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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 02/03/2025 02:43
Según el manual de Valuación de Empresas de McKinsey & Company, existen tres clases de inversores: traders, indexadores y fundamentalistas Si bien no es posible predecir el comportamiento del precio de una acción, es factible determinar si es el apropiado, con referencia a un “valor justo”, que exprese el valor actual de las utilidades futuras, descontadas con el costo promedio del capital que enfrenta la compañía. Este último es una métrica financiera que refleja el promedio ponderado de la remuneración a los acreedores y los accionistas. En los libros de finanzas se lo denomina WACC (weighted average cost of capital). La gran máxima de Warren Buffet, que es algo así como “la Biblia” de los inversores de valor intrínseco o fundamentalistas, expresa que “precio es lo que pagas, valor es lo que obtienes”. Se dice que toda valuación es subjetiva, porque quien la realiza, mide el valor actual de las utilidades futuras esperadas de la empresa a la que está valorando. En este marco, tanto la tasa de descuento como las ganancias proyectadas son expectativas del analista. Solo los inversores “value” o fundamentalistas estiman el valor intrínseco de los papeles cotizantes y corrigen, con su actuación, los desequilibrios entre precio y valor Según el manual de Valuación de Empresas de McKinsey & Company, existen tres clases de inversores: traders, indexadores y fundamentalistas. Los primeros efectúan operaciones de corto plazo, buscando capturar pequeñas ganancias de estos movimientos, mientras que los segundos mantienen carteras copiando un índice de referencia. Ninguno de ellos tiene una influencia importante en el comportamiento de los precios. Son, en general, “aceptadores” de los mismos. a gran máxima de Warren Buffet, que es algo así como “la Biblia” de los inversores de valor intrínseco o fundamentalistas, expresa que “precio es lo que pagas, valor es lo que obtienes” (Foto: Reuters) Solo los inversores “value” o fundamentalistas estiman el valor intrínseco de los papeles cotizantes y corrigen, con su actuación, los desequilibrios entre precio y valor. Los autores citan una extensa lista de factores que suelen distorsionar, transitoriamente, hacia arriba o hacia abajo, los precios de las empresas cotizantes. Algunos de estos factores pertenecen a cuestiones relativas a los hechos o a las cifras que muestran los directivos de las compañías. Otros, en cambio, se originan en noticias procedentes del ambiente macroeconómico local o internacional. Ambas afectan solo transitoriamente el comportamiento de los precios. En todos los casos, continúan los autores, y según extensas investigaciones realizadas ad-hoc por ellos, los precios siempre convergen al valor intrínseco, determinado por los inversores más informados del mercado, que realizan valuaciones de las empresas cotizantes de manera permanente y habitual. Los precios siempre convergen al valor intrínseco, determinado por los inversores más informados del mercado, que realizan valuaciones de las empresas cotizantes de manera permanente y habitual En sus propias palabras, “no hay manera de engañar sistemáticamente al mercado”. Este siempre tiende al valor justo, desandando más o menos rápidamente las distorsiones de corto plazo. Definido este marco teórico, lo aplicaremos al caso argentino actual y más específicamente al de YPF. Luego de casi tres años de una marcada tendencia alcista, el índice Merval se encuentra en una sana corrección de toda la suba previa. Los expertos en Economía del Comportamiento, teniendo en cuenta factores de sicología social, argumentan que en el corto plazo el mercado se comporta de manera emocional, mientras que en el largo plazo lo hace de manera racional. Luego de casi tres años de una marcada tendencia alcista, el índice Merval se encuentra en una sana corrección de toda la suba previa (Foto: Reuters) Así como los ciclos alcistas finalizan en momentos de euforia, las bajas terminan en momentos de pánico. Punto de giro El comportamiento del mercado el lunes post escándalo cripto, en el epicentro de las versiones sobre juicio político al Presidente y/o desaparición del apoyo a su gobierno, es el típico de finales de ciclo. Los inversores más experimentados consideran que el agujazo bajista indica a las claras que ese movimiento, muy probablemente, produciría el agotamiento de la tendencia correctiva, que lleva un mes y medio de vigencia. La valoración social negativa del escándalo cripto parece ser menor que la valoración social positiva del cambio de régimen, que augura crecimiento económico y mejora de los indicadores sociales. La valoración social negativa del escándalo cripto parece ser menor que la valoración social positiva del cambio de régimen, que augura crecimiento económico y mejora de los indicadores sociales El mercado se muestra dubitativo y parece esperar la aparición de alguna buena noticia, como un acuerdo con el FMI, o encuestas que muestren mayor apoyo al gobierno o al Presidente, para continuar con la tendencia alcista previa. Inversores internacionales, auguran que los precios, en los próximos dos o tres años deberían, como mínimo, triplicarse, porque ven un riesgo país de 300 puntos básicos y un crecimiento anual de la facturación y las utilidades de las principales empresas del 30% anual. Es de destacar que en los pánicos de mercado, como el ocurrido últimamente, todo cae por igual, pagando justos por pecadores y dejando excelentes oportunidades de compra en los papeles de mayor calidad. El peso de los “fundamentals” No habiendo cambiado los fundamentos macro, que a su vez determinan en gran medida los precios de las empresas cotizantes, no hay motivos para modificar la expectativa favorable sobre el comportamiento del mercado en los próximos años. La extensión y la magnitud de la corrección que se está llevando a cabo en el mercado se debe a una importante modificación en las expectativas sobre el regreso de Argentina a la calificación de emergentes (Foto: AP) La extensión y la magnitud de la corrección que se está llevando a cabo en el mercado se debe a una importante modificación en las expectativas sobre el regreso de Argentina a la calificación de emergentes de JP Morgan. En el corto plazo, el mercado se mueve por flujos, mientras que en el largo, lo hace por fundamentos. Se preveía que a mediados de este año, se produciría la recalificación a emergentes. Esto indujo el ingreso, en el último año, de una importante cantidad de fondos de capitales especulativos, que esperaban vender sus tenencias a los inversores institucionales que, por reglamento, deben invertir obligatoriamente, en los países con calificación de emergentes. Estos flujos movieron los precios hacia arriba muy fuertemente en muy poco tiempo. Aunque los precios siguieron siendo ridículamente bajos en comparación con valuaciones optimistas respecto del futuro de las empresas cotizantes, surgió la idea de una sobrevaluación por agotamiento de flujos Aunque los precios siguieron siendo ridículamente bajos en comparación con valuaciones optimistas respecto del futuro de las empresas cotizantes, surgió la idea de una sobrevaluación por agotamiento de flujos. Estos se detuvieron (y se revirtieron) como consecuencia de las declaraciones del presidente Milei y de funcionarios importantes de su gobierno, con respecto a la postergación de la salida del “cepo cambiario”. Como este factor es determinante en la recalificación a emergentes, los fondos de corto plazo recientemente ingresados se sintieron atrapados, porque su reemplazo por los inversores calificados se vio postergado por un año más. La salida de estos capitales ha sido intensa y debería estar próxima a finalizar, por lo que los flujos deberían dar paso, nuevamente, a los fundamentos. El potencial de YPF Como un ejemplo del potencial alcista de los principales papeles argentinos, y conscientes de la dificultad de valuar compañías en un ambiente tan volátil, hice una estimación del precio futuro de YPF, con un horizonte de 10 años vista. La empresa factura anualmente unos USD 20.000 millones y tiene utilidades por USD 6.000 millones, con un margen neto del 30 por ciento. Con un WACC del 12%, muy alto y conservador, teniendo en cuenta que sus ON tienen un rendimiento del 9% anual y estimando un crecimiento del 10% anual de sus utilidades en los próximos diez años y de 3% luego, como parte del valor residual de la compañía, la valuación es de USD 280, contra un precio actual de solo 37 dólares. La empresa factura anualmente unos USD 20.000 millones y tiene utilidades por USD 6.000 millones, con un margen neto del 30 por ciento La producción de la compañía está aumentando en más del 30% anual, por lo que sus utilidades deberían crecer mucho más que el 10% anual. Si estas crecieran al 15% anual y se baja el WACC al 8%, previendo la baja futura del riesgo país, la valuación se acerca a 800 dólares. Como se puede observar, el precio actual es insignificante con respecto a cualquier valuación del tipo de las que realizan los inversores más sofisticados, que deberían ingresar masivamente al mercado en los próximos años, a menos que un cisne negro de grandes dimensiones arruine las consideraciones de esos supuestos. La fórmula ganadora, en este contexto, debería ser comprar las mejores empresas del Merval, como YPF, GGAL, PAMP, VIST, etc., y conservarlas por un largo período de tiempo La fórmula ganadora, en este contexto, debería ser comprar las mejores empresas del Merval, como YPF, GGAL, PAMP, VIST, etc., y conservarlas por un largo período de tiempo, que en ningún caso debería ser menor a dos o tres años. Esta inversión podría convertir en millonarios a aquellos pequeños ahorristas que, sin grandes sumas de dinero, “la vean” mucho antes que los demás. El autor es Economista
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