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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 06/03/2025 10:52
La demanda de alimentos más seguros y sustentables impulsa la transformación del sector agropecuario. Argentina tiene el potencial de liderar este cambio con tecnología y gestión eficiente En las últimas dos décadas, el uso de fitosanitarios creció un 70% a nivel mundial. Esta tendencia, documentada en el Anuario Estadístico de la FAO 2024, plantea interrogantes sobre sus consecuencias ambientales y de salud. Si bien estos productos mejoran la productividad y calidad de los cultivos, su aplicación inadecuada puede generar contaminación del suelo y el agua, pérdida de biodiversidad y acumulación de residuos químicos en los granos. El equilibrio entre producción y sostenibilidad La necesidad de aumentar la producción de alimentos ha impulsado el desarrollo de nuevas tecnologías y el uso intensivo de agroquímicos. Gracias a estas innovaciones, la población mundial con hambre epidémica se redujo del 20% en la década del 70 a menos del 9% en la actualidad. Sin embargo, el costo ha sido alto: degradación del suelo, menor diversidad biológica y residuos químicos en la cadena alimentaria. Si bien estos productos mejoran la productividad y calidad de los cultivos, su aplicación inadecuada puede generar contaminación del suelo y el agua - (Imagen Ilustrativa Infobae) Consumidores más exigentes y la importancia de la trazabilidad La conciencia ambiental y la preocupación por la salud han llevado a los consumidores a exigir mayor transparencia sobre el origen de los alimentos. Esto impulsa a las empresas del sector a adoptar herramientas de trazabilidad que permitan registrar cada etapa de la producción, desde el cultivo hasta el producto final. Así, se garantiza que los alimentos cumplen con estándares de calidad y sostenibilidad. La tecnología como aliada de una producción responsable La integración de tecnología en el agro no solo mejora la eficiencia productiva, sino que también permite evaluar el impacto ambiental de cada insumo utilizado. Un ejemplo es el Índice de Impacto Ambiental (EIQ), que mide el efecto de los fitosanitarios considerando factores como dosis, frecuencia y residuos en el suelo. Estos datos facilitan la toma de decisiones informadas y promueven una gestión más sustentable. El país tiene la posibilidad de posicionarse como referente en producción agroalimentaria responsable. Investigadores consideran que, aprovechando la tecnología y la capacidad del sector, Argentina puede liderar una agricultura que cuide la salud humana, animal y ambiental. Estados Unidos ya avanza en esta dirección con iniciativas como “Haciendo América Más Saludable” (MAHA), que promueve alimentos con mayor valor nutricional y menor impacto ambiental. Argentina podría seguir este camino, adoptando prácticas agrícolas que optimicen el uso de fitosanitarios y fortalezcan la trazabilidad. Una oportunidad para el futuro Producir alimentos con menor carga química y mayor densidad nutricional no solo beneficia a los consumidores, sino que también representa una ventaja competitiva para el país. La transparencia en los procesos productivos genera confianza en los mercados internacionales y abre nuevas oportunidades de negocio. En un mundo donde la sostenibilidad es cada vez más valorada, Argentina tiene la chance de transformar su agricultura y liderar un modelo más equilibrado entre productividad y respeto por el ambiente.
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