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» Diario Cordoba
Fecha: 06/03/2025 08:24
Szczesny atrapa un balón en el partido contra el Benfica. / AP Con su ilógica el fútbol puede ser una sucesión de enigmas. En esta semana europea se esperaban las portadas para Mbappé, gigante en la eliminatoria contra el City. Y resulta que ante el Atlético solo mereció tachas tras un duelo entre dos conjuntos tacañones, un partido solo aliviado por tres golazos. El mundo al revés. Nadie hubiera apostado un penique porque el gran paladín de los equipos españoles fuera Szczesny, un portero de 34 años alistado por sorpresa por el Barça cuando entre calada y calada se bronceaba en su retiro de Marbella. ¿Un fichaje de garrafón? Hasta su iluminación en Da Luz -justo donde dio un cante hace poco más de un mes-, el polaco era un foco de cuchufletas. Y un grano para Hansi Flick, interrogado una y otra vez por el adelantamiento del exguardameta de la Juve al impuntual Iñaki Peña. El técnico germano, tan imperturbable como el polaco, defendió a rajatabla su causa, incluso cuando Szczesny daba muestra de oxidación. Con meses de entreno y partido a partido ha hecho los ajustes propios de quien ya no contaba con el fútbol. Hoy sintoniza mejor la relación espacio-tiempo, poco rastro de aquellas salidas imprudentes y atolondradas. Bajo palos también ha rescatado al Szczesny anterior a la jubilación. Se ha reactivado de tal manera que lleva 14 encuentros invicto (12 triunfos y dos empates) y ocho con la portería candada. En Lisboa, ocho paradas, varias muy meritorias. Tek, apodo que elude su “quebrantalenguas” apellido, ya convence incluso a su hijo, madridista confeso hasta que su padre dejó la Costa del Sol rumbo a Barcelona. En esta cascada de imprevistos del Barça puntúa muy alto Raphinha, que hace un curso pasaba por ser un futbolista deslustrado. Con Flick al mando, el canarinho ha dado un estirón extraordinario. Se exprime cada jornada como un limón, lo que no le resta clarividencia cuando ojea el gol: 25 tantos y 19 asistencias en lo que va de temporada, lo que supone haber intervenido en 44 de las 125 redes selladas por los azulgrana. Tan sospechoso era Raphinha como Lewandowski, debatido en muchos sectores por sus 36 años. Nada de edadismo. A estas alturas de la temporada ya ha mejorado sus registros como barcelonista. En aquel Barça que se daba por marchito, no faltaban los recelos con Pedri, un fijo de la enfermería, víctima de su aparente fragilidad muscular. Pero el nuevo Pedri es eterno, infatigable. Ante el Benfica nadie tuvo más recorrido (13,2 kilómetros) ni birló tantas pelotas (11). Szczesny, Raphinha, Lewandowski, Pedri… e Iñigo Martínez, que parecía ir para subalterno y ya transita por delante de Araujo. Pese a su victoriosa resistencia en Lisboa, el Barça no debería confiarse en la vuelta. Tanto en la primera fase como en la ida de octavos, el Benfica le ha atosigado mucho. Cuatro goles en el duelo todos contra todos y 26 remates en la cita con Cubarsí expulsado. Para desconfianza mutua la del Madrid y el Atlético, actores de un primer pulso más bien cobardica. Solo las ejecuciones de Rodrygo, Julián Álvarez y Brahim estuvieron a la altura de las expectativas. Unos y otros midieron los riesgos al milímetro, con la manta hasta las cejas. Ni la clásica y célebre tormenta europea de los madridistas, ni migas de ese cuadro colchonero con más destape que nunca en la era Simeone. Todo supeditado al Metropolitano. Para entonces cabe que Mbappé haya cambiado de odontólogo y el Cholo no haga otro trueque con Le Normand por Griezmann, cambio elocuente de lo que fue el derbi en la semana grande de Szczesny.
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