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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 03/03/2025 04:33
Los incendios forestales, cada vez más frecuentes y virulentos, plantean desafíos sin precedentes para la fauna y flora globales Los incendios forestales han dejado de ser un fenómeno ocasional para convertirse en una fuerza que redefine la vida en la Tierra. Cada vez más frecuentes, abrasan territorios más extensos con una ferocidad inédita, empujando al límite de la supervivencia a un número estimado en 1660 especies solamente de animales y un número inestimado de vegetales. En este escenario, la capacidad de adaptación se vuelve una cuestión de vida o muerte. Algunos grupos logran resistir el fuego y transmitir esa ventaja a su descendencia, mientras que otros, sin oportunidad de escapar, desaparecen en las llamas. La era del antropoceno se está transformando en lo que el historiador del medio ambiente Stephen Pyne, profesor emérito de la Universidad Estatal de Arizona, dio en llamar el Piroceno, ya que en el planeta los incendios están sustituyendo a los seres humanos en su papel de escultor de paisajes. En este panorama de llamas, solo aquellos con las herramientas adecuadas lograrán sortear el desastre y dejar su legado. Hoy, 3 de marzo, como cada año, se celebra el Día Mundial de la Vida Silvestre, instituido por las Naciones Unidades para poner el foco sobre la fauna y la flora en su estado natural y sus contribuciones a las personas y al planeta. ¿Cuáles son los efectos a largo plazo de los incendios forestales en la biodiversidad de un ecosistema?, ¿cuáles son las especies animales más vulnerables a los incendios forestales y qué factores contribuyen a su vulnerabilidad?, ¿podrán los animales adaptarse a la vida en el Piroceno? Un científico propuso llamar a esta la era del Piroceno, donde los incendios forestales moldean nuestros ecosistemas más que cualquier otra fuerza natural (Imagen Ilustrativa Infobae) Los incendios forestales y el cambio climático Los incendios forestales han aumentado en frecuencia e intensidad en los últimos años, con registros alarmantes en diversas regiones del mundo durante 2024 y 2025. El cambio climático, caracterizado por temperaturas más altas, sequías prolongadas y una mayor aridez del suelo, ha favorecido la propagación de estos incendios, generando consecuencias ambientales, económicas y sociales. Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), cada año se pierden aproximadamente 10 millones de hectáreas de bosques. Esta cifra incluye pérdidas por diversas causas, como incendios, deforestación para agricultura y ganadería, y tala ilegal. Algunas estimaciones indican que los incendios representaron el 27 % de la pérdida total de árboles a nivel mundial. La destrucción de hábitats naturales ha causado una grave pérdida de biodiversidad, al afectar numerosas especies de flora y fauna. Además, la quema de bosques libera grandes cantidades de gases de efecto invernadero, lo que contribuye al cambio climático en un círculo vicioso. Especies con menor movilidad enfrentan riesgos elevados durante los incendios, limitando su capacidad de escapar de las llamas (Imagen Ilustrativa Infobae) En Argentina, la región de la Patagonia ha sido una de las más afectadas en 2025, con incendios que han devastado miles de hectáreas en los parques nacionales Lanín y Nahuel Huapi, donde fueron dañados bosques y viviendas y puso en riesgo a comunidades locales y animales. En otras partes del mundo, los incendios forestales han seguido un patrón similar. En España, la isla de Gran Canaria experimentó un evento significativo en el verano de 2024, que afectó vastas áreas naturales y obligó a evacuaciones. Los incendios de Los Angeles a comienzos de este año incineraron más de 233 km2 y ocasionaron la muerte de al menos 29 personas, por lo que se encuentran entre los más destructivos y costosos de la historia de California, según el Departamento de Silvicultura y Protección contra Incendios de ese estado de Estados Unidos. Algunas especies juegan roles cruciales en la recuperación de ecosistemas quemados, ayudando a diseminar semillas y regenerar la flora (Imagen Ilustrativa Infobae) Los incendios forestales y su impacto en los animales La Argentina está dando muestras de cuáles son las consecuencias del fuego, que en el país, este año se ensañó especialmente con la Patagonia: “Los impactos de un incendio forestal en el ecosistema del bosque andino patagónico se presentan en una gama de posibilidades muy amplia, desde la pérdida de individuos vegetales y masas forestales únicas y escasas, pasando por la alteración de las condiciones materiales de supervivencia para diversas especies nativas (alimentación, reproducción, nidificación, etc.), incluyendo cambios fisicoquímicos en el agua y en el suelo (cenizas, erosión, etc.), hasta la reconfiguración parcial o total del paisaje tal como lo percibimos (cambia el bosque por praderas arbustivas o por pastizales)”, describieron fuentes de la Administración de Parques Nacionales (APN) a Infobae. Manuel Jaramillo, director general de la Fundación Vida Silvestre Argentina, dijo a Infobae que “las especies con menor movilidad son las más vulnerables a los incendios porque tienen menos posibilidad de escapar del fuego”. Especies migratorias se ven impactadas negativamente por la alteración de sus hábitats a causa de los incendios (X@SEDEMA_CDMX) Entre estos, las colonias de artrópodos de suelo, como por ejemplo insectos como los escarabajos, hormigas y termitas; arácnidos, como arañas y ácaros; miriápodos, como ciempiés y milpiés; y también escorpiones, entre otros, “seguidos por reptiles y anfibios, deben resguardarse del fuego y del calor extremo”, explicó, aunque en muchos casos sus posibilidades de huida son escasas. Pero, además, “las especies arborícolas son afectadas severamente cuando los incendios alcanzan las copas de los árboles”, dijo. Esto, en el caso de la Patagonia, le puede ocurrir, por ejemplo, a especies como el carpintero gigante, característico de los bosques andino-patagónicos, que pasa gran parte de su tiempo en los árboles buscando insectos y larvas en la madera, y construyendo sus nidos en los troncos; el rayadito, una pequeña ave que suele buscar insectos en las cortezas y ramas de los árboles; la cachaña, otra ave que acostumbra a hacer sus nidos en huecos de árboles; o mamíferos, como el huillín o nutria de río que es acuático, pero frecuenta las orillas de ríos y lagos rodeados de bosques para trepar a los árboles caídos o a las ramas bajas para descansar o buscar refugio; o el zorro colorado, que puede trepar árboles en busca de presas o para escapar de peligros. Los incendios forestales intensificados por el cambio climático contribuyen aún más al calentamiento global, perpetuando un ciclo destructivo (Andina) “Los mamíferos, aunque tienen más medios para escapar, sufren quemaduras que comprometen su supervivencia”, aclaró en este último caso Jaramillo, y subrayó que “la menor movilidad o velocidad de los animales pequeños aumenta su susceptibilidad al impacto negativo de los incendios forestales”. “Por mencionar algunas, una especie arbórea como el monito de monte sentirá mayor presión por la reducción de sus condiciones materiales de supervivencia al perder bosque nativo debido al fuego”, remarcaron desde la APN. Algunas especies han desarrollado estrategias únicas para sobrevivir a los incendios, evidenciando la resiliencia de la naturaleza ante el fuego (Imagen Ilustrativa Infobae) El fuego como agente devastador o promotor de biodiversidad Ante la consulta de Infobae, desde la APN aclararon que, “en general, las especies del bosque andino patagónico evolucionaron conviviendo con los incendios forestales. En diferentes niveles, las especies nativas presentan adaptaciones relacionadas con las perturbaciones en el ecosistema”, pero existen grupos de una vulnerabilidad “más notoria”. Si bien “el fuego es una parte importante de la dinámica de muchos ecosistemas y puede promover la biodiversidad”, recordó Jaramillo, cuando se producen “incendios de gran escala y recurrentes amenazan el mantenimiento de la biodiversidad y afectan la estructura física y química de los suelos”. De esta forma, “en zonas de humedales, el fuego puede consumir la vegetación necesaria para la recuperación de especies migratorias”, por eso “los impactos acumulativos y recurrentes de los incendios pueden alterar fuertemente los patrones de migración de especies”. La importancia crítica de prevenir y responder rápidamente a los incendios para proteger nuestra biodiversidad y ecosistemas (EFE/ALLISON DINNER) En ese sentido, desde la APN, explicaron que “las especies migratorias, por caso, una muy emblemática de esta región como el fío-fío, presenta patrones migratorios adaptados a las perturbaciones naturales de los ecosistemas que visita en su migración”, pero “el fuego, combinado con otros factores de presión, altera las condiciones materiales de supervivencia, reduciendo la disponibilidad de recursos alimenticios y de hábitats favorables para su reproducción y desarrollo”. Las mismas fuentes dijeron que, si bien “existen especies animales que se ven favorecidas por el paso del fuego, son perjudiciales para la regeneración del bosque y generan competencia con la fauna nativa: las especies exóticas invasoras como el ciervo, el jabalí y el ganado bagual”, se benefician muchas veces de la destrucción generada por los incendios y van en detrimento de la recuperación de las especies endémicas. Por otro lado, existen estudios que demuestran el rol ecológico de algunas especies animales en la recuperación de ambientes quemados. “Entre ellas se destaca el ave migratoria fío fío silbón, que llega en la primavera patagónica para nidificar en estos bosques y luego migrar en el invierno. Esta ave ayuda a la regeneración post fuego al dispersar las semillas de los frutos de plantas nativas”, dijeron desde APN. El 3 de marzo, como cada año, se celebra el Día Mundial de la Vida Silvestre (D. Gordon E. Robertson/ Wikimedia) Como los incendios forestales representan una de las principales amenazas para los ecosistemas, la clave está en la prevención, destacó Jaramillo, y también en la rápida respuesta ante los primeros signos de fuego. “Es crucial prevenir los incendios y responder rápidamente ante los primeros signos para evitar incendios de difícil control”, afirmó. Además del combate del fuego, la restauración de las áreas afectadas es fundamental para la recuperación de la biodiversidad. En este sentido, el director de la Fundación Vida Silvestre remarcó que “los procesos de restauración deben recuperar la biodiversidad y los ecosistemas, como los árboles, pastizales y humedales”, lo que implica una planificación a largo plazo para evitar la degradación del suelo y la pérdida de especies. Uno de los desafíos posteriores a los incendios es el uso del suelo. “Es necesario evitar el disturbio antrópico y no convertir áreas naturales en agrícolas o ganaderas después de un incendio”, señaló. En muchas ocasiones, las tierras afectadas por el fuego terminan siendo utilizadas para actividades productivas, lo que dificulta la regeneración de los ecosistemas originales. Este día fue instituido por las Naciones Unidades para poner el foco sobre la fauna y la flora en su estado natural y sus contribuciones a las personas y al planeta (Imagen Ilustrativa Infobae) Para que la restauración natural sea efectiva, es necesario adoptar medidas que protejan el terreno y faciliten el crecimiento de la vegetación. “La restauración natural requiere procesos que eviten la erosión y clausuras para prevenir el ingreso de animales de granja que puedan dañar la vegetación joven”, explicó Jaramillo. En cuanto al origen de los incendios, la acción humana es el principal factor desencadenante. “Más del 95% de los incendios en Argentina son causados por humanos, aunque algunos incendios naturales son esenciales para procesos ecológicos que sustentan diversas especies”, señaló Jaramillo. Esto pone en evidencia la necesidad de fortalecer las políticas de prevención y concientización para minimizar los riesgos y proteger los ecosistemas, cerró.
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