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» El Ciudadano
Fecha: 02/03/2025 14:34
Por: Gastón Marote/ NA El crimen de Kim Gómez a manos de delincuentes de 17 y 14 años, tras robar el automóvil en el que iba la niña, reflotó el pedido de bajar la edad de imputabilidad de los menores y llevó a recordar el caso de Milagros Belizán, quien tenía 2 años y fue asesinada por dos hermanos de 7 y 9 años, el primero de ellos el homicida más joven en la historia de la Argentina. El 18 de mayo de 2008 en el barrio San José del partido bonaerense de Almirante Brown Milagros apareció golpeada y ahorcada, luego de haber salido a hacer compras para su mamá. El menor de los dos hermanos le confesó el crimen a su mamá y luego a los investigadores, por lo que quedaron detenidos por el homicidio, pero días después quedaron libres por ser menores inimputables. El cuerpo de la nena fue hallado desnudo golpeado y con un cable alrededor del cuello, el cual le provocó la muerte, en un predio situado entre las calles Chubut y Rosales. Los testigos habían visto a los dos hermanos trasladar a Belizán a los golpes hasta ese sitio, donde finalmente la mataron. Mientras el criminal más chico estaba alojado en la comisaría Almirante Brown 3era. pidió hablar un momento con su mamá, a quien le reveló lo ocurrido. Luego se lo confesó a los policías y finalmente a personal de la fiscalía a cargo de Héctor Toneguzzo. El menor admitió haber participado del asesinato, pero dijo que su hermano de 9 años fue el autor material y que lo amenazó de muerte para que participara y luego no dijera nada. La nena había sido golpeada con un palo, pero la autopsia descartó que haya sido abusada sexualmente, ya que en un principio se sospechó eso porque el cuerpo fue hallado desnudo. En otro sector alejado de donde estaba el cadáver, los policías y los vecinos encontraron las prendas de vestir y otros objetos de la niña. La madre de Milagros afirmó que la había mandado a hacer unas compras y nunca más volvió, pero explicó que no denunció de inmediato la desaparición ante la Policía. Luego del asesinato, un grupo de vecinos derrumbó una pared perimetral del terreno y apedreó la casa del dueño del mismo, ya que remarcaron que ese lugar era inseguro. Los uniformados tuvieron que intervenir para calmar los ánimos y así controlar los incidentes. Familiares y vecinos de Belizán siempre creyeron que del crimen pudo haber participado un tercer hombre y que este sería mayor de edad, aunque nada de esto se pudo confirmar.
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