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Parana » Plazaweb
Fecha: 05/03/2025 14:20
La vicepresidenta Victoria Villarruel, en medio de una guerra fría con el Presidente, deberá afrontar dos batallas urgentes: los pliegos de los jueces y los aumentos de dieta. No pueden ni llevar adelante una sesión preparatoria La vicepresidenta Victoria Villarruel mantiene un áspero vínculo con el presidente Javier Milei, lo cual se ratificó en la Asamblea Legislativa del sábado, y poco margen para darle triunfos legislativos este año 2025. Marzo comenzará recargado con dos batallas urgentes que se asoman: el vencimiento del congelamiento de la dieta de los Senadores y los pliegos de los jueces de la Corte Suprema designados por decreto, y por ahora el Gobierno demostró que no puede ni llevar adelante una sesión preparatoria. TAMBIÉN PODÉS LEER: Ante un Congreso semivacío Milei anunció un acuerdo con el FMI La expulsión del senador Edgardo Kueider sigue teniendo repercusiones. El exlegislador, detenido en Paraguay por intentar cruzar la Triple Frontera con más de 200 mil dólares en la mochila, era un aliado clave para el oficialismo, que cuenta con solamente seis representantes en la Cámara alta. No solamente eso, sino que su salida implicó que la amplia oposición peronista sume otra banca, puesto que él había sido electo por la lista del Frente de Todos. De esta manera, el interbloque de 34 de Unión por la Patria quedó a tan solo tres senadores del quórum. Esto le subió el precio a los espacios “dialoguistas” que se volvieron necesarios para cualquier iniciativa que quiera llevar adelante el Gobierno: en la Unión Cívica Radical hay por lo menos tres senadores especialmente críticos del oficialismo: Martín Lousteau, Pablo Blanco y Maximiliano Abad. También pesa el rol de la amarilla Guadalupe Tagliaferri, quien de todos modos se ve más limitada en su accionar por las presiones de su partido; y el exlibertario Francisco Paoltroni, quien se convirtió prácticamente en un opositor del Gobierno. A ellos se suman los dos rebeldes de Santa Cruz: José María Carambia y Natalia Gadano, quienes están dispuestos a ir a por todo para hacer valer su rol en el Senado. Lo demostraron cuando fue el tratamiento de la Ley Bases, y ahora, sin Kueider -con un número todavía más ajustado-, lo volvieron hacer con el escándalo de la fallida sesión preparatoria del 24 de febrero. Pidieron el lugar que quiere dejar María Laura Izzo en la Secretaría Administrativa, una de las autoridades clave de la Cámara alta y que la vice pretendía darle a su asesor, Emilio Viramonte Olmos. También reclamaron impulsar su propia agenda de proyectos petroleros, sin éxito, por ahora. Villarruel tuvo conversaciones con Gadano pero siempre intentó mantener el recinto cerrado si no es por un interés del Ejecutivo. Así fue como la dupla de Claudio Vidal le boicoteó la sesión para renovar autoridades, que también fue posible debido al faltazo de UxP. Esto principalmente afectó a la vice y los radicales, interesados en consolidar sus lugares de jerarquía, pero el mensaje también fue directo para Javier Milei: los necesitan para cualquier proyecto que quieran impulsar en el Senado. Frente a este escenario es que se asentaron las bases para los nombramientos de los jueces de la Corte en comisión. Como contó este diario, el Gobierno quiso ir a sesión para tratar los pliegos en extraordinarias pero ni la oposición ni los dialoguistas colaboraron para dar quórum. Ahora, la amenaza es conseguir el tercio más uno que necesitan para rechazar los pliegos y dejar sin efecto los decretazos judiciales. El plan es viable para el juez Ariel Lijo, quien todavía no tomó juramento y está a la espera de que el máximo tribunal le conceda la licencia que aprobó el juzgado federal 4 de Comodoro Py, puesto que no apostó a renunciar a su cargo. El pliego del bonaerense tiene dictamen de comisión y, por lo tanto, con 25 votos en contra podrían voltearlo. Distinto el caso de Manuel Garcia Mansilla, quien ya fue reconocido por la Corte y, además, no tiene dictamen de comisión por lo que necesitarían dos tercios para habilitar su tratamiento y recién entonces podrían rechazarlo. Las interpretaciones abundan. Por un lado, algunos legisladores consideran que el Senado tiene la potestad de poner en discusión la necesidad de los dos tercios para emplazar la comisión y, además, insisten con que en el momento que los rechacen deberán dejar su puesto inmediatamente. Por otra parte, hay legisladores quienes coinciden con la línea de Casa Rosada: que una vez que ya han tomado juramento, deben permanecer hasta el vencimiento de su mandato ante la Corte. Esto es, hasta el 30 de noviembre. Villarruel deberá dar la batalla de frenar los rechazos de los pliegos, en cualquier caso, para evitar abrir ese debate. Mientras, la oposición contempla dictaminar a Mansilla y llevar ambos pliegos al senado para rechazarlos lo antes posible. Lo debe hacer con el PRO en contra, ya que el espacio amarillo tomó distancia de Milei con respecto de su elección de candidatos para integrar el máximo tribunal. Con todo, se suma que el 31 de marzo se vence el congelamiento de las dietas de los senadores. La vice consiguió prorrogar la resolución en diciembre, tras las presiones de Balcarce 50, gracias a que los bloques aliados colaboraron con pedidos escritos. En ese entonces, en Casa Rosada responsabilizaron a Villarruel: lo volverán a hacer si ella no consigue reunir el consenso para frenar otro aumento. Fuente: BAE Negocios
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