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  • El peligro de la procesionaria

    » Diario Cordoba

    Fecha: 03/03/2025 10:45

    La llegada cada vez más temprana de las temperaturas primaverales hará, de nuevo este año, que la presencia de la oruga procesionaria se adelante y suponga una amenaza para las mascotas de los cordobeses. Zonas donde hay más existencia de pinos son en las que la presencia de la thaumetopea pitycampa, llamada también, precisamente, oruga del pino, se verá caer o descender de las ramas al suelo y deambular por zonas urbanas, siempre en fila india y a modo de procesión (de ahí su otro nombre) hasta conseguir enterrarse en el suelo. En algunas zonas de Córdoba, donde los pinos no han sido tratados, estos ya están repletos de las bolsas que protegen y aíslan del frío a la oruga, según informa la veterinaria María Teresa Jiménez, vocal del Colegio de Veterinarios de Córdoba. El desarrollo de la procesionaria está claramente ligado a la temperatura: en localidades frías las orugas nacen durante el mes de agosto y se entierran entre marzo y abril; en localidades cálidas nacen durante los meses de septiembre y octubre y comienzan a enterrarse en febrero y marzo, según la Consejería de Medio Ambiente. En este sentido, Jiménez asegura que las altas temperaturas para la época del año volverán a hacer que se adelante su caída de las ramas más altas, lo que ya está ocurriendo y podría incrementarse apenas acaben las próximas lluvias y suban las temperaturas. El pasado mes de noviembre se aplicó un tratamiento en la zona de Cardeña y Montoro para tratar el pino con insecticida biológico, un trabajo que se ha hecho en esa zona con más premura que en Los Villares y otros parques periurbanos donde hay presencia porque se prevía que esos lugares iban a estar más afectados. Este año en muy pocas clínicas veterinarias ha habido ya consultas por perros afectados por este insecto, que supone un peligro importante para la salud de las mascotas. Los pelillos característicos de esta oruga (que son como diminutas flechas) son lanzados al aire cuando algo las molesta o perturba. Leve en humanos, hasta mortal en mascotas Mientras la reacción en humanos puede ser solo leve porque no suele haber contacto directo con la oruga, sino que suele ser por el efecto del viento y aire, que mueven las púas de la oruga y, en personas asmáticas, por ejemplo, pueden producir sintomatología respiratoria, en perros y otras mascotas puede ser más complicado. Pueden producir desde una sintomatología leve, si el contacto con el insecto es mínimo, lo que puede suponer un poco de inflamación, eritema o picor, pero si el contacto es mayor, a través del olfato o por intentar morderlas, los animales pueden incluso requerir quedarse ingresados. «Esos pueden tener problemas serios, como una reacción local por las púas y su sustancia tóxica cuando se pone en contacto con la mucosa, lo que puede generar inflamación de toda la mucuosa gingival y la lengua», explica la veterinaria. El grado de afectación, agrega, depende de la cantidad de contacto, y si es muy importante puede afectar la laringe o el esófago del animal y que no pueda tolerar la comida por vía oral, sino que haya habido que nutrirlo por sonda. En casos muy graves puede ser mortal. Si los dueños de la mascota consideran que el contacto ha sido importante, lo primero que la veterinaria recomienda hacer es llamar el servicio de urgencias y atender al animal afectado lo antes posible. Una vez con el veterinario, el profesional lo primero que hace es someterlo a una leve sedación para poder evaluar bien las mucosas y comprobar el estado de la lengua, porque el animal llega con mucho dolor. Seguidamente hay que lavar toda la zona de la cavidad bucal, intentar retirar los restos de púas, desinfectar y aplicar la medicación correspondiente para evitar el edema. La medicación inicial suele ser un corticoide por vía intravenosa, aunque en función de la sintomatología que presente también puede necesitar el animal protectores de la mucosa gástrica y analgesia. Afortunadamente, agrega Jiménez, los tutores de estas mascotas están cada vez más concienciados y acuden antes al veterinario. Además, agrega que la gente suele confundir a la oruga del prado, que no es tóxica, con la procesionaria. La oruga del prado está en la hierba y no va en fila india, es negra con tonos rojizos, mientras la procesionaria tiene púas más blancas. En Andalucía existe el Plan de Lucha Integrada contra la Procesionaria desde 1991 que ha permitido conocer su evolución y facilitar su control «respetando al máximo el medio ambiente» realizando «el menor número de actuaciones» y solo donde sea estrictamente necesario y con las técnicas más específicas posibles para evitar plagas secundarias o contaminación. Suscríbete para seguir leyendo

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