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» Diario Cordoba
Fecha: 04/03/2025 13:26
Casi todas las empresas, independientemente de su tamaño, necesitan comunicarse y mostrar sus productos -incluso si no son físicos, como los de un banco- a través de una web. Para una pyme, puede ser una inversión importante, sobre todo si los emprendedores carecen de los conocimientos necesarios. No suele ocurrir cuando los empresarios son jóvenes, acostumbrados al manejo de las tecnologías de la Quinta Revolución Industrial, pero los demás tal vez tengan que recurrir a proveedores externos. Más gastos y más tiempo de trabajo. La Inteligencia Artificial puede dar soluciones sencillas, rápidas y baratas, aunque no siempre serán la mejor opción. En el encuentro CordobIA Esteban Díaz, formador y experto en IA, ha mostrado cómo en apenas unos minutos algunas de las herramientas actuales de Inteligencia Artificial puede desarrollar una página web; sólo hay que decirle lo que queremos que haga, y el programa se encargará de lo demás. Si el resultado final no convence, "se puede seguir modificando la web solamente hablando con ella, usando el lenguaje natural", ha explicado Díaz. Trabajadores digitales Además, es posible crear lo que los expertos llaman "agentes", que en palabras de Díaz son "como un trabajador, puede hacer lo que le pidas". Seguramente no traerá el café -o igual sí-, pero puede realizar tareas como responder a correos electrónicos o realizar "investigaciones profundas", que requieren más tiempo de procesado porque "la IA no se queda con cualquier cosa". Seguramente la herramienta más conocida ahora es ChatGPT, seguida de la plataforma china DeepSeek. Pero hay muchas más, como ha detallado Díaz. Así, tenemos Gemini, la IA de Google "para trabajar con grandes cantidades de documentos"; Mixtral, de origen francés y que "está funcionando muy bien"; Perplexity, un buscador "potenciado con IA"; Gork de X -antes Twitter-, "supuestamente la más inteligente del mundo"; o Pi, "más emocional y que para desahogarte es la mejor". Los problemas de la IA Por supuesto, si todo se deja en manos de la IA, por muy inteligente que sea, puede haber problemas. Eduardo Luque, fundador de Enooby (una consultora informática y de IA), ha explicado que "cuando la IA no sabe algo, si no lo tiene claro, alucina. Se lo inventa". Por eso advierte de que "tenemos que automatizar pero ser conscientes de lo que estamos generando". Nunca está de más la supervisión humana. Las herramientas de IA usan enormes bases de datos para generar su "inteligencia", y después un algoritmo determina cómo ha de usarlos. Es aquí donde entran en juego los sesgos que aportan los programadores, que pueden ser de muchos tipos (de género, raza, nacionalidad...). Por ejemplo, se le puede pedir a la IA que tenga en cuenta la diversidad racial. Si después le reclamamos una ilustración de un soldado de la Alemania de Hitler, el programa responderá a nuestras órdenes... ¡con un nazi negro! Es un ejemplo real de los disparates que puede soltar una IA sin control ni vigilancia. En el futuro, Luque cree que habrá "una IA más técnica con nuevas regulaciones", lo que considera "un problemón porque va muy rápido y cuesta mucho hacerlo". Para entender la velocidad a la que van las cosas en esta Quinta Revolución Industrial, el consultor citó en las jornadas como ejemplo los 3,5 años que necesitó Netflix para llegar al millón de usuarios, toda una proeza. Pero es que Facebook hizo lo mismo en 10 meses. Y ChatGPT necesitó tan sólo cinco días. Al final, dijo Luque, tendremos que aceptar "un mundo en que humanos y máquinas terminemos conviviendo".
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