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  • La espeluznante historia de William Vahey, el maestro que drogaba y abusaba de sus alumnos mientras dormían

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 04/03/2025 08:32

    Durante cuatro décadas, William James Vahey fue un maestro ejemplar en escuelas de élite. Nadie imaginaba el secreto que escondía (FBI) William James Vahey nació en 1949 en Estados Unidos y desde joven mostró interés en la enseñanza. Hijo de un piloto condecorado de la Segunda Guerra Mundial, pasó su infancia en diferentes lugares debido a la profesión de su padre, lo que lo llevó a asistir a escuelas internacionales y a desarrollar un conocimiento profundo del sistema educativo global. Su carrera como docente comenzó en los años 70 y lo llevó a enseñar en colegios de élite en diversos países. Según el Daily Mail, sin embargo, detrás de su imagen de educador carismático y querido por alumnos y padres, escondía una doble vida: la de uno de los pedófilos más prolíficos que el FBI haya investigado. Según el Portland Press Herald, su historial delictivo se remonta a 1969, cuando fue arrestado en California por abusar de al menos ocho niños de entre siete y nueve años mientras trabajaba como asistente de maestro en Long Beach. Admirado por alumnos y colegas, William James Vahey viajaba por el mundo como educador. Pero detrás de su prestigio, había un oscuro patrón de abuso (FBI) Durante el proceso judicial, Vahey admitió haber comenzado a realizar estos abusos cuando tenía 14 años, en un campamento de Boy Scouts. Su condena fue sorprendentemente leve: 90 días de cárcel y cinco años de libertad condicional. Según documentos citados por The Guardian, el psiquiatra que lo evaluó lo describió como alguien con una “personalidad inadecuada”, pero no lo consideró un peligro para otros, permitiéndole continuar su carrera educativa. Aunque la ley lo obligaba a registrarse como delincuente sexual y actualizar su domicilio, las autoridades no hicieron seguimiento de su caso. En 1972, tras cumplir solo dos años de libertad condicional, se graduó en Ciencias Políticas en la Universidad Estatal de California y se trasladó a Irán para trabajar como profesor en la Tehran American School. Fue el primer destino de una carrera de más de 40 años en la enseñanza internacional. De acuerdo con el FBI, trabajó en al menos diez escuelas internacionales en ocho países diferentes, entre ellos Líbano, España, Grecia, Arabia Saudita, Indonesia, Venezuela, Reino Unido y Nicaragua. En 2014, una memoria USB robada reveló la verdad sobre William James Vahey. Lo que encontraron las autoridades fue aterrador Según Sky News, Vahey utilizó su carisma para ganarse la confianza de sus alumnos y de los padres, presentándose como un docente ejemplar. Caroline Corey, madre de dos de sus alumnos en Caracas, recordó en diálogo con Sky News: “Él también nos manipulaba a nosotros, los padres. Nos hacía sentir que era un héroe”. En cada una de las escuelas donde trabajó, utilizó la misma estrategia para acercarse a sus víctimas. Según The Guardian, se encargaba de organizar viajes escolares al extranjero, lo que le permitía aislar a ciertos estudiantes y reducir la supervisión de otros adultos. Durante estos viajes, drogaba a los niños con pastillas para dormir y los abusaba mientras estaban inconscientes. Un estudiante contó a Sky News, que Vahey organizaba “concursos” en los que premiaba a los niños con galletas y agua antes de dormir. “Después de comerlas, nos quedábamos dormidos sin darnos cuenta”, dijo una víctima entrevistada por el diario británico. Durante años, las advertencias sobre William James Vahey fueron ignoradas. Cuando finalmente lo descubrieron, ya era demasiado tarde (AP) La magnitud de sus crímenes salió a la luz en 2014, cuando una empleada doméstica en Nicaragua robó una memoria USB de su casa y la entregó a la American Nicaraguan School, donde trabajaba. Gloria Doll, la directora del colegio, encontró en la unidad digital imágenes de al menos 90 niños desnudos e inconscientes. De inmediato confrontó a Vahey, quien confesó: “Me abusaron de niño, por eso hago esto. Lo he estado haciendo toda mi vida”, según documentos del FBI. Increíblemente, a pesar de esta confesión, Vahey no fue arrestado. Doll lo despidió y notificó a la embajada de Estados Unidos en Managua, pero las autoridades estadounidenses no actuaron de inmediato. Vahey tomó un vuelo a Miami, donde un agente del FBI lo esperaba en el aeropuerto, pero sin una orden de arresto en su contra, no pudo detenerlo. “Estos casos toman tiempo”, explicó el agente especial Carlos Barrón a Univisión, justificando la falta de acción en ese momento. Desde Miami, Vahey voló a Atlanta y luego viajó a Minnesota, donde su madre vivía en una residencia de ancianos. Organizó decenas de viajes escolares, supervisó a cientos de niños y nunca levantó sospechas. Hasta que alguien revisó sus archivos personales (FBI) Sabía que la investigación avanzaba y, el 21 de marzo de 2014, reservó una habitación en un hotel económico en la ciudad de Luverne. Según The Guardian, compró un cuchillo de cocina, tomó varias pastillas y se sumergió en la bañera, donde se apuñaló en el pecho. Fue encontrado muerto a la mañana siguiente. Tres semanas después de su muerte, el 22 de abril de 2014, el FBI emitió un comunicado en el que lo calificaba como “uno de los pedófilos más prolíficos que hemos investigado”. La noticia sacudió a la comunidad de escuelas internacionales y expuso fallos en la contratación y supervisión de docentes. Según el Daily Mail, la Southbank International School en Londres, donde Vahey había enseñado entre 2009 y 2013, ignoró advertencias de otros maestros sobre su comportamiento. Una revisión independiente dirigida por el abogado Hugh Davies concluyó que la escuela cometió errores graves al no investigar correctamente sus antecedentes. Un maestro respetado, una carrera intachable y un crimen que nadie quiso ver. La historia de William James Vahey expone fallas devastadoras en la educación internacional (FBI) El informe del FBI, citado por AP, indicó que cientos de personas en todo el mundo se pusieron en contacto con la agencia tras la revelación del caso, ya sea para brindar información o para reportarse como posibles víctimas. Vahey abusó de niños en cuatro continentes sin ser detenido, y su nombre nunca apareció en listas de agresores sexuales porque no actualizó su registro en Estados Unidos. Según Portland Press Herald, al menos dos veces durante su carrera, niños bajo su cuidado en viajes escolares fueron hospitalizados tras desmayarse repentinamente, pero nunca se investigó su rol en estos incidentes. En Venezuela, dos alumnos perdieron el conocimiento en su habitación de hotel durante un viaje deportivo. Se realizó un examen de toxicología, pero no se encontraron rastros de sustancias, lo que llevó a las autoridades escolares a atribuirlo a una falla en el sistema de aire acondicionado. La magnitud del encubrimiento de sus crímenes se hizo evidente con el paso de los meses. A medida que las escuelas investigaban, se descubrió que hubo múltiples señales de advertencia que fueron ignoradas. Pasó de una escuela a otra sin obstáculos, pese a su historial criminal. Así logró William James Vahey evadir la justicia durante 40 años (FBI) En la Jakarta International School, un estudiante había reportado a su madre que después de una pijamada en casa de Vahey despertó con ropa diferente a la que llevaba al acostarse. La madre llevó la denuncia a la administración de la escuela, pero según Portland Press Herald, la dirección escolar no tomó medidas porque “no había pruebas concretas”. En una reunión privada, Vahey convenció a los administradores de que era una acusación infundada y logró que todo se olvidara. Otro caso documentado por Daily Mail ocurrió en 1996, cuando llevó a un grupo de estudiantes de excursión a una zona remota en Indonesia. Un profesor acompañante notó que Vahey insistía en dormir en el mismo lugar que los niños, a pesar de que los maestros tenían asignadas sus propias carpas. Cuando los estudiantes regresaron al colegio, algunos comentaron que se sintieron mareados durante la noche, pero no le dieron mayor importancia. Un maestro reportó el incidente a la administración escolar, pero no hubo ninguna acción disciplinaria. La impunidad con la que operaba se debía, en gran parte, a su influencia dentro del circuito de escuelas internacionales. Su esposa, Jean Vahey, ocupó altos cargos en la dirección de varias instituciones educativas y llegó a ser la directora ejecutiva del European Council of International Schools. Según The Guardian, esto le daba una ventaja sobre otros docentes: nadie quería desafiarlo porque su esposa tenía conexiones y podía influir en decisiones de contratación y despidos. Un colega en la escuela de Londres recordó que cuando Vahey recibió una evaluación negativa, amenazó con usar la influencia de Jean para afectar la carrera del supervisor que lo evaluó. Las fallas en los sistemas de verificación de antecedentes fueron otro factor clave. De acuerdo con la BBC, muchas escuelas solo solicitaban un certificado de antecedentes penales del último país donde había trabajado el candidato, lo que le permitió a Vahey moverse sin problemas.

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