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  • La estabilidad de Milei tiene el boleto picado y, cuando termine, seremos más pobres

    Concordia » Diario Junio

    Fecha: 04/03/2025 23:17

    Para que el fiel de la balanza se mantenga en el centro, los pesos de los dos platos deben estar equilibrados. Más o menos así ocurre en economía: la relación entre la base monetaria y el valor del “dólar libre” funciona, en la economía del libre mercado, de forma parecida. Si hay mucho circulante, parte de este irá a la compra de dólares y su precio subirá por aquello de la oferta y la demanda. Si la base monetaria estuviera equitativamente distribuida entre la población, el teorema que hemos enunciado funcionaría amortiguado, porque la mayor parte del dinero iría al consumo interno, no a la especulación y la fuga, como ocurre en la actualidad. Cuando dos tercios de la base monetaria están en poder de usureros y especuladores, locales e internacionales, esta situación se torna explosiva, que es lo que está ocurriendo por estos días. El gobierno quiere mantener el precio del dólar quieto porque, si se mueve, esto se reflejará inmediatamente en los precios internos y las tarifas. Pero los tenedores de bonos y letras (ergo, las Fuerzas del Cielo) solo están dispuestos a mantenerse en pesos si de este modo ganan más que yéndose al dólar. Para esto, el gobierno les paga una tasa de interés, en pesos, que triplica el porcentaje de devaluación mensual de la moneda. Esto significa que están ganando el 2 % mensual en dólares, algo que no ocurre en ninguna otra parte del planeta. A pesar de esto, los menos de diez grupos que se quedan con los pesos al final del circuito económico, mes a mes van tomando posiciones en dólares y fugándolos, lo que marca mejor que nada la fragilidad del programa económico del gobierno. Hace meses que el Banco Central viene perdiendo divisas y hoy la situación es más que crítica. Ya no están los dólares del blanqueo ni tampoco los de la cosecha. Tampoco están los dólares del excedente positivo de la balanza comercial. Todo se lo fugan a un ritmo que crece sin pausa. La apuesta ahora es a un salvataje extraordinario del FMI, que incluso fue anunciado por Milei en su discurso en la Legislatura, pero esta suma, que debería ser de una magnitud excepcional, no termina de aparecer en las cuentas del Estado. ¿Por qué? Porque todos los operadores económicos, los analistas de cualquier signo político y los mismísimos funcionarios del organismo crediticio saben que en pocos meses desaparecerían del Banco Central por el mecanismo de la fuga de divisas, algo que inevitablemente ocurrirá cuando finalmente le tiren el salvavidas de plomo al programa libertario. Milei miente: dice que no emite, pero la base monetaria más que se duplicó en su primer año de gobierno Por las condiciones estructurales de la economía local, esta fenomenal emisión irremediablemente, más temprano que tarde, se volcará a la adquisición de divisas y, como consecuencia, a un aumento del nivel general de precios, con la consecuente caída del salario real y de los haberes jubilatorios. ¿Eso le preocupa al gobierno? Por supuesto que no. El programa de los libertarios está diseñado para eso: para sacarle a los pobres y transferírselo a los más ricos. En nuestro país, el porcentaje de la recaudación fiscal sobre el PIB ha caído varios puntos desde diciembre de 2024. Nunca los ricos en Argentina han pagado tan pocos impuestos en relación con sus activos y beneficios. Y la caída de los ingresos de los sectores populares, que irremediablemente vendrá luego de la inevitable devaluación, será ponderada por las autoridades actuales como un nuevo éxito del modelo. Las elecciones legislativas de octubre El consenso de Milei sigue en niveles que rondan el 50 %, pero la compulsa electoral del tercer trimestre no es a su persona. De cualquier manera, es razonable prever que la representación de los libertarios en el Parlamento aumentará, y esto es imprescindible para el gobierno porque necesita dar un baño de legitimidad legislativa a las políticas de destrucción del Estado y liquidación del patrimonio público que está ejecutando. El mecanismo de DNU que viene utilizando, a pesar incluso de la Ley de Bases que los radicales y el PRO le concedieron, es cuestionable jurídica y constitucionalmente hablando. Por eso aspira a tener, si no una mayoría, por lo menos una representación importante en la Legislatura. De cualquier manera, la fragilidad moral de los diputados y senadores dispuestos a negociar su adhesión siempre le permitirá un “plan B” a ejecutar con la Banelco. Mientras tanto, la única oposición que se percibe está fragmentada, desorganizada y sigue, por ahora, cooptada, como ocurre en Entre Ríos, por los mismos personajes cuyo repudio popular le dio el triunfo a la motosierra. Lo que sí se sabe es que, antes o después de las legislativas, la bicicleta financiera con el dólar se va a terminar y que las consecuencias serán devaluación, inflación y caída del salario y las jubilaciones; algo que parece inevitable. Aunque, en un país en el que el largo plazo se mide a partir de las 24 horas, todo puede ocurrir.

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