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» Diario Cordoba
Fecha: 28/02/2025 17:36
45 años después de aquel referéndum que hoy conmemoramos y conquistó la autonomía plena de la comunidad andaluza, en el mapa nacional y en el contexto mundial que vivimos el andalucismo de hoy tiene un protagonismo específico que se proyecta al futuro, fundamentado no sólo en nuestras capacidades y potencialidades, sino en nuestra forma de entender la convivencia, sin perjuicio del agravio comparativo en el espejo cierto de una tierra maltratada durante décadas. Además de las culturales o económicas, una de las aportaciones actuales resulta de la práctica de un andalucismo moderno, constitucionalista e inclusivo, tanto hacia el exterior como al interior. Frente a aquellas comunidades autónomas que subrayan la diferencia para alejarse del Estado y contraponerse al mismo abanderadas por partidos supremacistas y separatistas, creo que practicamos un nacionalismo inclusivo, sin olvidar nuestras raíces y singularidades pero sin estridencias ni exclusiones. Un nacionalismo que mira por encima de las fronteras y presidirá por primera vez en su historia el Comité Europeo de las Regiones, que sin complejos no se deja ya maltratar por los privilegios de otros territorios, que es integrador y fomenta la igualdad de todos los ciudadanos y la convivencia en un espacio común. Ahí están las recientes encuestas, en las que se destaca que el 63 % de la población se siente igualmente andaluces y españoles, nueve de cada diez encuestados declaran sentirse orgullosos o muy orgullosos de ser andaluces por su gente (33,6%), por sus tradiciones y costumbres (18,3%) y por su calidad de vida (15,8%), y la inmensa mayoría se siente muy identificada con sus símbolos. Y además debe ser un andalucismo inclusivo interiormente. Por eso este año debemos de estar satisfechos de que la merecida distinción de la Medalla de Andalucía a la Solidaridad y la Concordia sea al Pueblo Gitano por la celebración de sus seis siglos de historia en España, presencia que ha dejado una imborrable huella en áreas como la lengua, el comercio, la música y las artes. El pueblo y la cultura gitana han pervivido a lo largo de los siglos aportando valores propios como el respeto a la naturaleza, la defensa de la familia, el aprendizaje de los mayores, la inexistencia de las fronteras situando al ser humano por encima de las mismas, la alegría de vivir a pesar de las dificultades, el valor de la expresión artística, el vínculo indiscutible de su lengua o la conservación de tradiciones artesanales, que son parte y conforman también nuestra propia realidad. Aunque la inclusión es un camino inacabado, que exige terminar con la existencia en nuestro territorio de los barrios más marginados de Europa y con los millones de andaluces en riesgo de pobreza y exclusión social. Un territorio al que, como en su historia milenaria, siguen llegando pobladores de todas las razas y culturas en una sociedad plural y abierta, encontrando acogida y aportando prosperidad. Desde la certeza de lo que somos y la esperanza en el futuro, celebremos con orgullo nuestro día. ¡Viva Andalucía y sus gentes! *Abogado y mediador
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