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Concordia » El Heraldo
Fecha: 02/03/2025 01:45
La inflación persistente, el debate sobre la dolarización, la pobreza y el desempleo, el déficit fiscal y la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) son los temas que definirán la coyuntura del país y tendrán un impacto directo en las elecciones legislativas de octubre. A continuación, se analizan estos ejes y su posible repercusión política. 1. Inflación persistente: un enemigo sin tregua: La inflación sigue siendo uno de los principales problemas económicos de Argentina. A pesar de las medidas de ajuste fiscal y monetario implementadas por el gobierno de Javier Milei, la subida de precios no ha logrado estabilizarse en los niveles esperados. La reducción del gasto público y el intento de equilibrar las cuentas fiscales han tenido un impacto negativo en el consumo y la actividad económica. Este nivel de inflación erosiona el poder adquisitivo de los salarios, que han perdido un 30% de su valor real en los últimos dos años. En un año electoral, este tema será central en el debate, con la oposición criticando la falta de resultados concretos y proponiendo controles de precios y aumentos salariales, mientras que el oficialismo insistiendo en que la estabilización llevará tiempo. 2. Dolarización: ¿última esperanza o salto al vacío? El debate sobre la dolarización de la economía sigue dividiendo opiniones. Mientras que el oficialismo defiende la eliminación del peso como una solución definitiva a la inflación y la inestabilidad monetaria, muchos economistas advierten sobre los riesgos de perder soberanía en la política monetaria y la falta de reservas suficientes para respaldar una conversión ordenada. Las reservas netas del Banco Central actualmente son negativas en USD 6.000 millones y las brutas están en los USD 29.000 millones, insuficientes para respaldar una economía de más de USD 600.000 millones, lo que limita la capacidad del país para responder a shocks económicos. Este tema polarizará el debate electoral, con candidatos proponiendo desde una adopción inmediata hasta un rechazo total. 3. Pobreza y desempleo: una crisis social latente: Los índices de pobreza y desempleo continúan siendo alarmantes. Según datos oficiales, la pobreza alcanza al 52.9% de la población (esto representa un aumento del 12.8 ptos y un incremento caso del doble en indigencia con respecto al 2023), mientras que el desempleo ronda el 10%. En los sectores más vulnerables, como los jóvenes, la desocupación supera el 20%. La caída del poder adquisitivo y la falta de oportunidades laborales han generado un clima de descontento social que podría reflejarse en las elecciones de octubre. El modelo de ajuste y liberalización económica impulsado por el gobierno ha mejorado la macro, pero ha tenido efectos adversos en los sectores más vulnerables. La oposición buscará capitalizar este malestar con propuestas de políticas sociales más inclusivas, mientras que el oficialismo defenderá su gestión argumentando que es un proceso necesario para sentar las bases de un crecimiento sostenible. 4. Déficit fiscal: el ajuste en la cuerda floja: El gobierno ha implementado un fuerte ajuste fiscal con el objetivo de reducir el déficit y recuperar la confianza de los mercados. Este ajuste ha implicado recortes en subsidios, obra pública, transferencias a provincias y servicios esenciales, lo que ha generado un impacto negativo en la economía real. Por ejemplo, la inversión en infraestructura se ha reducido en un 73.9% respecto a 2023 (la más baja de los últimos 20 años), afectando la creación de empleo y el crecimiento económico. Si bien la reducción del déficit es una demanda histórica del FMI y los inversores, en el plano electoral los votantes deberán decidir si priorizan la estabilidad fiscal o demandaran un mayor gasto público para reactivar la economía. 5. La deuda con el FMI: el dilema de siempre: Argentina enfrenta vencimientos de deuda con el FMI por USD 6.000 millones en 2025, una cifra que no solo ejerce presión sobre las finanzas públicas, sino que también condiciona las decisiones de política económica en un contexto de fragilidad macroeconómica. El cumplimiento de estos compromisos depende, en gran medida, de la capacidad del gobierno de mantener una disciplina fiscal estricta, algo que no ha sido fácil en un país con una historia de déficits crónicos, alta inflación y recurrentes crisis de balanza de pagos. Sin embargo, esta necesidad de ajuste fiscal limita el margen de maniobra para implementar políticas expansivas que podrían ser necesarias para reactivar la economía, especialmente en un escenario de bajo crecimiento o recesión. En este contexto, el próximo gobierno enfrentará un desafío de enormes proporciones: equilibrar las demandas internas con las obligaciones externas, en un escenario global complejo y con un FMI que, aunque ha mostrado cierta flexibilidad en casos recientes, sigue priorizando la estabilidad fiscal y el cumplimiento de los acuerdos. Las elecciones de octubre de 2025 serán un punto de inflexión para Argentina. Los cinco temas económicos analizados —inflación, dolarización, pobreza y desempleo, déficit fiscal y deuda con el FMI— no solo definirán la agenda política, sino que también reflejarán las tensiones entre dos modelos económicos opuestos: uno basado en el ajuste y la desregulación, y otro que prioriza la intervención estatal y la protección social. En un contexto de polarización y crisis, el voto de los argentinos será más que una elección: será una decisión sobre el presente y el futuro del país. La sociedad deberá elegir entre mantener el rumbo actual, con sus costos sociales, pero con la promesa de estabilidad a largo plazo, o cambiar de dirección hacia un modelo que priorice la inclusión y el crecimiento inmediato, pero con riesgos de desequilibrios macroeconómicos. En resumen, en un contexto de crisis y polarización, el voto de octubre será más que una elección: será un referéndum sobre el presente y el porvenir de Argentina.
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