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  • Lluvias de millones bajo el paraguas EDIL

    » Diario Cordoba

    Fecha: 09/03/2025 15:36

    Se avecina una tormenta en el país, especialmente intensa en Andalucía, en la que a nadie le apetecerá llevar paraguas. Todo el mundo querrá empaparse porque del cielo de Bruselas no caerán gotas de agua sino euros. Cientos de euros, miles, millones. Son los fondos EDIL, una de las herramientas que tiene la Unión Europea para avanzar hacia la convergencia. Dicho de otro modo, para conseguir una igualdad relativa entre regiones muy dispares al menos en lo que concierne a su desarrollo económico. Las administraciones públicas llevan meses trabajando en la solicitud de los fondos, que no es en absoluto sencilla. Casi todo el que tenía derecho a pedir lo ha hecho —la fecha límite para hacerlo fue el 28 de febrero pasado—, apurando al céntimo el tope permitido por la UE, que varía según la escala: para ciudades de más de 75.000 habitantes o capitales de provincia, hasta 20 millones de euros; las de más de 20.000 almas, 15 millones; y las agrupaciones de pueblos más pequeños, 10 millones. Esas cifras incluyen la financiación europea, que alcanza al 85% en el caso de Andalucía —otras regiones más desarrolladas reciben menos—, pero también la aportación local. Los beneficiarios tendrán que arrimar un poco el hombro, sacando el dinero de fondos propios o con aportaciones de otras administraciones. Herederos del Urban y Edusi Los fondos EDIL son los herederos lógicos del plan Urban primero y el Edusi después. Durante lustros, estos programas de la UE han acostumbrado a las entidades locales a implantar un urbanismo programado, con fines concretos que apuntan al desarrollo sostenible y armónico. La diferencia es que ahora esa lluvia de millones podrá llegar también a los pequeños y medianos municipios del mundo rural, siempre que se organicen en las llamadas «áreas funcionales», que no son otra cosa que agrupaciones urbanas en torno a un núcleo principal o cabecera de comarca. Las mancomunidades responden bien a esa estructura y no han tardado en ponerse manos a la obra. España tiene reservados más de 1.700 millones de euros y Andalucía es de las regiones que se verán más beneficiadas Hablemos de la lluvia, léase el dinero. Para toda España hay reservados más de 1.700 millones de euros, lo que supone un aumento del 34% con respecto a la anterior convocatoria. Esos fondos se distribuyen después por regiones, que equivalen en España a las comunidades autónomas. La UE lleva décadas siguiendo una sencilla pero estricta política de distribución del dinero de sus grandes planes en la que no hay margen para componendas políticas en parlamentos nacionales. Es muy fácil: quien ya tiene mucho, recibe poco. Y además, tiene que rascarse más el bolsillo. Bruselas siempre ha tenido el noble pensamiento de que el tiempo y las políticas de redistribución igualarían a todos por arriba, o por lo menos en el medio; lo llaman convergencia. A pesar de las buenas intenciones y de la evidente mejoría, la meta no se ha alcanzado después de 40 años y Andalucía sigue estando entre las regiones más atrasadas de la UE, con un PIB per cápita inferior al 75% de la media de la UE. En la misma situación están Extremadura y Castilla La Mancha, regiones con menos población que Andalucía. En consecuencia, la comunidad autónoma andaluza se llevará la parte del león de estos planes EDIL. Hay consignados 735 millones de euros, en torno al 40% del total para España. El País Vasco, por ejemplo, tendrá que conformarse con tan sólo 15 millones, y Navarra todavía menos (4 millones). Madrid y Cataluña tendrán un poco más (58 y 81 millones respectivamente), pero en ningún caso se tratará de una distribución equitativa sobre la base de la población. Nunca llueve a gusto de todos. Es precisamente ahora cuando vienen curvas. Como todo el mundo ha pedido sin freno, no habrá dinero bastante. El sistema de asignación de los fondos, regulado por el Gobierno central en una orden de octubre del año pasado, se basará en la concurrencia competitiva. Las entidades tendrán que competir entre sí para hacerse con su parte del pastel. Unos recibirán más que otros, pero lo más probable es que todos recojan algo. El procedimiento será similar, salvando las distancias, a los concursos de obra pública, sólo que aquí no pelean empresas privadas sino instituciones. Los proyectos se valorarán según determinados criterios y a partir de ahí se les asignará tal o cual cantidad. Hay seis meses para resolver las ayudas y los trámites y el reloj ya ha empezado a contar. Después, los planes se ejecutarán hasta 2027 y se podrán justificar hasta 2030. Fachada del ayuntamiento de Priego de Córdoba, uno de los municipios cordobeses que optan a los Fondos EDIL. / CÓRDOBA Córdoba ya ha pedido por su boquita decenas de millones, y ha hecho bien. Todos se han ido al máximo, o algunos céntimos por debajo. La capital, 20 millones; las seis ciudades intermedias (Lucena, Puente GenilMontillaPalma del RíoCabra y Priego), a razón de 15 millones cada una; y cinco mancomunidades —dos de ellas con la Diputación mediante—, otros 10 millones por barba. Añádense de propina 10 millones que reclaman por su cuenta y de forma conjunta Villanueva de Córdoba y Pozoblanco, que han aprovechado de manera inteligente las normas para crear su propia agrupación. Aunque en teoría cada unidad urbana sólo puede recibir un plan, se permiten dos si una de ellas tiene carácter supramunicipal y los territorios son distintos. En total, la provincia ha solicitado al menos unos 170 millones de inversión. La lluvia de millones, sin embargo, no mojará toda la provincia. Los pueblos pequeños y medianos de la Subbética se van a quedar sin nada, no así los grandes. La Mancomunidad de la zona es la única de la provincia que no ha presentado ningún proyecto a la convocatoria. Su presidente, Juan Ramón Valdivieso (también alcalde de Priego), ha asegurado a este medio que «no teníamos infraestructura para prepararlo. Y la Diputación ha optado por los PAI de Pedroches-Pozoblanco y Sierra Morena». Priego, Cabra y Lucena sí han solicitado su parte al tener más de 20.000 habitantes. Como un ‘Sim City’ ¿Y qué pueden hacer las entidades locales con todo ese dinero? El desarrollo sostenible no es en la actualidad para nada limitante, de modo que en estos planes se permite casi cualquier cosa. Las propuestas cordobesas de los planes de inversión parecen el menú de opciones del Sim City: hay carriles bici, avenidas, parques, jardines, polígonos, viviendas, restauraciones, depósitos de agua, consultorios... Pero también otras intervenciones de carácter más social, como pabellones deportivos, residencias de ancianos y hasta un centro de equitación terapéutica. También mucha digitalización, apoyo a empresas, planes turísticos y placas solares. O propuestas originales como algo llamado «biodistrito alimentario». Por pedir que no quede, puesto que bajo el paraguas EDIL cabe casi todo. Una cuestión de siglas: EDIL, PAI, AUF... La norma que regula los fondos EDIL está plagada de siglas y abreviaturas, empezando por las que dan nombre al propio plan. EDIL es el acrónimo de «estrategia de desarrollo integrado local», un término que por sí solo no aclara nada; es una planificación genérica acorde a criterios establecidos por la UE. Las actuaciones o proyectos en sí mismos han de estar explicados en un PAI, esto es, un «plan de actuación integrado». Ahí es donde cada entidad local define lo que quiere hacer. Ambos documentos son necesarios para acceder a las ayudas. AUF son las siglas de «área urbana funcional», el término establecido para permitir una agregación de municipios pequeños que de otro modo no podrían acceder a las subvenciones. Comparten señas de identidad y por lo general pueden asociarse a las comarcas o mancomunidades. Todo se pagará con fondos de la UE, seguramente las únicas siglas que no requieren explicación. Suscríbete para seguir leyendo

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