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» Diario Cordoba
Fecha: 09/03/2025 15:40
Lejos de lo que se podría pensar, el hallazgo de artefactos explosivos en Córdoba «es más frecuente de lo que la gente cree», según explica José Pedro Cuadrado, especialista de la Unidad Tedax-NRBQ de la Policía Nacional en la ciudad. Con más de 23 años en la unidad, Cuadrado insiste en recordar el riesgo que conllevan estos artefactos y que «conservan la misma carga explosiva que el primer día». El reciente hallazgo de tres granadas de la Guerra Civil en la Casa de los Guzmanes a finales de febrero, además de una cuarta encontrada en una caja de patatas en el polígono de Amargacena, evidencia que la aparición de estos peligrosos artefactos es más común de lo que parece. Así lo confirman fuentes de la Policía Nacional. Cuadrado explica que el número de explosivos que el Tedax detona anualmente en Córdoba capital es «información confidencial», aunque reconoce que se identifican con cierta regularidad. Imagen de un proyectil de la Guerra Civil hallado por la Guardia Civil en La Granjuela, en 2024 / CÓRDOBA / Manuel Murillo Sobre la ubicación de estos hallazgos, tanto él como su compañero Alejandro Fernández coinciden en que no hay un patrón definido y que pueden aparecer en cualquier edificio o punto de la ciudad. «La casuística en este sentido es tremendamente variada», señalan, lo que dificulta a la hora de determinar cuáles son las zonas más propensas a estos hallazgos. «Nos hemos encontrado casos de personas que descubren una granada en sus domicilios, pero también de coleccionistas que buscan estos objetos deliberadamente o los conservan porque se los ha dado un familiar o amigo, creyendo erróneamente que no tienen carga», explica Fernández. Procedencia El agente apunta que la llegada de estos objetos a Córdoba se produce de diversas maneras: pueden haber sido adquiridos, regalados o incluso arrastrados por fenómenos meteorológicos, como en el caso de alguien que los encuentra junto al río tras ser transportados desde otro punto a kilómetros de distancia. «Las armas de guerra no son objetos de colección y su tenencia es sancionable», recuerdan ambos especialistas, subrayando que «no debemos olvidar que estos artefactos fueron creados para causar daño». Un mienbro de la unidad Tedax NRBQ trabaja en la labor de desactivación de un explosivo / CÓRDOBA / Manuel Murillo En Córdoba, los hallazgos corresponden principalmente a material de la Guerra Civil de fabricación industrial. Uno de los mayores peligros es el desconocimiento, ya que «muchas personas piensan que estos artefactos han perdido su capacidad explosiva, cuando en realidad se mantiene intacta», advierte Cuadrado. El agente explica que las granadas, proyectiles y otros explosivos, como pronto, pueden empezar a perder su capacidad explosiva cien años después de su producción. Por lo tanto, un proyectil de la Guerra Civil, algunos de ellos con más de un siglo desde el día de su fabricación, son igual de peligrosos que el primer día, «independientemente de su apariencia exterior». Un riesgo añadido Fernández alerta de que el deterioro de los componentes externos puede aumentar la peligrosidad de estos artefactos. «Una granada tiene un cierre de seguridad que se vuelve más vulnerable con el paso del tiempo», lo que significa que lejos de volverse inofensivos, estos objetos pueden ser incluso más peligrosos. «Muchas personas desconocen que en su bloque o vivienda hay material explosivo que podría detonar en cualquier momento», advierte. Miembro de la unidad Tedax NRBQ manipula un artefacto en un laboratorio de la Policía Nacional / CÓRDOBA / Manuel Murillo Por esta razón, la Policía insiste en que, en caso de encontrar «algún objeto sospechoso, no debe tocarse bajo ningún concepto». Se recomienda avisar de inmediato al 091, tras lo cual se desplazará una unidad Tedax. «Preferimos movilizar al equipo por una falsa alarma antes que lamentar una tragedia», subraya Cuadrado. Además, Fernández incide en el riesgo de la confianza excesiva de la gente: «Nuestra formación dura alrededor de un año y medio y es extremadamente exigente, tanto a nivel técnico como mental. Aun así, nos hemos encontrado con objetos que, a simple vista, no identificaríamos como explosivos, como sucedió con la granada hallada en el polígono de Amargacena». Protocolo Cuando la unidad Tedax interviene, sigue un protocolo de traslado estricto y confidencial, ya que la Policía evita revelar detalles que puedan ser utilizados para sortear sus medidas de seguridad. Sin embargo, Cuadrado destaca que la unidad Tedax «es una de las más prestigiosas del mundo» en esta especialidad, en parte debido al desarrollo y la investigación de explosivos durante la lucha contra el terrorismo de ETA. A pesar de que la banda cesó su actividad armada en 2011, la Policía ha aprovechado los conocimientos adquiridos para modernizar y actualizar sus protocolos. Entre las mejoras incorporadas se encuentran los robots de desactivación, ya que «trabajar a distancia es fundamental», según Fernández. Los agentes también emplean cascos y ropa ignífuga, además de dispositivos como detectores de metales para asegurarse de que no haya más material en la zona. Imagen de un proyectil de la Guerra Civil hallado por la Guardia Civil en La Granjuela, en 2024 / CÓRDOBA / Manuel Murillo Durante el traslado y la manipulación de estos artefactos, los principales riesgos son la sobrepresión, las altas temperaturas y la metralla contenida en ellos. Una vez que el artefacto es trasladado a uno de los puntos habilitados por la Policía Nacional en Córdoba, se procede a su análisis y posterior neutralización. Esto puede implicar tanto su activación controlada como su detonación. «No hay un tiempo estipulado para completar el proceso, aunque las granadas encontradas en la Casa de los Guzmanes ya han sido neutralizadas», confirma el inspector Cuadrado. Riesgos del material NRBQ Otro de los ámbitos de actuación de la unidad Tedax de la Policía Nacional es el manejo de artefactos NRBQ (nucleares, radiológicos, biológicos y químicos), como bombas sucias o fugas de materiales tóxicos. Aunque estos casos son menos frecuentes, Fernández señala que uno de los lugares donde se detecta material NRBQ es en colegios. «Recientemente avisamos a los centros educativos para que nos informaran si almacenaban ácido pícrico, muy utilizado antiguamente en laboratorios para experimentos, con el fin de proceder a su retirada», explica Cuadrado. Este compuesto es altamente peligroso y puede provocar quemaduras graves, así como irritación en pulmones, nariz y garganta si se inhala. Por su parte, la Guardia Civil también cuenta con una unidad especializada en material explosivo en Córdoba. Desde 2014, se han detectado 262 artefactos, de los cuales 252 eran de la Guerra Civil, con un total de 530,7 kilogramos de explosivos. Cabe recordar que una granada de la Guerra Civil contiene entre 80 y 100 gramos de TNT. La mayoría de hallazgos se producen durante labores agrícolas, excursiones o en obras en antiguas líneas del frente. La Benemérita recuerda que la tenencia de munición militar, «independientemente de su estado, es considerado tenencia ilícita». Respecto a los diez artefactos localizados restantes, el instituto armado señala que se trata de munición convencional de época posterior que «o bien en zonas de maniobras han sido extraviadas o coleccionistas las han adquirido de diferentes formas». Suscríbete para seguir leyendo
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