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» Diario Cordoba
Fecha: 03/03/2025 10:51
“Esta persona entró con violencia, estuvo pegándole a mi madre, la tiró a la cama y la violó. Ella intentó gritar, le decía: ‘Déjame, quítate de encima que puedo ser tu abuela”. “Se defendió lo que pudo, hasta que él le tapó la boca y ahí perdió la noción de lo que estaba pasando”. Es el desgarrador testimonio de la hija de la mujer de 87 años a la que un desconocido asaltó en su domicilio de Valencia para agredirla sexualmente en septiembre de 2017. Por desgracia, la víctima falleció a los 94 años el pasado verano antes de que pudiera enjuiciarse a su presunto agresor. La declaración de la hija como testigo de referencia -narrando lo que en su día le contó su madre- cobra ahora mayor importancia después de que la defensa tratara de invalidar en el juicio, celebrado ahora en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Valencia, el testimonio de la anciana como prueba preconstituida, al no estar presente ningún abogado en representación del acusado (en ese momento la causa no se dirigía contra nadie en concreto). El presunto violador, de 47 años, fue detenido en junio del pasado año en una localidad francesa. La Policía Nacional lo había identificado mucho tiempo atrás gracias al ADN hallado en la vivienda e incluso en la ropa interior de la anciana, y se dictó una orden europea de detención. Previamente, una mochila con algunos de sus efectos personales, que el asaltante se dejó olvidada sobre la cama en la que había forzado a su víctima, permitió centrar las pesquisas en este sospechoso en concreto. El acusado se enfrenta a una petición de pena de ocho años y once meses de cárcel por los delitos de lesiones y agresión sexual con penetración en grado de tentativa. La Fiscalía califica como tentativa la violación ya que la anciana en su declaración no quiso reconocer el acceso carnal, pese a que así se lo contó en su día a su hija y los forenses hallaron lesiones en su zona vaginal. “Ella quería pensar que no la habían violado, nunca más volvió a hablar sobre ello”, explica su hija. “Psicológicamente nunca se recuperó, ya no volvió a ser la misma persona desde ese día”. Agresor sexual reincidente El procesado, que ya fue condenado en 2009 a ocho años de cárcel por otra agresión sexual y robo con violencia, negó en el juicio haber asaltado la vivienda de la anciana y haberla violado el 6 de septiembre de 2017. Según sostiene, en esas fechas no se encontraba en el país, ya que estaba trabajando en Francia, aunque no ha podido aportar ningún documento o fotografía que acredite que estuviera en el país galo. Para tratar de justificar la presencia de su supuesta mochila en la vivienda de la víctima, el presunto agresor alegó que le habían robado un macuto donde tenía su ropa, auriculares, y otros efectos personales. Aunque reconoce que no denunció dicha sustracción. Para el ADN hallado en la ropa interior de la anciana no tiene explicación, que “la policía la puso ahí”. Un vecino que le abrió la puerta esa tarde al asaltante, a quien incluso tiró de su casa instantes antes de que este subiera al piso de la octogenaria, no fue capaz de reconocer al acusado en la vista oral, aunque sí lo identificó durante la instrucción. La mochila que les llevó hasta el sospechoso Agentes de la UFAM de la Policía Nacional pudieron centrar la investigación en el ahora acusado gracias a una mochila que encontraron en la vivienda. En la misma había entre otros efectos un llavero, un cortauñas y tabaco de liar. Además portaba un lema que tras varias indagaciones los llevó hasta un establecimiento de la Ribera Alta, que había repartido varias de estas mochilas con motivo de su aniversario. Así llegaron hasta un sacerdote de Beneixida que albergaba a personas inmigrantes -principalmente senegaleses, de Mali y de Costa de Marfil-. Tras entrevistarse los investigadores con el cura, este les apuntó el nombre de una de las personas acogida que fumaba tabaco de liar, cuya descripción coincidía con la dada por los testigos. Curiosamente, el sospechoso abandonó el albergue tras las indagaciones de la policía con el sacerdote. El acusado ya había sido condenado a ocho años de cárcel por otra agresión sexual y robo con violencia Posteriormente, los investigadores rastreando sus redes sociales observaron que en una fotografía, realizada un año antes de la violación, el principal sospechoso salía con unas llaves idénticas al llavero hallado en la casa de su víctima. "Nunca volvió a ser la misma" Pese a que el reconocimiento fotográfico resultó negativo y la anciana no pudo identificarlo, los resultados del ADN sí que correspondían con el perfil genético del ahora enjuiciado. La defensa se ampara en que también se encontró ADN de una segunda persona sin identificar. María Antonia quiere que su testimonio sirva para que se haga finalmente justicia y esta persona no pueda volver a causarle un trauma así a nadie más. A su madre la describe como una persona muy alegre y vital, “le gustaba mucho ir a la peluquería, pintarse las uñas y arreglarse”, además iba a la universidad de mayores. Pero desde que sufrió la brutal agresión “empezó a decaer, tomaba pastillas para la depresión, y había días que no levantaba cabeza, no volvió a ser la misma persona”.
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