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  • Cómo rescataron a 15 bebés prematuros del hospital inundado en Bahía Blanca

    Parana » El Once Digital

    Fecha: 10/03/2025 09:30

    La fatal inundación de Bahía Blanca hizo estragos en toda la ciudad y el Hospital Penna no fue la excepción. Heroicamente, las médicas y las enfermeras de neonatología lograron actuar con premura y rescatar a 15 bebés del agua y el barro que subían desde el subsuelo. Las protagonistas de la odisea son las médicas de neonatología del Hospital Dr. José Penna, Mariana Calahorra y Sonia Scardapane, y las enfermeras Mercedes Caredu, Romina Moya, Rocío Lagos, Belén Salazar, Maru Coronado, Clara Marcos, Luciana Marrero, Andrea Ávila, Carolina Cari y Ruth Flores. "Había un grupo que estaba trabajando desde las 12 de la noche y se iba a las 6 de la mañana, y el grupo que llegaba. Todas decidieron quedarse", aseguró Calahorra al destacar que formar parte de un equipo excepcional. Todo empezó a flotar en un segundo Sabían que había alerta meteorológico y observaban cómo el agua se acumulaba en las calles. Esperaban un corte eléctrico, como suele ocurrir cuando hay tormenta. Pero nunca imaginaron lo que siguió. "Alrededor de las 6.30, se cortó la luz y se prendió el generador, como siempre ocurre, así que nos quedamos tranquilas. Pero al ratito se volvió a apagar y nunca más se volvió a prender". El agua entró de golpe. "En un segundo empezó a flotar todo todo lo que teníamos en los cajones, heladeras, computadoras, sillas, bancos, jeringas..." El cesto verde, con residuos no patológicos, dado vuelta. El rojo, de residuos patológicos, también. "No era agua, era de todo, barro, cosas que venían de las cloacas". Las médicas y enfermeras se expusieron a todo tipo de riesgos con tal de salvar a los bebés. A oscuras, en medio de la desesperación y el olor a podrido que provenía de la cloaca, lograron atravesar el subsuelo y subir las escaleras. Calor humano para sobrevivir Empapadas, y sin más luz que la del celular, pudieron llevar los 15 pequeños a un lugar seguro. "Algunos iban a upa. Otros, con incubadoras hasta donde podíamos llegar. La incubadora no se puede trasladar, tiene ruedas, pero no se puede trasladar con agua hasta la cintura, porque por más que sea alta, no la podemos hacer arrastrar". Sonia Scardapane trasladando una incubadora Arriba, los bebés se encontraron con sus madres. Enseguida, les proporcionaron calor colocándolos sobre sus pechos, y una enfermera se quedó acompañando a cada paciente. "Nosotros hacemos 'COPAP', así se llama, que es contacto piel a piel". "Una vez que estaban ubicados con sus mamás, todo el equipo se puso a buscar cosas en la oscuridad, todo lo que pudiéramos salvar". Mariana cuenta que ese sector está aislado del resto del hospital, y que sí así había que pasar por el subsuelo para ir a la otra parte. Afortunadamente, no había tantos bebés en neonatología. Los dos en situación más frágil eran Amelí, de apenas 1 kilo, y Mael, de 1,6 kg. "Con oxígeno teníamos cuatro bebés, de los cuales dos estaban con (un aparato) CPAP, que está conectado a un sistema de oxigenación un poco más complejo, y los pasamos a una cánula, que lo resistieron bastante bien. Estaban en incubadoras conectados a monitores, que esos sí, tienen batería que dura muchas horas". De todas formas, los bebés no podían quedarse ahí y debían ser trasladados con urgencia a otro lado. Atravesar la ciudad con un bebé de un kilo sobre el pecho El trayecto tuvo que hacerse en tres vehículos para lograr llegar hasta el hospital privado Dr. Raúl Matera, a seis kilómetros de distancia. Primero en una camioneta del personal de servicio, después en una ambulancia y, por último, en un camión del Ejército. "No había manera de salir del hospital, estaban todas las calles como ríos". En medio de la incertidumbre, el equipo de neonatología se mantuvo unido. "A la primera que se caía y se angustiaba, siempre había otra que la abrazaba y le decía, bueno, vamos, ya está, va a estar todo bien, ya nos van a venir a buscar". Buscaban distenderse haciendo chistes sobre su aspecto o sobre haber perdido las zapatillas y siempre con una sonrisa para acompañar a las mamás, algunas de ellas muy jóvenes. "Nos demoramos porque mientras subíamos a los bebés, hubo que llevarse a los adultos de la terapia intensiva, que también funciona en el subsuelo. A ellos se los pudo cargar más rápido en el camión". Mientras la camioneta y la ambulancia no lograron avanzar demasiado, Mariana cuenta que, una vez en el camión, se sentían por fin más relajadas, y pensaban en lo insólito de la situación. Llegaron a destino cerca de las 19. Así quedó el área de neonatología, donde había 15 bebés prematuros en el Hospital Penna "Los que hacemos en neonatología somos muy pocos y trabajamos los mismos en todos los hospitales. La doctora Graciana Manzo y todo el equipo nos esperaron, nos alojaron, nos dieron un abrazo. Estábamos muy cansadas, no habíamos comido del día anterior. Así que nos esperaron con cosas ricas. Fue un final feliz, después de muchas horas, mucha angustia y mucha exposición." "El que trabaja en un hospital público, lo hace por amor" Recién el viernes a la noche pudieron volver a sus casas, sin haber tenido tiempo de preocuparse por sus propias familias. "Las chicas empezaron a recibir llamados, una de las chicas dijo que su hermano perdió todo, otra se enteró de que sus familiares estaban arriba de un techo y así...". El hospital Penna tuvo que ser evacuado tras el temporal El auto de Mariana todavía está en el estacionamiento del hospital tapado de agua. Dos días después, admite que todavía no se puede dar cuenta de la situación que acaban de vivir. Dice que les duele el cuerpo, les duele el alma y apenas pueden conciliar el sueño, pero agradece todos los mensajes de amor y reconocimiento que les hacen llegar, publicó Clarín. Lejos de victimizarse, desea visibilizar la difícil situación que vive desde siempre el personal médico de los hospitales públicos en nuestro país: "El hospital público está bastardeado. Los sueldos de los empleados de los hospitales públicos son denigrantes. Todos, todos los que trabajamos en un hospital público tenemos que trabajar en otro lugar porque la plata no nos alcanza. Los que trabajamos ahí, lo hacemos por amor. Estamos cansados, termina siendo un voluntariado, y por eso la mayoría se va". Cómo ayudar al Hospital Penna El subsuelo del hospital no existe más, la sala de partos no existe más y es fundamental que el hospital reciba ayuda: "Es el único lugar donde nacen bebés sin obra social en Bahía y de toda la región sanitaria 1, que comprende el Partido de Villarino, para el lado de Punta Alta, Dorrego, hasta Tres Arroyos, Pigüé, Pringles... Después, hay un hospital municipal que no tiene ni servicio de neonatología ni se hacen partos". La ayuda por vía oficial es a través de los siguientes canales: Asociación de Ayuda al Prematuro NACER: Nro. de Cuenta: 6229-51109/2 CUIL/CUIT: 3069588327-3 CBU:0140305101622905110928 Alias: LOTE.CONO.TOLDO Asociación Cooperadora del Hospital Penna: CUIT: 30522225009 Alias: CONO.NECTAR.GALERA Banco Provincia de Buenos Aires

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