03/03/2025 06:35
03/03/2025 06:34
03/03/2025 06:33
03/03/2025 06:32
03/03/2025 06:31
03/03/2025 06:30
03/03/2025 06:30
03/03/2025 06:30
03/03/2025 06:30
03/03/2025 06:25
Gualeguaychu » El Dia
Fecha: 02/03/2025 13:23
Si bien el Carnaval del País tiene muchos atractivos y en su conjunto obnubila a propios y extraños, hay un elemento que destaca por sobre el resto y comprueba de manera empírica las razones por las cuales es el espectáculo a cielo abierto más grande de la Argentina. Son gigantescas, grandilocuentes e imponentes. Son prácticamente las estrellas de la pasarela porque es imposible que sean indiferentes para cualquiera. Hablamos de nada más y nada menos que las carrozas del carnaval. Detrás de cada una hay un equipo de trabajo y una mente maestra que la piensa, las trabaja y las hace realidad; y uno de los grandes exponentes en rubro es Martín Naef. Artista carrocero por excelencia, hace más de 30 años que está vinculado a este universo, donde comenzó siendo un aprendiz al cual llamaron por su talento aplicado a tallar madera y que ahora es uno de los que mejor domina las técnicas de las esculturas en telgopor; y no sólo en Gualeguaychú, sino también a nivel nacional e internacional. “El primer trabajo que hice para el carnaval lo hice para Marí Marí. Un amigo que en ese momento era parte de Central Entrerriano sabía que yo tallaba madera. Es algo que hago desde que tenía 9 años. Me preguntó si me animaba hacer lo que hacía, pero con telgopor porque necesitaban tallar un auto. Eso fue en 1994, hace 31 años atrás. Y desde ese día no paré más”, relató Naef a Ahora ElDía. Al tener en cuenta que su expertise la madera, cuando conoció al telgopor descubrió algo totalmente nuevo y al mismo tiempo lo mismo que hacía antes pero en un material más maneable. Cuando comenzó a trabajar primero lo hizo en tareas generales, pero luego le dieron para hacer una talla menor. Como se desenvolvió bien, le dieron un trabajo más complejo, pero a él le resultó sencillo. Luego de años lidiando con la madera, ahora el telgopor era como una manteca para él. “Siempre me gustó dibujar, pintar, tallar. Y siempre fui totalmente autodidacta. Antes no se tenía en cuenta el valor de una carrera artística, por eso cuando terminé el colegio comencé a estudiar ingeniería civil en la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), e hice hasta cuarto año. Hasta que llegó 1994, y en 1996, año previo en que se desfilara por primera vez en el Corsódromo, Mario Martínez, que me había visto tallar, me llama para que vaya a Papelitos. Es entonces cuando conocí a Ramiro Cazaux, que era el Director Artístico de las Carrozas en ese momento, y me incorporé a su equipo de trabajo. Él también fue otro de los que me marcó el camino y aprendí muchísimo con él. Es un tipo extremadamente generoso a la hora de compartir sus conocimientos”, rememoró. Martín se mueve en los galpones de la comparsa Papelitos, frente al viejo edificio de la Unidad Penal Nº2, como si fuera su casa. Un manojo enorme de llaves abre no sólo los portones que protegen a sus esculturas, sino hasta el más mínimo rincón donde están protegidos los elementos con el que hace su magia. En la previa del fin de semana XXL de Carnaval, explicó que es el más complicado no por tener que salir todos los días, sino porque tienen menos de 24 horas para reparar todas las roturas lógicas que puede haber en cada salida a la pasarela. Son tres días de esfuerzo y trabajo sin parar antes de llegar al epílogo de la fiesta más importante de Gualeguaychú. Vivir y triunfar fuera del carnaval “Los artistas del carnaval pertenecemos a un mundo de autodidactas por naturaleza. Lo que no sabemos, lo aprendemos. Y si no, lo inventamos. De hecho, tenemos un montón de herramientas inventadas por nosotros y técnicas para trabajar los materiales que también son propias. Hemos desarrollado esta actividad a tan gran escala que ahora nosotros somos los referentes de este tipo de trabajo a nivel nacional. Cualquier persona que necesite algo de este estilo, cae acá a Gualeguaychú. No solo me buscan a mí, sino a todos los otros chicos que hacemos la misma actividad”, explicó a Ahora ElDía. Lo cierto es que las esculturas montadas en las carrozas del Carnaval del País son una vidriera para marcas y eventos de Argentina y fronteras afuera vean que acá, en Gualeguaychú, hay un grupo de trabajadores que son insuperables y que pueden hacer lo que quieran y lo que sea con una habilidad aprendida y transmitida en el mundo carnavalero. De hecho, a Martín Naef lo han llamado de productoras como Disney o Netflix para realizar las decoraciones de eventos y avant premiere de algunos de sus productos audiovisuales. Además, ha hecho intervenciones callejeras, como la construcción de una máscara de Salvador Dalí de cuatro metros de altura para promocionar la última temporada de la serie española “La casa de papel”, la cual fue colgada de un edificio de Avenida Libertador, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. “Las productoras y los publicistas saben que en Gualeguaychú hay personas capaces de hacer lo que sea. Cada dos por tres aparece alguno que golpea la puerta del galpón y te propone el trabajo más insólito. Nos pasó con un trabajo que hicimos para Pepsi: cayó un tipo y me dice que le encanta lo que hacemos y que si no me animaba hacer un trabajo para la marca. Todo terminó siendo una escultura de una botella que pesaba cuatro toneladas y terminó en la terraza de un edificio ubicado frente al Obelisco”, compartió. Sin ir más lejos, los que vayan a disfrutar este fin de semana al Sunset Strip que se realizará en la Ciudad Universitaria de Buenos Aires y que tendrá como cabeza de cartel al prestigioso DJ Hernán Cattaneo también podrán disfrutar de la escenografía del show que estuvo a cargo de Martín Naef y su equipo de trabajo, al igual que todos los apliques que se colocaron en el VIP. Arte efímero De nuevo en el universo carrocero, Naef trabaja en un mundo donde sus obras nacen en sus manos, crecen con el tiempo, nacen y triunfan durante los dos meses que recorren la pasarela del Corsódromo. Y finalizada esa edición del Carnaval del País, esas mismas obras de arte vuelven a las tinieblas y, posiblemente, nadie jamás las vuelva a ver en vivo. Por un lado por la reutilización de los materiales, pero por otro porque no se brindan los espacios sociales y urbanos para que Gualeguaychú pueda lucir todo ese arte. “Tuve que aprender a no enamorarme de mis obras. Esta es una parte dolorosa de nuestro trabajo. Esto de tener todos los años que destruir lo que hicimos es bastante doloroso, pero nos terminamos acostumbrando”, reflexionó con una especie de resignación. Sin embargo, la resignación dejó paso a la iniciativa, y como buen carrocero que es, enseguida comienza a explicar sus ideas para que el arte de él y todos los demás de su rubro no se pierda en el espacio-tiermpo. “Podríamos tener la ciudad absolutamente llena de esculturas, como las que están en el Museo del Carnaval, por ejemplo, pero un poco mejor mantenida. Las podríamos tener en toda la ciudad, pero hoy estas esculturas se desaprovechan por un montón de cuestiones. Toda la ciudad podría ser un museo carnavalero, y es que debería serlo y en algún momento tenemos que empezar”, manifestó y agregó: “Es un proceso costoso, pero es hermoso y sumaría un montón a nuestra ciudad. A mí me cuesta mucho evaluar todo en cuestiones económicas, sino que a mí me parecen importantes o no importantes. Increíblemente, Gualeguaychú tiene el mejor carnaval del país, pero no es una ciudad que desde lo visual sea carnavalera”. La otra cuestión que Naef apunta como contraproducente para la industria del Carnaval del País, un sector que alimenta a muchas familias locales, es el alejamiento a lo largo de la última década de las Carrozas Estudiantiles, un evento que antaño sirvió incluso para formar a los futuros carroceros del espectáculo mayor. “Hace 10 o 12 años que dejamos de recibir o de tener la posibilidad de que los chicos experimenten con los materiales que trabajamos acá. En las carrozas de estudiantiles está prohibido trabajar en telgopor. No creo que esta prohibición sea por una cuestión de seguridad, sino más bien por caprichos personales. Es una muy mala decisión de la Comisión de Carroza Estudiantiles. Yo no puedo hacer nada porque no soy ni padre, ni docente, ni alumno, así que no me puedo meter. Cuando se tomaron estas decisiones, es como que el mundo de las carrozas y el carnaval comenzaron a separarse”, remarcó. “Es una lástima que no permitan a los chicos aprender a trabajar con telgopor, porque es una técnica que tiene un montón de salida laboral. Escenografías, decoraciones, molduras, artículos publicitarios o cartelería son algunos de los campos. Cuando vos aprendés a manejar el material, que es una cuestión técnica, después podés resolver cualquier situación. La mayoría de las letras de los comercios en interiores son volumétricas, y se hacen con un material muy parecido que se corta y trabaja de la misma manera. Lo cierto es que el carnaval ha perdido ese espacio y ese capital humano que venía de las carrozas estudiantiles porque ahora están obligados a tener que hacer todo con alambre y papel, y eso les restringe un montón el espacio y campo de acción”, amplió sobre esta problemática que podría cerrar muchas puertas a jóvenes con inquietudes artísticas de este estilo. “El Desfile de Carrozas se transformó solo en una competencia, cuando eso es lo menos importante. Para nosotros es una cuestión cultural y es propio de nuestra ciudad. Acá todas las personas menores de 85 años, o sea que son casi todas, alguna vez hicieron carroza en su vida. Las carrozas tienen que ser una escuela para la vida. Con 16 o 17 años te enseñan todo tipo de experiencias, no sólo manuales, sino también humanas, porque lo que vas a recordar de esa época no es si ganaste o perdiste, sino cómo la pasaste con tus amigos y compañeros. Las anécdotas son un millón, y el resultado de cómo salieron ni siquiera es una anécdota. Por suerte, los chicos siguen resolviendo muy bien las situaciones y el evento es maravilloso, y los espacios para compartir también se generan. Pero la organización es como que está decidida a separarse del carnaval”, concluyó al respecto.
Ver noticia original