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» Diario Cordoba
Fecha: 03/03/2025 10:37
Abunda la literatura sobre la victoria en los Oscars, pero no están tan documentados los mecanismos en torno a las películas que se dejaron la estatuilla por el camino. Este año, el galardón más importante debió presentarse bajo la formulación de que "el Oscar a ‘Emilia Pérez’ va a ... ‘Anora’". Es injusto hablar de cancelación, cuando Karla Sofía Gascón purga simplemente sus excesos verbales. Hay que contenerse para no añadir que la erradicación sufrida por el narcomusical es el castigo que merecen todos los esclavos de la red pornográfica de Elon Musk. Por citar a Borges, el "coraje florido" o exhibicionista de ‘Emilia Pérez’ franquea el triunfo de una ganadora con todos los merecimientos, y con reivindicaciones a la altura de la autoeliminada. ‘Anora’ es una de las vencedoras con mayor contenido sexual de la historia, lo cual constituye un desafío inicial en el apogeo del puritanismo en Hollywood. Los Oscars adicionales al mejor guion y actriz protagonista, con una prodigiosa Mikey Madison sin la que no hay película que valga, pueden interpretarse en el mismo lenguaje reivindicativo que ha explotado la postergada. Por tanto, se defiende aquí a una joven que vende su cuerpo sin demasiados tapujos ni traumas, primero a granel y después concentrada en la fortuna del hijo de un oligarca ruso. Mikey Madison solo quiere cobrar, Zoe Saldaña la iguala en un trabajo interpretativo que en sí mismo justifica a los Oscars y a las mujeres independientes, desde la autoexplotación corporal deliberada o desde una calculada ambigüedad. El cine se basa en la interpretación, y Adrien Brody ganó de antemano una estatuilla que podría compartir con Ralph Fiennes. La brasileña ‘Aun estoy aquí’ es una imitación convencional de ‘Roma’, una prolongación del telediario para espectadores condescendientes. En fin, Karla Sofía Gascón ha demostrado en su vida real la falsedad de la redención por el cambio de sexo que predicaba en ‘Emilia Pérez’. Y la película del año es ‘La sustancia’, demasiado desgarradora para inscribirse en un concurso convencional con esmoquin.
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