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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 04/03/2025 02:58
El envejecimiento cerebral comienza mucho antes de que sus efectos sean evidentes, con cambios en la memoria, la toma de decisiones y la calidad de vida (Imagen ilustrativa Infobae) El envejecimiento es un camino inevitable que comienza desde mucho antes de que se puedan percibir de manera evidente sus efectos, ya que se manifiesta a través de una multitud de transformaciones fisiológicas y cognitivas. Si bien a los factores más ligados a la estética o a las capacidades motoras, cardiovasculares y otras, se les presta mayor atención; los cambios en la función y estructura del cerebro, aunque más difíciles de percibir en etapas iniciales, son particularmente significativos, ya que influyen en la memoria, la toma de decisiones y la calidad de vida en general. Comprender los factores que incrementan ese proceso de envejecimiento es vital para el bienestar y la calidad de vida. Uno de estos factores centrales en el envejecimiento del sistema nervioso es el consumo de alcohol en sus diferentes formas. Las secuelas del mismo en etapas avanzadas y crónicas de consumo son conocidas desde hace mucho y son un clásico de la medicina, en enfermedades como la cirrosis hepática, con sus secuelas metabólicas, y consecuentemente en el sistema nervioso o la demencia de Wernicke Korsakoff. Sin embargo, en los últimos años ha comenzado a prestarse mayor atención a los cuadros menos avanzados, con un enfoque en la prevención, lo que ha impulsado numerosas investigaciones. En este sentido, estudios sobre el consumo moderado de alcohol, por debajo de los niveles considerados excesivos y no tan prolongado en el tiempo, han revelado su intervención directa en el proceso de envejecimiento cerebral, mucho antes, incluso, de llegar a los cuadros terminales. La demencia alcohólica es una de las consecuencias del consumo crónico, con impacto en la memoria, la planificación y la estabilidad emocional (Imagen Ilustrativa Infobae) Así envejece el cerebro De manera natural, y aun sin factores patológicos y/o tóxicos asociados, a medida que envejecemos, el cerebro experimenta diversos cambios estructurales y funcionales. La pérdida neuronal, la reducción de la densidad sináptica y las alteraciones a diferentes niveles en los neurotransmisores, contribuyen a una alteración paulatina, progresiva y a veces irreversible de las capacidades cognitivas. Estos cambios se manifiestan, por ejemplo, en un procesamiento de la información más lento, como olvidos parciales o lapsos de memoria y en particular a una menor habilidad para resolver problemas (a veces citado como problem-solving skills). Aunque estas alteraciones en cierto grado forman parte del proceso natural de envejecimiento normal, su progresión y gravedad pueden verse influenciadas por predisposiciones genéticas, pero también por elecciones de estilo de vida, factores ambientales y consumos problemáticos, aun cuando parezcan banales y aceptados como puede ser el consumo social de alcohol. ¿Cómo impacta el alcohol en la salud neurológica? La pérdida neuronal y la reducción de la densidad sináptica alteran las capacidades cognitivas a medida que avanza el envejecimiento cerebral producido por el alcohol (Imagen Ilustrativa Infobae) El alcohol, una sustancia psicoactiva de consumo generalizado, ejerce efectos profundos sobre el sistema nervioso central. Su impacto en el cerebro varía según la cantidad, el tipo de bebida consumida y la duración del consumo: Consumo moderado. Este es un punto controversial, ya que algunos estudios sugieren que una ingesta ligera o moderada de alcohol podría tener un efecto protector contra el deterioro cognitivo o la función cardiovascular, por citar algunos ejemplos. Así, algunas investigaciones indican que el consumo moderado de alcohol en adultos mayores se asocia con una mejor función cognitiva y bienestar en comparación con la abstinencia. Sin embargo, estos hallazgos no son universalmente aceptados y los posibles beneficios deben sopesarse frente a los riesgos conocidos. Otros trabajos postulan que aun una sola medida de alcohol diario estaría relacionado con disminución del tamaño del encéfalo en diferentes regiones. Consumo excesivo. El consumo crónico y excesivo de alcohol está inequívocamente vinculado a efectos neurológicos adversos, incluso terminales, como la demencia alcohólica. El abuso prolongado, en tanto, puede provocar lesiones cerebrales significativas, incluyendo reducciones en los volúmenes de sustancia gris y blanca. Este daño neuronal se asocia con déficits cognitivos que van desde deterioros leves hasta condiciones graves, como la demencia relacionada con el alcohol. Los El consumo crónico y excesivo de alcohol está inequívocamente vinculado a efectos neurológicos adversos, incluso terminales, como la. El abuso prolongado, en tanto, puede provocar lesiones cerebrales significativas, incluyendo reducciones en los volúmenes de sustancia gris y blanca. Este daño neuronal se asocia con déficits cognitivos que van desde deterioros leves hasta condiciones graves, como la demencia relacionada con el alcohol. Los efectos neurotóxicos del alcohol se ven agravados por deficiencias nutricionales, especialmente de tiamina (vitamina B1), una carencia frecuente en personas con este consumo problemático. Qué es la demencia alcohólica Estudios sugieren que incluso una sola medida diaria de alcohol podría estar relacionada con la reducción del tamaño de ciertas regiones cerebrales (Imagen Ilustrativa Infobae) La demencia relacionada con el alcohol sirve como modelo, quizás extremo, pero útil para para entender lo que significaría un envejecimiento patológico. Abarca un espectro de trastornos cognitivos derivados del consumo excesivo y prolongado de alcohol. Una de las características es el deterioro de la memoria y las personas afectadas pueden experimentar dificultades significativas para formar nuevos recuerdos o recordar eventos recientes. También es frecuente encontrar una alteración en las funciones ejecutivas (como vimos en la nota: Cuáles son las múltiples funciones del cerebro y cómo fortalecer la salud neurológica), que son la dificultad para planificar, organizar y llevar a cabo tareas, situación que afecta la vida cotidiana. Por último, también se presentan cambios emocionales y de comportamiento, como alteraciones en el estado de ánimo, irritabilidad y cambios en la personalidad, lo que impacta las relaciones sociales. La fisiopatología de la demencia relacionada con el alcohol implica efectos neurotóxicos directos, como así también indirectos, como son las alteraciones metabólicas y las deficiencias nutricionales. El envejecimiento cerebral está influenciado por factores genéticos, pero también por elecciones de estilo de vida y consumos problemáticos (Imagen Ilustrativa Infobae) Estas patologías o consecuencias graves, que pueden parecer lejanas, señalan, sin embargo, el camino del envejecimiento neuronal, y al igual que todo los procesos degenerativos, las secuelas no empezaron al exteriorizarse de manera evidente, sino que mucho antes. Por otro lado, el alcohol estaría íntimamente relacionado con procesos inflamatorios en el sistema nervioso, lo que produciría el envejecimiento prematuro de otros sistemas. Es por eso que dado el riesgo potencial que implica el consumo de alcohol, especialmente en adultos mayores, la moderación es clave. Las recomendaciones sanitarias suelen sugerir limitar la ingesta de alcohol para reducir el riesgo de deterioro cognitivo y otros problemas de salud. Para quienes eligen consumir alcohol, adherirse a los límites recomendados y garantizar una nutrición adecuada pueden ayudar a mitigar algunos de los riesgos asociados. Para otros no hay medida de alcohol segura y se propende a la abstinencia completa. En este sentido, se está acumulando cada vez más evidencia, especialmente cuando el objetivo es no solo evitar patologías graves, sino también retrasar los procesos de envejecimiento neuronal. Investigaciones recientes analizan cómo el alcohol contribuye al envejecimiento prematuro del cerebro sin necesidad de consumos excesivos (Imagen Ilustrativa Infobae) La interacción entre el envejecimiento, el deterioro cognitivo y el consumo de alcohol es compleja y multifacética. Si bien la ingesta moderada podría ofrecer ciertos beneficios cognitivos, el consumo excesivo es claramente perjudicial para la salud cerebral. A medida que la población mundial continúa envejeciendo, es fundamental promover la concientización sobre cómo las elecciones de estilo de vida, incluido el consumo de alcohol, influyen en el envejecimiento cognitivo. Si bien el alcohol no es un factor único, debe asociarse con otras medidas para retrasar el envejecimiento del sistema nervioso. En caso de duda, la mejor opción elección puede ser eliminar completamente su consumo y, como está ocurriendo progresivamente en la industria, buscar alternativas más saludables que lo reemplacen. * El doctor Enrique De Rosa Alabaster se especializa en temas de salud mental. Es médico psiquiatra, neurólogo, sexólogo y médico legista
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