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Gualeguaychu » El Dia
Fecha: 01/03/2025 02:32
La fama, los contratos millonarios y las adicciones son algunos de los temas que aparecen en Better Man, la biopic que muestra las facetas más ocultas de Robbie Williams. La película, que estrenó en cines argentinos este jueves 27, no solo narra el éxito del cantante, sino que se centra en su sufrimiento y en una frase que le retumba en la cabeza: “Sos un Don Nadie”. Lo más curioso del film biográfico dirigido por Michael Gracey -que se estrena este jueves 27 de febrero- es que el artista aparece todo el tiempo en la piel de un mono. Si bien para muchos puede parecer ridículo, esta representación fue aceptada por el músico británico ya que él se veía a sí mismo como este animal. En sus 2 horas y 15 minutos de duración, Better Man hace un repaso por las canciones de Robbie que se convirtieron en hits como “Rock DJ”, “Feel” o “Angels”. Pero también muestra el lado oscuro de esos éxitos: detrás había una persona que sufría por amor, atravesaba adicciones, depresión, el abandono de un padre, y el dolor por haber cumplido su sueño de la infancia pero sentirse vacío por dentro. Para relatar la historia personal con lujo de detalles, Michael Gracey tuvo entrevistas con Williams durante un año y medio, tal como contó en una reciente nota con Deadline. Fue en esas charlas que el también guionista se dio cuenta de que el artista repetía que lo habían “arrastrado para actuar como un mono”. El cantante se veía a sí mismo como un “mono actor”. Esa percepción surgió desde muy chico cuando se enteró de que buscaban cantantes para una boyband. Quedó en el casting y a los 17 años empezó con Take That, el grupo que lo catapultó a la fama y que lo introdujo en sus problemas con las drogas. Con el tiempo se hartó de que lo subestimaran o de tener que hacer bailes ridículos en el escenario y a sus 21 aceptó la idea de irse de la banda para convertirse en un solista multimillonario. Aquel hombre que llegó al mundo en febrero de 1974 en Reino Unido, siempre tuvo en su mente la presión de su papá, Peter Williams. Él le decía que para ser famoso tenía que nacer con “eso”, y sino, sería un “Don Nadie” por el resto de su vida. Esta idea lo atormentó por completo a tal punto de llegar a su adultez y creer que era “feo”, “estúpido” y que no tenía “talento”. Esa voz interior que le decía “no servís” lo acompañó en grandes momentos de su carrera. Pero, ante sus fanáticos y los medios de comunicación se mostraba arrogante y extrovertido. “Soy más rico de lo que jamás había soñado”, dijo durante una rueda de prensa en 2002 después de firmar contrato por 125 millones de euros con la discográfica EMI. A finales de los 90 y principios de los 2000, Robbie había alcanzado la fama que anhelaba. Los reflectores lo iluminaban, las cámaras lo perseguían y tenía ese “talento” que tanto le exigía su papá. Incluso, dio tres shows en Knewborth, el lugar de sus sueños, y reunió en total a más de 300 mil fanáticos. Sin embargo, por dentro, su depresión, ansiedad y sus adicciones lo consumían cada vez más. Algo que destaca a Better Man es la excelencia para mostrar cómo un sueño cumplido puede convertirse en una pesadilla. Por un lado, se ven los millones que ganaba el músico, los conciertos enérgicos que daba y sus discos con éxitos en las ventas. Pero en su mente tenía las angustias sin resolver y esa sensación constante de ser “poca cosa”.
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