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» Diario Cordoba
Fecha: 09/03/2025 15:19
Quienes no pierden la oportunidad de atacar a la Iglesia y, en especial al clero, se divierten afirmando que estamos todo el día pensando y hablando del pecado, herramienta fantástica para tener asustado y sometido al pueblo. Y, quizás, sea todo lo contrario. En este tiempo se habla poco del pecado, la tentación…, por lo tanto, tampoco del amor y la misericordia divina. Por aquello de no herir sensibilidades, que no te llamen retrógrado, carca… y, vete a saber, otras barbaridades más, se ha dejado de hablar de nuestra debilidad y miserias, y así nos va, cada día que pasa la humanidad más se deshumaniza porque está más lejos y distante de Dios. La Cuaresma es una vuelta a Dios, una vuelta a ti mismo, un conocerte y reconocerte como una criatura maravillosa salida del corazón amoroso del Padre bueno. Por ello, este domingo Jesús nos invita a marchar al desierto, lugar de silencio, áspero y rudo, sitio de oración y también de lucha, territorio en el que estamos al descubierto, sin ropajes, desnudos de caretas, para enfrentarnos con la verdad de lo que somos y vencernos a nosotros mismos, y finalmente, al Tentador como nos muestra Jesús. La vida de la fe, al contrario de lo que piensan muchos, no es fácil ni cómoda. Sólo está hecha para valientes. Para aquellos que van de frente por la vida y dan la batalla de vencerse a sí mismos y abandonarse en las manos de Dios. Es el peregrinar de una existencia en constante batalla contra nuestras pasiones instintivas, que es el terreno del demonio, para así, someternos y apartarnos de nuestra verdadera felicidad. El tentador siempre nubla y constriñe el corazón, debilita nuestra razón y saca del pozo de nuestro interior todo lo malo, soez, vil e indigno. Nuestra esperanza es que el demonio no tiene la última palabra. Se le puede vencer. Jesús salió victorioso y nos mostró el camino. Tú y yo, también venceremos. Y, para conseguirlo, sólo nos queda confiar en la gracia de Dios, dejarnos abrazar por su infinita misericordia y afrontar con humildad el devenir de los días con una mirada gozosa, anhelando la libertad que Dios nos ofrece. *Párroco de la iglesia de San Juan y Todos los Santos
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