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» Diario Cordoba
Fecha: 08/03/2025 02:18
«Tengo pánico de que cualquier día me echen de mi casa». Así resume su angustia Toñi Morales, una cordobesa de 66 años que lleva 17 años enfrentándose a un auténtico calvario con su vivienda y seis bajo la presión de un fondo buitre. Una situación similar a la de Eva María Jurado, quien sufre desde hace año y medio amenazas constantes. Ambas fueron desahuciadas y, tras lograr regresar a sus hogares, viven con el miedo de perderlos nuevamente mientras luchan desde la plataforma de Stop Desahucios. Toñi firmó una hipoteca cuando estaba desempleada y recién separada. A pesar de su situación, el banco no puso trabas para concederle el préstamo. En 2008 dejó de poder afrontar los pagos y la entidad la demandó. «El banco iba a subastar mi casa, pero conseguí frenar el proceso y lo denuncié por cláusulas abusivas», explica. En 2018, el caso fue sobreseído y, confiada, acudió al banco para negociar una solución. Sin embargo, la respuesta que recibió la dejó desconcertada: «Me dijeron que mi deuda no aparecía en ningún tipo de registro». Menos de un año después, Toñi empezó a recibir cartas de un fondo buitre que, según le informaron, había comprado su deuda. «Desde entonces, comenzaron a acosarme con llamadas diarias, insultos y amenazas. Me llamaban ocupa y llegaron a decirme que me tirara por el balcón», relata con crudeza. «Llegaron a ser más de diez llamadas diarias», resume. Intentó negociar con ellos y buscar ayuda en el banco, pero fue imposible. Toñi Morales lleva seis años bajo la presión de un fondo buitre. / Víctor Castro En diciembre del año pasado, el acoso cesó, pero solo para dar paso a una denuncia por parte del fondo. «No escuchan ni atienden razones. Sé que voy a perder mi casa», afirma con resignación. Sé que voy a perder mi casa Durante todo este tiempo, el desgaste emocional ha sido enorme. «Estoy agotada y tengo pánico de abrir la puerta por si es alguien que viene a echarme o intimidarme», confiesa. Además, su edad es un obstáculo para encontrar otra vivienda. A pesar de todo, tiene claro que no se rendirá: «No tengo otra alternativa que pelear». «Voy a seguir luchando» Eva María Jurado sufre un caso similar. En 2005 firmó una hipoteca con su marido, pero tras la crisis económica dejaron de poder asumir los pagos. «Iba al banco y les entregaba lo poco que tenía, a veces 300 euros, otras veces más, pero solo me daban un papel sin validez», explica. En 2014, recibió una orden de desahucio con apenas cinco días de antelación. Eva María Jurado lleva sufriendo un calvario con su vivienda desde 2008 / Víctor Castro Poco después, logró regresar a su vivienda tras denunciar a la entidad por cláusulas abusivas. «Fue un momento de felicidad absoluta», recuerda. Sin embargo, la pesadilla no terminó ahí. Al igual que Toñi, su casa fue adquirida por un fondo buitre y la presión comenzó de nuevo. Desde hace año y medio, las amenazas son constantes, ya sea por teléfono, carta o incluso en persona. «He intentado solucionar la situación, incluso fui a su sede en Madrid, pero no ofrecen ningún tipo de diálogo», denuncia. Ahora, tras una mala gestión de su anterior abogado, se enfrenta a un nuevo proceso judicial. «Tengo esperanza, pero también estoy agotada», admite. La incertidumbre y el miedo han afectado a su salud, sumiéndola en un estado de estrés y ansiedad permanente. Aun así, asegura con determinación: «Voy a seguir luchando» Suscríbete para seguir leyendo
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