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  • El repaso de cómo se gestionó y todo el aprendizaje logrado

    » Elterritorio

    Fecha: 09/03/2025 09:13

    domingo 09 de marzo de 2025 | 6:05hs. Héctor Proeza es subsecretario de Salud y Eduardo Javier Ramírez, director de Epidemiología. Foto: Antonio Villalba El subsecretario de Salud, Héctor Proeza, y el director de Epidemiología, Eduardo Javier Ramírez, repasaron lo que representaron las acciones realizadas en Misiones desde el primer minuto de la declaración de la pandemia, tanto para la asistencia inmediata como las medidas preventivas. Ambos profesionales plantean que las acciones emprendidas en Misiones, permiten tener en la actualidad suficiente infraestructura al inaugurarse hospitales nuevos como el de San Vicente, San Antonio, Santo Pipo y Jardín América, además de conocimientos para afrontar situaciones similares de emergencia. ¿Cuáles fueron los primeros desafíos que tuvieron que afrontar como cuerpo médico en la provincia de Misiones? Proeza: Fue todo un desafío. Primero saber qué estaba pasando del otro lado del mundo y ver con qué nos enfrentábamos. Teníamos una estructura que debíamos adaptar. No solamente recursos humanos, sino también las estructuras y contar con oxígeno. Sabíamos que en esto, el medicamento principal era el oxígeno. Y se aceleraron los procesos de inauguración muy rápida del hospital de Santo Pipó, del hospital de Capioví, del hospital de Jardín América. Eso sería por ruta 12. Se ampliaron, camas con gases en el hospital de Eldorado, en el de Iguazú y también se inaugura el moderno y el nuevo hospital -que empezó a funcionar en junio- en San Vicente. El de San Antonio también se inaugura en ese momento, son todos hospitales nuevos con red de gases y las terapias intensivas que se ampliaron en Oberá, se inauguraron terapias intensivas en Alem y en Apóstoles. Hoy la ruta 14 tiene terapia intensiva que posterior a la pandemia sigue funcionando... la de Apóstoles, de Leandro N Alem, Oberá, San Vicente. O sea, hay cuatro terapias por la zona de ruta 14 y una inversión importante en camas que hemos superado las 600 camas, del 2019 al 2020 desde la pandemia. Esas camas todavía se mantienen en servicio. ¿Qué se hicieron con esos recursos y elementos que se utilizaron en lugares de aislamientos como en el caso del Polideportivo “Finito” Gehrmann? Proeza: En el caso de los lugares de aislamiento como en el Finito Gehrmann y en varios complejos de deportivos del interior de la provincia, esas camas fueron a Desarrollo Social. Muchos colchones y muchas camas fueron a ampliar nuestros hospitales y también los intendentes han dado como ayuda social. Hay que recordar que mucha gente salía del conurbano de Buenos Aires y volvían a estar con su familia, entonces necesitaban colchones, camas en momentos en que el comercio no estaba funcionando. Eso se logró en un trabajo conjunto entre este todos los intendentes y los directores de hospital, del equipo que trabajaba en el Ministerio y por supuesto el doctor Oscar Herrera Ahuad, que le tocó justamente la gobernación durante la pandemia. Al ser un hecho inesperado, ¿valió como proceso de aprendizaje para afrontar cualquier tipo de emergencia que pueda existir? Ramírez: Sí, es así. Fue un momento difícil del sistema sanitario y en realidad de la organización de la respuesta social hacia un evento que nos estaba preocupando en ese momento. Yo lo dividiría estructuralmente lo que venía comentando nuestro subsecretario de Salud. Estructuralmente también hicimos muchas cosas para tener recursos humanos adaptado y que tenga el expertise, la experiencia de manejar este tipo de pacientes. Desde el inicio fue adaptar todo un sistema, tanto para la asistencia de la persona afectada como lo que teníamos que hacer dentro de las medidas preventivas. Una vez que ya teníamos los casos instalados, sin todavía presencia de vacuna adaptar nuestro sistema para que todo paciente que hubiese requerido de alguna asistencia sea pública o privada, tenga un sistema coherente y adaptable a la situación que cada una de las familias nuestras necesitó. Y por eso nosotros dividimos a la provincia básicamente en dos sectores: río Paraná, río Uruguay y a su vez Norte y Sur. Y es así que la situación nos dejó esto un compliance (sistema de gestión encargada de hacer cumplir las normas) realmente admirable, que siguen siendo procesos de atención, procesos de asistencia que siguen siendo valederos al día de hoy adaptables a otras patologías. Un sistema de conexión y de aprendizaje y de aprendizaje en línea con otros países. Nosotros estuvimos trabajando de manera intensa en ese momento con países europeos como España e Inglaterra tomando decisiones acertadas en el momento acertado. Por lo tanto, aprender en el propio andar. Nosotros aprendimos a movernos específicamente con este evento y a solidificar y a robustecer las redes de atención que fue nuestro armado y nuestra herramienta fundamental, redes integradas de servicio de salud donde las decisiones centrales o las decisiones de un grupo de personas que estaban como responsable o cabeza de serie tenían debajo un equipo incansable y que sin ese equipo y trabajo en red, hubiese sido imposible dar la respuesta que vimos y obtener sobre todo, los resultados que tuvimos y el impacto social. Es decir, pudimos acertadamente conducir una respuesta social adecuada que puso al mundo en un problema y que los resultados a lo que abordó la provincia con un impacto lamentable para muchas familias, pero que pudo ser contenido y que pudo ser mitigado en tiempo y forma. Tenemos la capacidad, tenemos el recurso y sobre todo tenemos el compromiso cuando así la situación lo requiere. El hecho de haberse establecido un sistema de redes a lo largo de la provincia, ¿queda para para el uso diario? Proeza: Sí, nos permite enfrentar este momento. El momento actual no es un momento fácil. Siempre el sistema de salud maneja crisis. Crisis en la guardia, crisis en un accidente de tránsito, trasladar un paciente, buscar una cama de alta complejidad y terapia intensiva. Todo ese manejo de crisis, fue un aprendizaje para todo el sector. Tanto la atención primaria como los hospitales niveles uno, que son los hospitales con puerta de entrada con una comunicación muy fluida. Ya no es tanto presencial, sino que es más por Zoom, que eso fue algo novedoso para la pandemia, estamos mucho más conectados, mucho más integrados. Y la red de gases que quedaron en muchos hospitales, nos hace aptos hoy, para un eventual evento, de enfermedades respiratorias o de requerimiento de gases. Si bien en el Madariaga veíamos la cantidad de gente que concurría, el Hospital de Fátima fue un lugar central para la contención. Proeza: El hospital de Fátima fue el primer lugar que trató pacientes con covid. Y fue el que después se adaptó el 100% del hospital, para el tipo de paciente respiratorio y donde estuvieron mucho más tiempo internados porque ahí estaban los que le costó salir y recuperarse. Digamos este es un hospital de más de 30 camas que teníamos más o menos en ese momento, donde casi la ocupación estuvo a cama completa todo el tiempo de la pandemia. ¿Y en ese proceso también tuvieron que trabajar mucho en la formación de recurso humano? Proeza: Sí, el miedo era muy, muy grande, que te cuento como anécdota en el hospital de Iguazú habían adaptado un hotel para los empleados del hospital, porque ahí empezó el primer caso y no querían volver a sus casas. Entonces, el trabajador iba a un resguardo para no ir a la casa y llevar ese gran temor, digamos, de cómo cuidar a su familia. Y, bueno, fue adaptarse. Cuando empezó la pandemia no había elementos de protección, había que comprarlos, adquirirlos, había que adaptar las fábricas para barbijo. Después sabíamos que el barbijo era una gran barrera y era necesario dotar a toda la población. Tenemos que rescatar que también nos ayudó mucho el misionero, nos ayudó toda la población porque contribuyó y aceptó cómo tenía que cuidarse. Ese cuidado de distanciamiento es una medida de autoprotección. Creo que la sociedad deberíamos de entender que eso fue muy bueno. Creo que pudimos leerlo bien lo que estaba sucediendo en otras partes del mundo y adaptarnos rápidamente. El misionero se adapta rápidamente. Vivimos en una región, creo que el hecho de ser tan fronterizos y se adaptó muy bien el sistema de salud, muy buenas decisiones de parte del gobernador Herrera Ahuad, el equipo de gobierno, que justamente no sé si fue un designio, pero deran dos médicos a cargo. Entonces, había todo un equipo de gobierno, tratando de encarar de la mejor manera de cuidar al misionero. Como profesional, ¿qué les dejó de enseñanza la pandemia? Ramírez: Podemos decir que las situaciones emergentes o situaciones no controladas y que pueden provocar crisis están presentes en un mundo cambiante, en un mundo con un cambio climático muy evidente y que debemos estar preparados para situaciones inusitadas como esta. Que sí o sí necesitamos del otro. Necesitamos de otros profesionales y de la comunidad. Nos necesitamos unos a otros para encontrar la respuesta más adecuada. para la eventualidad presente. Tres, la capacitación permanente. No podemos dejar de leer todos los días lo que va haciendo, lo que va avanzando la ciencia y lo que va dando herramienta, nos va dando herramientas dentro de la profesión para poder dar respuesta a situaciones como esta. Y, por último, la tecnología que a pasos agigantados nos dio la posibilidad de estar presentes en cualquier lugar de la provincia o en cualquier lugar del mundo, como dije y que por ahí viene nuestra capacidad de crecimiento. Entonces, son herramientas que para nosotros son importantes y poder haber aprendido esta situación y poder haber dado nuestro servicio a la comunidad y que haya dado un buen resultado es una cosa positiva. Compartí esta nota:

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