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Concordia » Hora Digital
Fecha: 08/03/2025 17:04
Se prevé un aumento del 112% en los casos de Parkinson para 2050, desafiando la salud pública global. Galería de Imágenes La enfermedad de Parkinson, que actualmente afecta a casi 10 millones de personas en todo el mundo, se proyecta como una de las principales condiciones médicas a nivel global. Según un estudio publicado en la revista médica BMJ, se espera que para el año 2050, la cifra de afectados ascienda a 25,2 millones, lo que representa un incremento del 112% respecto a 2021. Este aumento significativo en los diagnósticos de Parkinson se explica principalmente por el envejecimiento de la población a nivel mundial, lo que plantea importantes desafíos para los sistemas de salud y las comunidades. Factores como el crecimiento demográfico y los cambios en la prevalencia también contribuyen al aumento de casos. El informe destaca que la prevalencia global de Parkinson se incrementará en un 76% para 2050, alcanzando los 267 casos por cada 100.000 habitantes. Asimismo, se revelan disparidades geográficas y demográficas en la distribución de la enfermedad, con regiones como Asia Oriental proyectando una prevalencia especialmente alta. El envejecimiento de la población se erige como el principal factor impulsor de este aumento, con un aumento del 196% en el grupo de 80 años o más entre 2021 y 2050. Se estima que la relación entre casos masculinos y femeninos también se modificará a nivel global, pasando de 1,46 en 2021 a 1,64 en 2050. Las proyecciones señalan que, si bien los países de índice socioeconómico bajo enfrentarán una mayor carga de casos debido al envejecimiento poblacional, aquellos con índices medios experimentarán un aumento significativo en la prevalencia. Se resalta la importancia de estrategias de prevención adaptadas para abordar esta creciente demanda de atención médica. Pese a la falta de cura actual para el Parkinson, avances en terapias genéticas y tratamientos innovadores ofrecen esperanza para mitigar el impacto de la enfermedad en el futuro. Se hace hincapié en la necesidad de invertir en investigación para comprender mejor los factores de riesgo y desarrollar estrategias preventivas más efectivas. El énfasis en promover cambios en el estilo de vida y fomentar la actividad física a lo largo de la vida se posiciona como una herramienta clave para reducir la prevalencia mundial de la enfermedad.
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