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» La Capital
Fecha: 02/03/2025 11:46
La actriz, dramaturga, docente y directora teatral rosarina Carolina Hall , de vasta trayectoria en Funes y en Rosario , trabaja desde fines del año pasado en teatro independiente en la ciudad española de San Sebastián , donde vive su hijo Valentino, quien juega al futsal hace cinco años en Europa. Nacida en Rosario el 31 de diciembre de 1970, Carolina Hall es hija de la escritora y profesora de literatura Nora y del ingeniero y pintor Raúl, “así que crecí siempre rodeada de libros, arte, cine, siempre fueron muy estructural el arte y la cultura” revela la actriz a La Capital , quien todavía no se adapta a la diferencia horaria a la hora de responder la entrevista. -¿Cómo fue tu infancia entre Rosario y Villa Allende? -Tengo tres hermanos, así que mi infancia transcurrió jugando a las cosas que después fui de grande: a la maestra y al teatro. Viví cuatro años de mi infancia en Córdoba, que fueron muy significativos porque siempre fue muy importante este encuentro con el arte y con la naturaleza en una comunidad pequeña, en Villa Allende, hermosa, con una escuela por donde pasaba un arroyo. Eran muy especiales nuestras maestras y ese contacto entre nosotros y con la naturaleza. Crecí en casa con gatos, perros, hermanos, juegos y rodeada de arte, en un entorno muy hermoso. "El mundo del teatro me acompañó toda mi vida" -¿Cuándo supiste que querías ser actriz? -En realidad no sé claramente cuándo decidí ser actriz y todo esto, pero es algo que de alguna manera me acompañó toda mi vida. Mis juegos eran organizar obras de teatro en la galería de mi casa, extorsionaba a mis hermanos para que participen prometiéndoles otros juegos después, cobraba entrada, invitaba a los vecinos, tengo muchos recuerdos al respecto: siempre estuvo esto de participar en los actos de la escuela, creo que me acompaña desde siempre. Después mi vida dio algunos giros: en la secundaria elegí el Politécnico como escuela porque quería ser ingeniera. Hice un año de Ingeniería, pero ya después empecé Cine, en la carrera de Dirección, y ahi fue cuando me fui perfilando más como actriz, en todos los trabajos prácticos yo prefería actuar o cuestiones más ligadas con la dramaturgia y con la historia que con lo más técnico de la carrera de Cine. Y después empecé a hacer un taller con Chiqui González y ya no tuve dudas de que quería ser actriz, hacer teatro y trabajar en todo este mundo nuevo que aparecía para mí. >>> Leer más: Funes: "Soy actriz desde muy chiquita: me disfrazaba de la Mujer Maravilla" -¿Hiciste la carrera mientras estudiabas, como es habitual? -Sí, primero estudié Ingeniería, dejé, después hice dos años y medio de Cine y empecé un taller con Chiqui, después hice otros talleres con Oscar Medina y ya me anoté en la Escuela Nacional de Teatro y Títeres (ahora provincial) y ahí me quedé atrapada por este mundo del teatro, así que esta es mi carrera para la que estudié y me preparé toda mi vida. -Trabajaste como actriz, docente, dramaturga, directora, diseñadora de vestuario, asistente. ¿Qué trabajo te gusta más y cómo te definirías? -En realidad me definiría básicamente como actriz, que es lo que más disfruto, lo que más me gusta. Si bien di muchas vueltas en la vida, creo que todo lo otro vino por añadidura, por necesidad y por entender esta forma de hacer teatro donde esos límites no están tan fijos. Después considero que soy realmente maestra: maestra de niños, de gente inicial de teatro. Es una actividad que disfruto un montón, que me da muchísimo placer y donde pude entender algunas cosas de la actuación que me costaban, pero que al empezar a transmitirlas pude entender. La necesidad de dirigir y escribir surge de la actividad, del trabajo. Y lo de diseñadora es algo de caradurismo y de esta especie de “hacemos todo” por la manera en la que construimos teatro, básicamente el teatro independiente, que no tiene prácticamente financiamiento y donde hacemos nuestras escenografías, nuestros vestuarios y estamos a cargo de la integralidad de los proyectos, siempre de manera grupal y tejiendo redes con otros. caro 6.jpg -En Camerino, una de tus obras, abordás la cuestión de las vicisitudes de la actriz para vivir de su trabajo. ¿Cómo es la vida de una trabajadora de la cultura y del arte? -En Camerino cuento un poco de manera inocente, si querés, cómo construimos esto que tiene que ver con la pasión, con la necesidad de hacer teatro, de transmitir teatro, de generar de alguna manera espectadores. La vida de una trabajadora de la cultura y el arte de alguna manera es inventar todos los días esto que hacemos, reinventarnos, no dejar que el fuego se apague en un mundo tan global, con algunas cuestiones que tienen que ver con lo tecnológico que parece que pudieran superar cualquier otra cosa, pero ,creo que no es así y que lo humano siempre brilla, si bien este es un momento donde se nos complica, sobre todo en nuestro país donde hay un gran vaciamiento de la cultura por parte del Estado, es esa lucha de los hacedores de la cultura del teatro, que hacemos eso: mantenemos el fueguito prendido. >>> Leer más: Cómo se gestó la primera película filmada en Funes "Mi experiencia teatral en Funes fue muy grossa" -¿Cómo fue tu experiencia teatral en Funes? -Mi experiencia teatral en Funes fue muy grossa, como todo mi recorrido junto a mis compañeros. Si bien di muchas vueltas por la ciudad y trabajé en muchas instituciones privadas, de alguna manera sosteniendo trabajo en negro, que es uno de los problemas que básicamente tenemos, di muchas vueltas hasta que encontré Casa Zulú, de la mano de mi amiga Viviana Trasierra, que me dio una mano y de alguna manera me abrió las puertas. Yo siempre digo que es mi hada madrina de Funes porque ella estaba ahí trabajando y sembrando esto del teatro para que pueda haber en Funes teatro local, hecho y producido en Funes. Y en Casa Zulú encontré una manera hermosa de trabajar de la mano de Gaby Plano, que arma día a día ese lugar maravilloso donde se trabaja de manera comunitaria, con otra mirada, con mucho respeto, con amor hacia las personas y hacia las actividades, siempre consensuando y dialogando, así que ahí ya quedó un poco mi corazón. Sentí que llegué al lugar que quería. Después fue difícil sostener otros trabajos con otras características y si bien ya había otras experiencias de fundar mi salita, siempre la coyuntura económica y demás hicieron que no se pudiera sostener. En Casa Zulú fue la primera vez que sentí que estaba realmente en un lugar comunitario donde podía expresar lo mío y compartirlo. Así que, en ese sentido, la experiencia en Funes fue muy enriquecedora porque volvimos a armar la Escuela de teatro para todas las edades, que sigue funcionando en Casa Zulú más allá que yo no esté. Logramos medianamente armar la salita y que se puedan presentar diferentes producciones, que era una de las cosas que nos planteamos cuando empezamos: parecía que para ver teatro había que ir siempre a Rosario y, en su momento, para estudiar también. La cuestión era cómo podíamos establecer eso en una comunidad que viene creciendo a pasos agigantados más para el lado de la economía, pero el polo de la cultura es tan importante como el de la educación de los niños. caro 5.jpg -¿Por qué te fuiste a vivir a España? -En realidad me vine a vivir España por muchos factores, fundamentalmente mi hijo Valentino, que es jugador de futsal, y hace cuatro año que vivía en Italia y este último año en España, y para mí ya era tremenda la distancia. Yo quería estar más cerca de él, era un plan que yo pensaba más a largo plazo, pero la coyuntura social y política del país en este momento impulsó y, de alguna manera, adelantó mi viaje. Tuve algunas experiencias personales que hicieron que eso tuviera que ser así. Esto tiene que ver con el vaciamiento de la cultura, con la pérdida de derechos, como los derechos laborales y demás, y con la difícil situación habitacional que hay en la Argentina y sobre todo en Funes. Funes se transformó en una ciudad de vacaciones, de otro tipo de proyectos, donde realmente para los trabajadores se volvió muy difícil poder alquilar y vivir, sostener con los mismos sueldos que en cualquier lugar del país y de la provincia un nivel de vida que se elevó mucho. Así que se juntaron todas esas cosas y, como soy medio arrebatada y arriesgada, decidí moverme y acá estoy en España: empezando de nuevo. >>> Leer más: Funes: "De chiquito el cine siempre estuvo presente en mi vida" -¿Con qué soñás en el mundo del teatro? -Personalmente con seguir trabajando como trabajo. Realmente disfruto mucho hacer teatro independiente, de esta forma comunitaria, en construcciones grupales, dar clase, y personalmente con poder vivir de mi trabajo, que a veces es más intermitente en nuestro caso, y no tener que trabajar de otra cosa. Y que todos los artistas puedan decidir y vivir de su arte y no tengan que trabajar de otra cosa. Que ningún ser humano tenga que trabajar de nada que no le guste.
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