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  • El Arcángel en alerta: así es el operativo que garantiza la seguridad en los partidos del Córdoba CF

    » Diario Cordoba

    Fecha: 02/03/2025 18:42

    «Ya hemos terminado el embolsamiento», suena por el walkie de José Antonio García, inspector de la Policía Nacional y responsable de seguridad en eventos deportivos en Córdoba. Son las 13.20 horas del domingo, queda algo más de media hora para el inicio del partido y los seguidores más radicales del Granada CF ponen rumbo desde la plaza El Moreal al estadio de El Arcángel. Es el momento más delicado en términos de seguridad de un partido calificado como de «alto riesgo». «Embolsar es cuando tenemos a todos los aficionados agrupados dentro del dispositivo», explica García mientras examina cada punto con gran rapidez. Dos furgonetas y once agentes de la Policía Nacional encabezan la marcha de los aficionados desplazados desde la ciudad nazarí. Cinco caballos se distribuyen a lo largo del cortejo y otros cinco agentes lo cierran. Todo para que más de 200 seguidores accedan al estadio sin causar incidentes y nadie se acuerde desde choque en otro plano que no sea el deportivo. Además de los 80 agentes de Policía Nacional, el dispositivo lo complementan 25 miembros de Cruz Roja, cuatro bomberos, 22 policías locales y 44 empleados de seguridad privada. En total, 184 personas velan por la seguridad de más de 16.000 personas. Así actúa la Policía en los partidos de alto riesgo / Víctor Castro Detección de explosivos El trabajo ha comenzado varias horas antes del pitido inicial. Desde las 11.00 horas, varios agentes han tomado la plaza frecuentada por los seguidores visitantes, donde en enero se produjeron incidentes entre fanáticos del Córdoba CF y la UD Almería. Pasado el mediodía, dos perros recorren los vestuarios y el palco en busca de explosivos. «Son capaces de detectar hasta seis tipos de explosivos», cuenta Jesús, uno de los adiestradores, mientras el animal olisquea entre las taquillas de Albarrán y Carlos Isaac. Este procedimiento se lleva a cabo únicamente en partidos de alto riesgo y los perros examinan los vestuarios en poco más de un minuto. Se mueven con rapidez y Jesús apenas tiene que indicarles un par de puntos donde fijarse. «No podemos abusar mucho de ellos porque su olfato puede saturarse. Además, están en constante formación», prosigue mientras juguetea con una pelota que luego usará como premio. A la entrada del vestuario, los futbolistas comentan la escena entre risas y bromas. Paralelamente, los miembros del TEDAX inspeccionan las gradas en busca de explosivos. Minutos más tarde, la atención del operativo se centra en la llegada del autobús del Granada CF. Neftalí, uno de los agentes, observa la escena desde la distancia, listo para dar indicaciones en cualquier momento o actuar en caso de que algún aficionado sobrepase el perímetro marcado. Los aficionados nazaríes se acercan al vehículo, agitan sus bufandas, entonan cánticos e incluso encienden una bengala mientras los jugadores entran en las cocheras. Ningún seguidor intenta traspasar la zona delimitada por los agentes, y se dispersan rápidamente una vez el bus ha entrado. En ese momento, García afirma con seguridad que, «aunque la seguridad absoluta no existe, si se ha hecho un buen trabajo previo, estos momentos no son demasiado complicados». Unidad canina en el túnel de vestuarios de El Arcángel. / Víctor Castro La disuasión es clave Tras una semana de reuniones y coordinación con la Policía Local, Emergencias y los clubes, aún hoy ha sido necesario ajustar algunos detalles. Tal como explica el jefe del dispositivo, a la llegada del autobús de los aficionados del Granada CF se ha incautado una navaja, un par de petardos, varios botes de humo y pegatinas con simbología neonazi. «El trabajo previo con los clubes nos ha permitido identificar a los seguidores más conflictivos y realizarles una inspección en cuanto llegan a El Arenal», indica García. «Muchos, al vernos esperándoles en la salida del autobús, directamente dejan los objetos dentro», añade otro agente. Es gente cuya vida gira en torno al fútbol por lo que, una sanción que les prohíba acercarse al campo, como ha ocurrido con los diez detenidos en enero, supone un duro golpe para ellos. García y sus compañeros resaltan constantemente el poder disuasorio de estos operativos, los cuales hacen que «quienes van al fútbol a provocar problemas y no a disfrutar del deporte se lo piensen dos veces antes de actuar». En este sentido, también subrayan el impacto de la Ley del Deporte (2010), que contempla cuantiosas multas e incluso penas de prisión para quienes ejerzan violencia en eventos deportivos. Material incautado por la Policía a seguidores del Granada CF. / Víctor Castro Dado que está lloviendo, no se despliegan medios aéreos. «Aunque nos aportaría un mayor control del espacio, la lluvia podría hacer que el dron caiga a mitad de vuelo y cause algún incidente. Podríamos perder más de lo que ganaríamos», resume José Antonio García. El momento más delicado Pasadas las 13.00 horas, la atención se traslada a la Plaza El Moreal, donde hay unos 40 agentes distribuidos estratégicamente en esquinas y grupos de cuatro o cinco. La Unidad de Prevención y Reacción (UPR) examina cada movimiento de los seguidores radicales mientras otros agentes a caballo vigilan desde una posición ventajosa. «Desde aquí tenemos una visión periférica y el caballo nos permite desplazarnos rápidamente», explica Enrique, uno de los jinetes. Policía en la plaza El Moreal junto a aficionados del Granada CF. / Víctor Castro La salida hacia el estadio se acuerda entre la Policía y los líderes del grupo. Al acercarse la hora, los seguidores reparten entradas, entonan cánticos y la tensión crece. «La mayoría ha bebido, y en estos momentos hay que estar especialmente atentos», comenta otro agente. Poco antes de las 13.15 horas, la hora acordada, un par de policías dialogan con los cabecillas del grupo y, tras un segundo acercamiento poco después, se inicia la marcha hacia El Arcángel. En ese momento, todos los agentes toman posición rápidamente y con seguridad. Aproximadamente la mitad se ubican en la parte delantera del grupo, acompañados de dos furgonetas que marcan el ritmo. Lo hacen en dos filas y marcando siempre la distancia con la comitiva. A los lados, los caballos controlan los movimientos, mientras que otros cinco agentes cierran el «embolsamiento» y aseguran que nadie queda rezagado. Agentes de Policía controlan a los aficionados de fondo sur. / Víctor Castro Durante el trayecto, la comunicación es constante. Los walkies no dejan de sonar y la atención es máxima. Al llegar al estadio, los aficionados del Granada CF son cacheados minuciosamente. Se inspeccionan sus bolsas y se verifica que el nombre de la entrada coincida con su DNI. Quienes no cumplen este requisito no pueden acceder al campo. Aproximadamente 200 seguidores se dispersan por otras gradas sin necesidad de separación, ya que «no existe un historial relevante de enfrentamientos entre ambas aficiones», subrayan desde el cuerpo. Puesto de control Otro punto clave del dispositivo es el puesto de control situado en la parte superior de la tribuna, donde Jesús monitorea más de 60 cámaras, que enfocan principalmente los accesos y pasillos. «Cuanto menos falta para que empiece el partido, más nerviosa se pone la gente y es más fácil que surjan incidentes», explica. El Arcángel es uno de los campos de España que más rápido se pueden desalojar Una vez comenzado el partido, García controla desde las cámaras, que muestran en las pantallas a la grada de Brigadas Blanquiverdes y a la de la afición visitante. Juega con el enfoque y se mantiene atento ante cualquier movimiento sospechoso. Desde este puesto se controla todo lo relativo a los accesos, teniendo la capacidad de bajar los tornos, hablar con megafonía o desplazar personal a un determinado punto. García admite que el grueso del trabajo ya está acabado. Entre sus funciones también está la posibilidad de detener el partido, previo acuerdo con el árbitro, con quien puede contactar de manera directa, en caso de algún motivo de seguridad. «El Arcángel es uno de los campos de España que más rápido se pueden desalojar», asegura. Puesto de control de las cámaras en El Arcángel. / Víctor Castro Por su parte, Ricardo coordina el operativo en la grada, donde los policías están distribuidos de manera estratégica. «Nosotros intervenimos si aparece algún problema de orden público, la seguridad del recinto corresponde a la seguridad del club», detalla Jesús. También comenta que el despliegue puede concentrar un mayor número de policías en un determinado punto en función de las circunstancias y lamenta que, en caso de ser necesaria una actuación rápida, al no estar todas las gradas interconectadas, es lenta la operación. El encuentro transcurre sin incidentes y el Córdoba CF logra una victoria histórica. En menos de cinco minutos, el estadio queda desalojado y los aficionados del Granada CF son escoltados hasta sus autobuses. Sin altercados y con la noticia centrada en lo deportivo, la jornada de trabajo concluye con el objetivo cumplido. Suscríbete para seguir leyendo

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