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» Diario Cordoba
Fecha: 03/03/2025 10:46
Cualquiera que haya seguido su trayectoria sabrá que Ruth Lorenzo (Murcia, 1982) tiene alma rockera. De hecho, así empezó su carrera musical –antes de saltar a la fama con su participación en el programa The X Factor y de su aventura eurovisiva–, y aunque las "circunstancias (y la industria)" le hayan llevado en los últimos años por caminos de carácter más pop, con frecuencia ha dejado ver ese "pellejo negro" del que, en realidad, siempre ha alardeado, aunque fuera puntual y tímidamente. Pero eso se acabó. La de Las Torres ha decidido no volver a dejarse pastorear, abandonar el rebaño y marcar su propio rumbo: "Creo que me ha llegado el momento de disfrutar", dice. Y por eso ha formado una nueva banda y desarrollado junto a ella un proyecto que ha bautizado, por supuesto, Blacksheep, y en el que, como en esta entrevista, habla claro y sin tapujos; en el que celebra esas "diferencias" que durante algún tiempo ha intentado "camuflar". El disco, que ya está grabado, no verá la luz hasta el próximo otoño, pero este jueves lo presentan –tras el pequeño adelanto que ofrecieron en el Benidorm Fest– en casa, en Garaje Beat Club (21.30 horas), en la que es la primera fecha de una gira que se prevé intensa y casi que de otro tiempo (de uno en el que el streaming no controlaba a los artistas). Por cierto, se llaman Ruth (a secas), y van a por todas: "Ya no hay vuelta atrás". ¡No para, Ruth! Hace cuatro días estaba presentando el Benidorm Fest y ahora está ya a tope con Blacksheep. ¿Cómo está? Muy bien. Estoy contenta y con muchas ganas de que llegue el día del showcase. Es que este es un proyecto que llevamos desarrollando desde hace casi dos años, así que imagínate: deseando que la gente descubra en lo que hemos estado trabajando. "He llegado a la conclusión de que no necesito encajar, de que tengo que apostar por mí" Enseguida vamos con eso, por supuesto. Pero no puedo dejar de preguntarle por esa experiencia ‘preeurovisiva’, que seguro que usted, muy particularmente, vivió con suma intensidad y recuerdos a flor de piel. Además, estuvimos cerca de volver a tener a una murciana representando a España en el gran festival de la canción... Sí. Para mí, la de Kuve era una de las mejores propuestas de la final. Además, estuvo estupenda, aunque tampoco me sorprendió que así fuera porque es una curranta y una artista supercompleta. Me hizo sentir muy orgullosa, en especial porque tengo la suerte de poder considerarla como una amiga dentro de la industria, y cuando a una amiga le van bien las cosas tú solo puedes alegrarte. Y se lo merece, ¿sabes? Lleva mucho tiempo trabajando en un género muy complejo como es el electropop y es genial que esté pudiendo recoger los frutos de todo ese esfuerzo. Pero bueno, el Benidorm Fest es agua pasada; ahora a lo que estamos es a Blacksheep y a Ruth, a secas. Porque esta vez no se presenta como cantante solista, sino como vocalista de una banda... Cuénteme el porqué de este cambio de rumbo (y de registro). Te escucho decirlo y me da vértigo... [Risas]. ¿Sabes por qué? Porque esto es lo que siempre he querido hacer desde el principio de mi carrera. De hecho, cuando empecé en Inglaterra lo hice así, como cantante de un banda de rock. Pero, por circunstancias de la vida (y de la industria), acabé representando a España en Eurovisión con una propuesta mucho más pop y..., bueno, se me quedó esa espinita clavada, ¿sabes? Quiero decir: aquello no era lo que yo quería hacer. El tema es que, como músico –como intérprete y como compositora–, soy capaz de tocar muchos palos, y todos los caminos me llevaban por ahí... Pero, al final, la cabra tira al monte, y ahora se me va a ver el pellejo negro que siempre he tenido. ¿Tiene esto algo que ver con su reciente independencia? Sí, claro. He ido pasado de sellos muy grandes a otros más pequeños y ahora soy simplemente yo, montándomelo por mi cuenta. Y en parte es porque he llegado a la conclusión de que no necesito encajar en ningún lugar, de que lo que tengo que hacer es apostar por lo que a mí me hace disfrutar como artista. ¿Y qué es? Pues, por ejemplo, componer con una banda; es decir: juntos. Creo que cuando estás en el local con tus compañeros pasan cosas, como que estás dentro de una suerte de red de creación y solo tienes que dejar que tu mente fluya e intentar captar eso que hay en el ambiente. Y así lo hemos hecho esta vez, y ha sido una pasada. Como también lo ha sido grabar este álbum en directo. "Por circunstancias, a lo largo de mi carrera he intentado camuflar mis diferencias, y ahí perdí mi identidad" Esa es otra de las claves de Blacksheep: que no han grabado por separado, sino todos juntos, a la antigua usanza, buscando, supongo, ese plus de intensidad del directo. Eso es. Es que, de la otra manera... los temas se mueren. O así lo siento yo. Por eso decidimos grabar en cinta analógica y todos en directo, y nos fuimos a los estudios de Peter Gabriel [Real World], en Reino Unido, con Rafa Sardina, uno de los ingenieros más top que hay, no solo en España, sino en el panorama musical internacional. Pero es que necesitaba que este disco fuera... salvaje. ¿Y lo ha conseguido? Tengo la sensación de que sí, porque le veo contenta... Sí. Es que..., de verdad, así dicho igual parece exagerado, o como que no hay tanta diferencia, pero cuando comparábamos unas pistas con otras... Porque, por precaución, todo se grabó simultáneamente en Pro Tools [digitalmente], y cuando salíamos a escuchar una toma cualquiera y Rafa nos ponía esta y la de la cinta analógica te juro que flipábamos con la diferencia. Y, además..., nos metimos mucha caña. En total hicimos unas 160 tomas; Sergio [Bernal, batería] acabó con las manos vendadas con cinta americana porque se le abrieron todos los callos de la mano. Fue una pasada. Antes ha dicho una cosa que me ha llamado la atención: lo de que tenía una espinita clavada, lo de que en realidad lo que siempre ha querido es tener una banda de rock. ¿Por ahí va un poco eso de ‘blacksheep’? Rollo: «A mí me da igual lo que me diga la industria, voy a hacer lo que me dé la gana; me salgo del camino marcado». Mira, esto nos pilló a todos [a toda la banda] en un momento de cambio. Yo, por circunstancias, he intentado camuflar mis diferencias y adaptarme al rebaño, por así decirlo; e intentado no destacar para así ser incluida, y ahí perdí mi identidad. Aunque la gente que me conoce de verdad sabe cómo soy. De hecho, me dicen: «Ahora sí, por fin estás haciendo lo que tenías que hacer». Y es verdad, porque con el tiempo me he dado cuenta de que, en realidad, eso que te hace diferente es lo que te puede abrir un camino. Y se le nota feliz con ello. Estoy feliz, tío. Estoy cantando sin preocuparme, sin darle vueltas a qué pensará la gente, sin detenerme en los comentarios. Y estoy orgullosa del trabajo que hemos hecho. No reniego de nada de lo que he publicado anteriormente porque siempre he trabajo con gente que respeto profundamente y con la que he buscado ofrecer la mayor calidad posible, pero..., eso, la cabra tira al monte. Al final, lo de haber colaborado con Jeff Beck no es porque sí, ¿sabes? Desde luego. Y, hablando de otros músicos..., su nueva banda es casi íntegramente murciana –con algún ilustre en nómina, incluso–, y aunque el proyecto tiene vocación internacional, ofrecerán su primer concierto en casa. Vamos, que no se olvida de su tierra. Mira, yo tengo un lema: ‘From Murcia to the World’ [Risas], voy a hacer hasta camisetas con él. Pero es que... ¿para qué me voy a ir fuera a buscar a los músicos si aquí tenemos talento a raudales? De hecho, ahora mismo, las mejores bandas de rock del panorama nacional son de la Región... Y, además, me pasa una cosa: yo he vivido mucho tiempo fuera de España y luego estuve seis años en Barcelona, y llega un momento en el que la gran ciudad no te deja escucharte. Por suerte, la música que yo llevo dentro es más fuerte que todo eso y me decía que tenía que volver a casa por el camino de baldosas amarillas, como Dorothy [de El mago de Oz]. Bien, pues cuénteme quién le acompaña en esta nueva aventura. Son todos murcianos menos David [Lozano], que es valenciano; pero vamos, que se pasa la vida en Murcia. Y todo nos hemos alimentado de cosas similares. A Sergio ya te lo he mencionado: tiene un toque muy especial a la batería. Luego tenemos a Nando [Robles], que para mí ha sido un descubrimiento, porque piensa en el bajo de una manera muy diferente; de hecho, muchos de los arreglos del disco que se salen fuera de lo común son suyos. Y de los teclados se encarga Ricardo [Ruiz], que tiene ese rollo sententero que buscaba. Por último, el guitarrista es David; el único, porque tenía claro que solo quería uno. Eso sí: quería uno que pisara el mástil como él lo hace, que tiene una mano fortísima que hace que los riffs suenen como un mastodonte. Alguno pensará que hay doblajes en el disco, pero no: suena así de potente porque este tío es un T-Rex. Y con ellos se presenta el jueves en Garaje Beat Club. Y lo hace de una manera un poco peculiar: sin el disco todavía en la calle, porque Blacksheep ni siquiera tiene aún fecha oficial de lanzamiento. Es que eso es algo de la industria que me molesta un poco. Porque tú ahora mismo sacas un disco y esas canciones a los dos meses han muerto porque ya no están en las playlists. Estamos tan atrapados por el streaming que nos cuesta mucho hacer que la música tenga la relevancia que creo que merece. Así que nosotros hemos querido rebelarnos contra la norma y hacerlo como se hacía antaño: tocando el disco antes de su lanzamiento, que será entre octubre y noviembre. Además, creo que este es un álbum, no para escucharlo, sino para vivirlo. Ruth, hemos hablado de la música, pero no de las letras. Aunque supongo que van a estar muy relacionadas con esa suerte de autoreivindicación que comentábamos... Son letras que van de frente, sin tapujos. Este disco es el viaje de una persona que siente que no encaja y que está sola. Pero, ¿qué descubre en esa soledad? Que hay más gente como él; gente que también es diferente. Entonces, es un álbum en el que hay momentos de duda, de confrontación con uno mismo, de aceptación y, por último, de celebración. ¿Le preocupa que sus seguidores encuentren en Blacksheep algo muy distinto a lo que están acostumbrados? Lo curioso de todo esto es que mis seguidores de siempre saben de dónde vengo, conocen esta faceta. Te diré que incluso me preguntaban a menudo cuándo iba a volver a esto, que no deja de ser lo que en realidad llevo dentro, lo que siempre he querido hacer. Y..., bueno, al que no le guste, pues... dos tazas. ¿Y si hablamos del público en general? ¿Las guitarras no se habían pasado de moda? Yo creo que nos estamos confundiendo un poco con eso de que el rock está muerto y de que la gente ahora solo escucha música urbana. ¿Le preguntamos a Antonio, de Arde Bogotá, qué opina al respecto? Porque seguramente nos diga que el rock está muy pero que muy vivo. Y a nivel internacional tenemos algunos ejemplos como el de Miley Cyrus, que ha reconstruido su carrera haciendo versiones de temas muy guitarreros. Así que quizá, para algunos, esté dormido, pero este género nunca morirá; ha marcado una época y a demasiada gente como para enterrarla... "Hoy me llaman para cantar en algún sitio y me piden temas viejos y digo: 'Joder, es que no me apetece nada'" Le quería preguntar, para finalizar, si este es un proyecto puntual, si es un inciso en su carrera en solitario o si tiene visos de continuidad. Pero, viendo lo ilusionada que está con Blacksheep, creo que tengo clara la respuesta... Ya no hay vuelta atrás. Es curioso, porque a lo mejor me llaman para cantar en algún sitio y me piden temas viejos y digo: "Joder, es que no me apetece nada esto ahora", ¿sabes? Así que..., si bien no se puede saber lo que pasará en el futuro, tengo claro que lo que hay ahora es esto. Sobre todo porque es la música que quiero hacer, la que me hace feliz. He tomado la determinación de que no voy a volver a subirme a un escenario a defender algo que no me llene completamente, aunque lo pueda hacer muy bien y se venda mejor. Creo que me ha llegado el momento de disfrutar.
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