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» Diario Cordoba
Fecha: 09/03/2025 15:37
Está el cordobesismo colocado en su lugar natural, ese espacio ignoto en el que todo puede ocurrir. Ya tiene en la mano lo que quería -la salvación apalabrada- y ahora se asoma a un foro de mayor rango. Los vecinos empiezan a mirarlo con otros ojos, pasando de la condescendencia al respeto y de ahí al temor. "El Córdoba es el tapado de la Liga, cuidado con él", ha advertido Bad Charly, un influencer futbolístico malagueño que marca tendencias en estos tiempos líquidos. El empate en Riazor ante el Deportivo añade más motivos para entender que el tramo final del curso en la Liga Hypermotion será divertidísimo. Ya son siete salidas consecutivas sin perder -el mejor registro del club en esta categoría- y el grupo no pierde la compostura ante los golpes de la batalla, desde sanciones que obligan a modificar esquemas de modo permanente o lesiones graves, como la de Adilson, que condicionan todo. El Córdoba está ahí. Aguanta y sigue. Aficionados del Córdoba CF en las gradas de Riazor. / Lof Hazme unos números Los más optimistas agarran la calculadora y el calendario para armar sus componendas y soñar con un mayo festivo. Los militantes de la sección catastrofista advierten de que la Segunda es una división muy perra, que se mueve en distancias muy cortas y que enlazar dos o tres pifias puede conducir a un escenario muy feo. Unos y otros saben, porque lo han vivido, que en el Córdoba CF salen bien los planes cuando no se han preparado demasiado. Ir a lo que salga, con la mejor voluntad y el catecismo de los modestos: sacar el máximo rendimiento posible con el material del que se dispone y en las circunstancias presentes. Huir de la queja, evitar torturarse con lo que pudo ser y no fue, sepultar en el olvido ese fichaje frustrado o ese jugador clave que se marchó, pasar página de aquel arbitraje que perjudicó... El Córdoba CF se ha ido alimentando de su propio miedo para forjar una identidad potente. Se hizo grande "huyendo del descenso", como siempre decía Pepe Escalante, el hombre que más veces ha defendido el escudo blanquiverde -como futbolista y como entrenador- en sus más de setenta años de historia. Tanto ha corrido para alejarse de la zona oscura de la tabla que está empezando a ver el centelleo de una luz: los play offs de ascenso a Primera División. El vértigo La sensación de vértigo ya se nota entre la legión blanquiverde, que reparte sin empacharse sus ilusionantes píldoras. El equipo, a estas alturas, ha ido agotando las etapas propias de un recién ascendido: lo primero, evitar hacer el primo; lo segundo, competir; y lo fundamental, puntuar a un ritmo que le permita amarrar lo antes posible los cincuenta puntos. Esos temores los ha espantado de modo definitivo en una segunda vuelta más que interesante, donde ha dejado conclusiones. Ganó a todos los equipos que pelean por el descenso, demostrando que su nivel es superior. Su solvente balance ante esos "rivales directos" tocó el clic para entrar en una nueva dimensión. El palizón al Granada, ese cinco a cero en El Arcángel, dejó material recordable -necesitaba la grada una jornada así- y activó la fábrica de las fabulaciones. ¿Por qué no? Mientras todos se preguntan por qué, el Córdoba va a lo suyo. Si algo lo define es su bendita cabezonería por mostrarse como alguien distinto, por su afán por destacar con una especie de rebeldía adolescente que le empuja a no querer ser uno más. El ingrediente secreto de la fórmula está en ese talante indómito de quienes son conscientes de estar ante el año de sus vidas. No hay nadie que esté de vuelta. Desde el banquillo hasta la última esquina del campo, pasando incluso por el palco, donde el CEO Fernández Monterrubio está abrillantando su expediente profesional -ya dejó sello en el Granada- como guía eficaz para empresas del ramo futbolero. Iván Ania vive en su momento top como entrenador. Está en el puesto más alto en la mayor categoría en la que ha ejercido hasta ahora. El asturiano bate récords en un Córdoba CF que ya le renovó un año más. Es la imagen pública del club, el empleado de la entidad que más veces comparece ante los medios de comunicación -las dos preceptivas según las normas de LaLiga-, la imagen más reconocible en el exterior -tuvo una notable etapa como futbolista- y el que puso la firma al regreso al mapa del profesionalismo. Estos meses esconden la llave de su futuro. Deportivo de La Coruña-Córdoba CF, en imágenes / Lof En la plantilla, los ejes son jugadores en ebullición: el portero Marín y el delantero Casas, los dos más cotizados, vienen escalando desde la cuarta división; Theo Zidane y Álex Sala se han convertido en activos, al igual que Isma; en invierno llegaron cedidos Rubén Alves y Del Moral con ganas de reivindicarse, en operaciones certeras para cubrir salidas rentables como la venta de Lapeña. No hay rincón de la pizarra en el que no haya un futbolista hambriento. De ahí que este Córdoba dé bocados. Suscríbete para seguir leyendo
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