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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 01/03/2025 06:33
El presidente de Uruguay Luis Lacalle Pou, en la residencia presidencial de Suárez y Reyes, al recibir a Lula da Silva (REUTERS/Mariana Greif) El presidente uruguayo Luis Lacalle Pou recorrió el 13 de marzo de 2020 los 629 kilómetros que distancian a Montevideo de Bella Unión. El mandatario, que se estaba estrenando en el cargo, había viajado hasta la ciudad más al norte del país para inaugurar la cosecha de arroz. El regreso a la capital estaría convulsionado: en el viaje le comunicaron que en Uruguay se habían detectado los primeros casos de coronavirus. Lacalle Pou convocó rápidamente a sus ministros para la Torre Ejecutiva y a los líderes de los principales partidos políticos para decretar una emergencia sanitaria de la que había muchas más dudas que certezas. Las clases se suspendieron, los ciudadanos se amontonaron en los supermercados y, con el paso de los días, el presidente tomaría una decisión en soledad. Decidió evitar una cuarentena obligatoria y, en cambio, optó por lo que llamó una “libertad responsable”. Luis Lacalle Pou decidió evitar una carentena obligatoria durante la pandemia (EFE/Federico Anfitti) El paso de las semanas parecía darle la razón al presidente, que incluso era reconocido en el exterior por haber evitado un agobiante confinamiento. En Uruguay se postergó la primera ola de casos de coronavirus, aunque en 2021 hubo meses en los que la situación se descontroló y el país estuvo en los primeros lugares de muertes por covid por habitante. Los primeros casos de covid en Uruguay se confirmaron 13 días después de la asunción de Lacalle Pou y la pandemia condicionó su gestión. Sin embargo, en el primer año impulsó una ley ómnibus con las primeras reformas de su gobierno y tuvo éxito en el trámite parlamentario. En esa Ley de Urgente Consideración (LUC) se aprobó la prohibición de ocupación de los lugares de trabajo, se creó una regla fiscal para el control del gasto público y se aprobó que los uruguayos puedan cambiar de compañía de celular sin perder el número (la portabilidad numérica), entre otros cientos de cambios. La izquierda juntó firmas para derogar la LUC, la ley insignia de Lacalle Pou, pero fue ratificada en un referéndum (EFE/Raúl Martínez) El jueves por la noche, el presidente publicó un documento llamado “Uruguay más libre” en el que destaca la gestión sanitaria. “Una de las definiciones que se adoptaron en el inicio de la emergencia sanitaria fue mantener encendidos los motores de la economía. El gobierno entendió que se debía abordar la pandemia de manera integral y atender los impactos en todos los sectores”, señala el texto preparado por su equipo de comunicación. El documento también destaca la reforma de la educación y de la seguridad social que se aprobaron durante su gobierno. Además, se refiere a la “flexibilización” del Mercosur que propuso Lacalle Pou ante sus socios de la región, lo que lo llevó a un enfrentamiento público con su entonces par argentino Alberto Fernández . La sequía “Yo le puedo hacer muchas críticas a este gobierno, pero te digo una cosa que es una verdad histórica: los blancos son Jettatore”, dijo la ex vicepresidenta de Uruguay y esposa de José Mujica, Lucía Topolansky. Los blancos son los integrantes del Partido Nacional de Uruguay, la colectividad política que lidera Lacalle Pou. La represa más grande de Uruguay, Paso Severino, a apenas 2,6% de su capacidad en Florida, el martes 4 de julio de 2023; el país sufre su sequía más grave en 44 años, tras décadas sin invertir en las reservas de agua potable (AP Foto/Matilde Campodonico) Topolansky se refería a la “mala suerte” que había tenido Lacalle Pou durante su gestión: después de la pandemia, Uruguay debió enfrentar una fuerte sequía. Entre el 24 de octubre de 2022 y el 31 de diciembre de 2023, Uruguay estuvo bajo emergencia agropecuaria . A mediados de año, el déficit hídrico en el país tuvo su efecto más notorio cuando el agua del suministro público de Montevideo pasó a ser salada y el gobierno debió apurar medidas paliativas para atravesar la peor etapa. La sequía que atravesó el país generó pérdidas que rondan el 3% del Producto Interno Bruto (PIB) del país. El gobierno estimó el rojo en el sector en USD 1.883 millones, una cifra que contempla los perjuicios que “se podrían efectivizar en los próximos meses”. Este déficit es atribuido al resultado de la poca cantidad de lluvias así como otras condiciones que afectan al “estado hídrico de los suelos y de la vegetación”. Hubo, a su vez, “temperaturas medias y evapotranspiración por encima de lo normal”. Lacalle Pou junto a su sucesor, Yamandú Orsi (REUTERS/Martin Varela Umpierrez) La caída de ministros y la condena a su seguridad En la campaña de 2019, el candidato Luis Lacalle Pou hizo varios guiños a los partidos de la oposición. En los actos, mostraba los programas del Partido Colorado, de Cabildo Abierto, del Partido Independiente y del Partido de la Gente como un gesto para cogobernar juntos. Después de la instancia electoral de octubre y antes del balotaje de noviembre, los partidos se unieron en un programa común. Así se formó una coalición de gobierno que se extendió durante todo el período. El gabinete de Luis Lacalle Pou tuvo varios cambios a lo largo de cinco años. El primer ministro que se fue de su gobierno fue el canciller Ernesto Talvi. El economista, que había sido candidato a presidente por el Partido Colorado, quedó envuelto en una polémica por no definir a Venezuela como una “dictadura”, una palabra que el presidente no había dejado de utilizar para definir al régimen de Nicolás Maduro. El ex canciller de Uruguay, Ernesto Talvi, presentó su renuncia el miércoles 1 de julio de 2020, justo un día antes de que Uruguay asumiera la presidencia de Mercosur (EFE/Federico Anfitti) En medio de una cumbre del Mercosur, Talvi presentó su renuncia como ministro de Relaciones Exteriores y, a las semanas, anunciaría su retiro de la política partidaria. El fallecimiento del ministro del Interior (a cargo de la seguridad) Jorge Larrañaga dejó conmocionado al gobierno. El jerarca, un político histórico de Uruguay, murió de forma repentina. Lacalle tuvo que apelar a Luis Alberto Heber, un histórico dirigente blanco. En el gabinete hubo otros cambios por problemas de gestión (que derivaron en la salida de Carlos María Uriarte y Pablo Bartol) o por denuncias de irregularidades en (como las renuncias obligadas de Germán Cardoso e Irene Moreira). Varias personas asisten al velatorio del ministro del Interior, Jorge Larrañaga en Montevideo (EFE/ Raúl Martínez) También debieron renunciar Luis Alberto Heber y Francisco Bustillo a la Cancillería , luego de que se comprobara que mintieron al Parlamento cuando fueron a dar explicaciones por la entrega del pasaporte al narcotraficante uruguayo Sebastián Marset. Lacalle Pou había apelado a ellos, en parte, por el vínculo personal. Bustillo es amigo del presidente y de su familia y Heber es un histórico dirigente del Partido Nacional, muy cercano a su padre, el ex presidente Luis Alberto Lacalle. Otro caso judicial que lo tocó de cerca fue la condena a su custodio personal Alejando Astesiano . El seguridad fue detenido luego de un viaje a Costa Rica, en el que había viajado junto a los hijos de Lacalle Pou. Fue condenado como autor de “un delito de asociación para delinquir en reiteración real con un delito continuado de tráfico de influencias, un delito continuado de conjunción de interés personal y público, y un delito continuado de revelación de secretos”. Al hablar sobre este caso, Lacalle Pou dijo que fue traicionado en su confianza. El 58% de la población uruguaya aprueba la gestión de Luis Lacalle Pou (REUTERS/Martin Varela Umpierrez) La popularidad y el regreso en 2029 En Uruguay la reelección presidencial no está permitida por la Constitución. Por lo tanto, los presidentes que quieren volver a ocupar ese cargo deben esperar por lo menos cinco años. Esto es algo habitual en Uruguay: Julio María Sanguinetti gobernó entre 1985 y 1990 y luego regresó al poder en 1995; Tabaré Vázquez fue presidente entre 2005 y 2010, y entre 2015 y 2020. El de Lacalle Pou es un nombre cantado para las elecciones de 2029. Aunque él evita hablar de este tema, durante el gobierno de Yamandú Orsi se convertirá en el líder indiscutido de la oposición –todavía no está claro cuál será su presencia mediática– y en el Partido Nacional ya lo piden como candidato. Los números parecen darle la razón. El actual presidente recibe evaluaciones de saldo positivo, según la encuesta de diciembre de Equipos Consultores. El 58% de la población aprueba su gestión, el 25% la desaprueba y el resto tiene juicios intermedios o no opina. El saldo neto es de +33. Pero más allá de la buena evaluación, el oficialismo no logró retener el gobierno y el Frente Amplio volverá al poder. Este sábado Lacalle Pou le pasará la banda presidencial a Orsi y quedará resonando una pregunta: ¿se la devuelve en cinco años?
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