes WhatsApp mantenidos con Víctor Ábalos, hijo del exministro, en el que éste requería información acerca de cómo se realizaría la transmisión del piso de la Castellana, y aportó documentos del documento de opción de compra con la firma de éste.
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