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Gualeguaychu » El Dia
Fecha: 09/03/2025 11:52
Marzo comienza recordando aquella trágica jornada en Nueva York de 1909, donde mujeres trabajadoras de una fábrica textil que estaban en huelga, son víctimas de la violencia de sus patrones y mueren calcinadas por reclamar mejores condiciones de trabajo. Muchos de esos reclamos se materializaron y hoy son derechos que supimos conseguir como sociedad a través del tiempo, la organización y la lucha colectiva. Estos derechos, como tantos otros, actualmente en la Argentina de Milei están en riesgo. ¿Cómo podemos traer al presente esa historia de mujeres luchadoras de la fábrica que antecedieron a muchas luchas? Un presente en el que el poder real nos ataca con Milei como vocero, ataca el feminismo y diversidades a tal punto de ser tema central en el último discurso brindado en el Foro Económico Mundial en Davos. Allí reafirmó su desprecio y su odio hacia nuestra lucha, nuestra historia y, por ende, parte constitutiva nuestra identidad. ¿Por qué nos ataca el Presidente de esa forma? ¿Por qué hablar de nosotras en un Foro Económico frente a empresarios de todo el mundo? Porque saben que somos usina de pensamiento crítico; saben que, en esas plazas, en esas rondas, se tejen lazos de solidaridad, de sororidad, se construye comunidad para un mundo mejor. Porque cuestionamos las injusticias de manera interseccional: desigualdad de géneros, de clase. Cuestionamos el racismo, la explotación obscena de nuestros recursos. Cuestionamos el poder real, el que nos tira migajas a las y los trabajadores mientras enriquecen sus arcas en tiempos de crisis como el que estamos atravesando. Por eso Milei habla de los feminismos, porque cuestionamos y ponemos en tensión la injusta distribución de las riquezas y multiplicamos voces. Esa ¿distribución? que cada vez agranda más la brecha entre el puñado de ricos y la pobreza del pueblo. Saben que desde los feminismos hemos podido hacer realidad efectiva leyes de vanguardia, hemos demostrado ser marea en las calles, por lo que nos prefieren en casa y no en las calles. Porque exigimos Estado presente y ellos vinieron para destruir el Estado. Porque nos matan todos los días y no están haciendo nada con eso, solo vaciar lo que habíamos llegado a consolidar institucionalmente como organismos, direcciones y Ministerio. Porque somos las mujeres las que sostenemos la olla en el merendero donde cada día asisten más familias a comer y menos ayuda se recibe del gobierno. El Gobierno necesita construir un enemigo social que no sea él, y a eso se vienen dedicando desde la campaña electoral: a atacarnos. Saben que nuestros reclamos nunca han sido de quintita sino por el contrario intersectoriales, denunciando la crueldad y visibilizando otras formas posibles de ser y hacer. Tocando intereses, esos intereses de quienes hoy pretenden apagarnos porque en el fondo buscan que tengamos miedo, porque el miedo a feminismos lo tienen ellos. Este 8 de marzo denunciamos despidos (del que el Presidente se jacta), miles de familias sin el pan en la mesa, mujeres sosteniendo en la pobreza con todo lo que ello implica, desde hacer magia con unos pesos hasta inventar la comida más rica con dos ingredientes para la mesa numerosa. Denunciamos la precariedad de nuestros trabajos. La desigualdad en su acceso. Denunciamos que el Estado se retire de su responsabilidad de cuidarnos: Nos matan cada 27 horas, mientras el Presidente lo niega cínicamente. Somos esas obreras de la fábrica textil a quienes también atacaron y estigmatizaron por su lucha y a quiénes seguro las preferían calladitas y sumisas. La mejor manera de recordarlas es hacer de esa historia un presente mejor, defendiendo derechos, para construir futuro.
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