01/03/2025 15:05
01/03/2025 15:05
01/03/2025 15:05
01/03/2025 15:02
01/03/2025 15:02
01/03/2025 15:01
01/03/2025 15:01
01/03/2025 15:01
01/03/2025 15:00
01/03/2025 15:00
» La Capital
Fecha: 01/03/2025 12:24
El final del verano y el regreso a las actividades pueden provocar un bajón anímico. Especialistas comparten claves para afrontarlo de manera llevadera. Volver a la rutina laboral luego de las vacaciones no siempre es fácil y hay consejos para lograr adaptarse. Con la llegada de marzo, muchas personas vuelven a la rutina laboral después de un merecido descanso. Las vacaciones son clave para desconectar y disfrutar del tiempo libre, pero el regreso al trabajo puede generar estrés y desgaste . Es en este momento cuando suele aparecer la depresión postvacacional, también conocida como síndrome postvacacional. ¿Qué es el síndrome postvacacional? Este estado se caracteriza por emociones negativas tales como ansiedad, nostalgia, tristeza, dolores y tensión muscular y estrés excesivo, lo que puede alterar el ánimo al retomar las actividades y los vínculos, tanto laborales como personales. En casos extremos, también puede suceder que las personas tiendan a deprimirse, presentar una sensación de vacío y perder el entusiasmo por realizar sus actividades . Aunque no es un trastorno clínico reconocido, el síndrome postvacacional ha sido objeto de estudio desde 1950, según explican desde Harvard Business Review, revista de investigación enfocada en los profesionales de las empresas. Por lo general, este estado tiende a desaparecer en unos dos o tres días , aunque en algunos casos puede prolongarse hasta un par de semanas. Numerosos estudios revelaron que las vacaciones, ese momento del año en que se rompe con las estructuras de los horarios y algunos hábitos, reducen el estrés y aumentan la sensación de bienestar. Sin embargo, un artículo de la Harvard Business Review alerta sobre una paradoja postvacacional: en lugar de sentirse reconfortado y con energías renovadas, al regresar al trabajo después de un descanso las personas pueden sentirse agotadas y en la lucha por recuperar el impulso . Aunque parezca contradictorio, las investigaciones muestran que es un fenómeno común, señala Ayelet Fishbach, profesora de la Escuela de Negocios Booth de la Universidad de Chicago. Los psicólogos recomiendan retomar los hábitos de forma gradual unos días antes de la reincorporación al trabajo. “La idea es intentar, los días antes de volver a casa, ir adaptando el horario de vigilia y sueño, los hábitos alimenticios que solemos haber perdido en vacaciones, así como la actividad deportiva y el contacto con los estudios, la formación o con nuestra agenda laboral”, apuntan. >> Leer más: Nueve secretos tecnológicos para turistas: ¿cuáles son y de qué se tratan? Claves para superar el síndrome postvacacional - Dejar pasar un tiempo de transición al regresar de las vacaciones, dejar uno o dos días antes de reanudar las actividades para descansar, organizarse y adaptarse otra vez al entorno. - Planear actividades con anticipación: organizar una lista de planes y salidas con amigos, familiares o uno mismo, para mantener la cabeza motivada. - Afrontar una cosa a la vez: muchas veces el regreso puede ser abrumador y agotador y parece que el tiempo no fuera suficiente para afrontar todas las tareas. En esos casos, es esencial poder retomarlas de a poco, comenzando por las más simples y manejables, para luego aumentar la complejidad. - Meditación y mindfulness: estas prácticas, como la respiración consciente y la atención al presente, pueden ayudar a reducir la ansiedad y el estrés, aliviando tensiones corporales y mentales. - Creatividad para recordar: mantener activo un espacio para plasmar lo que sucedió en las vacaciones es fundamental y muy terapéutico. escribir un diario de viaje, hacer un álbum de fotos o compartir experiencias en un blog permite revivir momentos y mantener el bienestar emocional. Los expertos advierten que muchas veces se ve el trabajo y las vacaciones como opuestos, lo que genera frustración y desaliento. Sin embargo, entender que ambos se complementan y que el trabajo también puede ser un espacio de disfrute ayuda a construir una relación más saludable con las obligaciones. En definitiva, el regreso a la rutina no tiene por qué ser sinónimo de malestar. Adoptar una actitud flexible, incorporar pequeñas pausas recreativas en el día a día y encontrar satisfacción en las tareas cotidianas puede hacer que la vuelta al trabajo sea más llevadera. Después de todo, el verdadero equilibrio no está solo en las vacaciones, sino en la capacidad de disfrutar cada etapa del año.
Ver noticia original